martes, 4 de octubre de 2011

Matrimonio de conveniencia

Esta pasada madrugada, entre las cinco y las seis, ha habido tormenta en este Realejos. Con algo de lluvia, pero escasa. Los relámpagos se encargaron de iluminar, y bien, el Valle de La Orotava. Aunque sigue sin refrescar con fundamento. Pensé, mientras, que ya el alcalde había conseguido desbloquear en Bruselas esa normativa que pretende regular de manera más estricta las exhibiciones pirotécnicas y los Toste lo estaban celebrando. Porque habrán leído que Manuel Domínguez se nos fue a la capital belga a tal menester, pero acompañado por un amplio séquito de populares canarios. Debió llevar a Oswaldo, que es especialista en el asunto. Allí estaban, como no podía ser menos, José Manuel Soria y Cristina Tavío. Y yo, cada vez más ignorante, me pregunto si esto es normal en los mismos que esgrimen la crisis como bandera electoral. ¿Quién paga eso? Nosotros, claro. Elegimos a nuestros representantes en las diferentes instituciones (por ejemplo, Parlamento Europeo) y en vez de llamarlos por teléfono para resolver cualquier asunto, no, tiramos pa´llá que es más barato. Antes íbamos a Madrid. Ahora algo más lejos. Y vivan las Autonomías. En este país seguimos pensando con el ombligo.
El anterior párrafo surgió porque me desperté con los truenos. Luego me dormí y por eso me levanté un poco tarde para redactar lo que realmente tenía pensado y que da título al presente.
Ayer lunes, y en la sede del periódico Canarias7, se estampó la firma del acuerdo entre Coalición Canaria y Nueva Canarias para concurrir juntos a las elecciones del 20N. Son los mismos que ya estuvieron casados –en Madrid– y se divorciaron allá por 2006 (creo). Y en estos últimos años (lanzo la propuesta para que algún estudiante de periodismo realice tal recopilación) se han dicho de todo, y más. No hay que remontarse muy atrás. Tenemos una muestra bastante reciente en las elecciones del pasado mes de mayo. Pero ya se sabe que lo de pelillos a la mara funciona en política sin el mínimo rubor y sin el menor recato, si es que alguna vez los tuvieron.
Allí, Paulino (de quien en la web del Congreso se dice es Licenciado en Magisterio) y Román, o a la viceversa, estamparon su firma en un cacho de papel. La presencia de Rivero debió ser para dar mayor realce al protocolario acto. Porque la presidenta de CC, que yo sepa, debe seguir siendo Claudina Morales. Y lo que se firmaba era un documento relacionado con dos formaciones políticas y no un convenio para el tren hasta Maspalomas. Además, quién mejor que ella para escenificar este matrimonio de conveniencia. Sí, ya sé que existen entre personas del mismo sexo. Pero tengo mis serias dudas en cómo se distribuirían los papeles de  Gérard Depardieu y Andie MacDowell. ¿No te acuerdas? Van unos datos:
Título original: Green Card (1990). Duración: 108 minutos. Estadounidense. Género: comedia romántica.
Guión y dirección: Peter Weir. Música: Hans Zimmer. Fotografía: Geoffrey Simpson. Reparto: Gérard Depardieu, Andie MacDowell, Bebe Neuwirth, Gregg Edelman, Robert Prosky, Mary Louise Wilson, Ethan Phillips, Lois Smith
Sinopsis: George Faurè es un francés torpe y bonachón que quiere conseguir el permiso de residencia para poder trabajar en Estados Unidos. Brontë, por su parte, es una mujer reservada que no puede conseguir el apartamento que desea por no estar casada. Juntos deciden arreglar un matrimonio de conveniencia para poder conseguir sus respectivos propósitos; él seguir en Nueva York y ella vivir en el piso que adora.
Rivero y Rodríguez también se han casado por conveniencia. Y no lo disimulan, lo que debe ser valorado. Observen la galería de fotos (te dejo el enlace al final) y como la cara es el espejo del alma, saca tú las conclusiones. Dime si no se te antoja que en más de una ocasión, tanto el uno como el otro parecen decir: “cállate ya”.
Ya lo estuvieron antes, repito, y la separación ocurrió en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Ahora, aprovechando la boda de Cayetana, quieren volver a la cama (léase, por favor, Congresos de los diputados) para resolver la crisis económica. "Nos hemos unido por Canarias", ha dicho Rodríguez en un momento de su intervención. Y Juan Francisco García, presidente de la empresa editora, se resignó (ver fotos nuevamente) y les puso las alianzas. Si ya Liz Taylor y Richard Burton tuvieron sus alejamientos y aproximaciones tiempo ha, ¿por qué vamos a ser menos?
Me están entrando unas ganas de dejarlo aquí mismo, que me voy a leer el editorial de cierto periódico al que esta unión sentimental le ha inyectado renovados ánimos para sus diatribas. Tú, estimado lector, mientras tanto, pincha en el siguiente enlace (con dobles):

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