Vivimos en un
país raro. En el que deber muchos millones a la Seguridad Social
es un honor, una honra. Porque la mayoría de españoles, a decir del empresario
ejemplar Arturo Fernández, es deudora ante la caja en cuestión. Y como habemos
algunos que no nos consideramos englobados en ese conjunto, tendremos que ir
pensando cambiar de nacionalidad. O coger de una (puñetera) vez el toro por los
cuernos y mandar para cierto sitio (estaba pensando en el carajo) a tanto
inútil e inepto que nos andan jeringando en la política, en las empresas, en
los bancos.
Está bonito el
tal Fernández, como lo estuvo el Díaz Ferrán, para deleitarnos con semejantes
lecciones de moralidad, ética y buenas costumbres. Golfos, que son unos golfos.
¿Presuntos? Et une merde.
Y ya que nos
metimos en el terreno de las bellezas, también está bonito nuestro presidente
autonómico. Quien después de aparcar el helicóptero, se ha dedicado a lanzar
lindezas sin que los socialistas canarios sean capaces de cambiarle las
pastillas de freno. “Más de lo mismo”, fue su explicación ante el recién
celebrado debate de las miserias nacionales. Por lo que “exige una segunda
transición”. Para lo que se ofrecerá, me imagino, con sumo gusto para ser la
cabeza bien visible del cambio en Canarias. Y brinda su blog a la santa causa.
Y esto no
tiene visos de modificación y regeneración alguna. Ahí tienen el ejemplo del
concejal orotavense de ‘Empleo’ demostrando bien a las claras que se aprende a
una velocidad de vértigo. Ahí tienen, y perdón por repetirme, al carnicero de
San Juan –no se ofenda, don Tomás, a un servidor lo siguen llamando el maestro
de La Longuera–
demostrando lo ancho y largo que le queda el cargo. Uno, como bien le señalaron
el pasado sábado en un artículo en Diario de Avisos, debe ser consciente de sus
limitaciones. Un pueblo no puede convertirse en el hazmerreír de una comunidad
por los dimes y diretes de quien lo representa cuando ni siquiera es capaz de
entenderse a sí mismo.
Sin
pretenderlo ya estoy de nuevo en el pueblo que no se merece estos espectáculos.
Como el nuevo equipo gubernamental (D. Tomás, el de los doscientos votos, el
único concejal popular y los seis sustentadores del pacto de la ignominia,
concejales de las AIS-CC) se halla ‘liberado’ en su totalidad (incluyendo los
empresarios; ahora por la responsabilidad que tanto cacarean, irán menos a
Marruecos), ha decidido celebrar las sesiones plenarias en horario de mañana.
Los argumentos esgrimidos son tan ridículos, vacuos e insostenibles que no
merecen comentario alguno. Se caen solos y no por su propio peso porque son más
volátiles que el aire.
Lo que en el
fondo pretenden es esconder limitaciones y disimular carencias. El pueblo no
podrá acudir porque primero es el trabajo, las obligaciones familiares y todo
ese capítulo de actividades que te tiene ocupado esas horas en las que los
lumbreras, para poder por las tardes dedicarse a otros menesteres (sus
menesteres), intentarán justificar lo injustificable. Los concejales de la
oposición verán, asimismo, limitada su capacidad de maniobra y puede que
alguno, incluso, tenga problemas para poder compatibilizar su jornada laboral
con la asistencia a los plenos. Ya sabemos cómo está el patio en este aspecto.
Por ahí se
empieza. Luego, como hacen otros muchos dirigentes liberados, asistirán a reuniones
de partido en horarios en que deberían estar dando el callo por el pueblo, y
por ello cobran, y bien, con lo que al final el ramblero estará pagando
suculentos sueldos para que sus representantes paseen, disfruten, se regodeen y
acudan a la entidad bancaria.
Al mismo
tiempo me reafirmo en la convicción de que es necesario que impere el
comedimiento. Sobre todo, enésima vez, en las redes sociales. Foros en los que
solemos disparatarnos con frecuencia. Y la obcecación alcanza tales extremos
que no caemos en la cuenta de que yo, mero ejemplo, jubilado con mucho tiempo
libre, me puedo percatar de que se cuelgan comentarios en momentos que se
debería estar trabajando. O escuchando atentamente las declaraciones de sus
jefes (políticos) si se hallan, verbigracia, en una reunión importante de su
formación.
Por cierto,
José Miguel Pérez aludió al afer ramblero en el último comité regional del
PSC-PSOE, arremetiendo contra el PP y obviando que los instigadores fueron
otros muy allegados a su compañero de viaje en el Gobierno de Canarias. Antes
que meterse (lenguaje coloquial) con un pobre diablo como es Tomás (en el
sentido más cariñoso de la expresión), debería consultarle a Paulino,
abiertamente y sin tapujos. Porque si piensa el secretario general socialista
que estas ‘menudencias’ no van a más, cuán equivocado estáis. Si el PSOE a
nivel nacional no levanta la cabeza un fisco –y al paso que va, me da que no–,
la puñalada te la va a dar sí o sí. Luego no vengas chorriando a quejarte.
¿Quién es
este que escribe tantas tonterías?, le preguntó cierto alto dirigente
socialista canario a un amigo común tras haber tenido acceso –por un error
imperdonable, por supuesto– a Pepillo y Juanillo. Tras la explicación de rigor,
la respuesta: ¿Y qué entiende este tío de la dinámica actual si se marchó en la
prehistoria del partido? Pues que viva la modernidad.
Concluyo:
están bonitos.
Mañana
comienzo con Viera y Clavijo. Por unos días seré más literario, más culto.
Recomienden la lectura. Puede que a algunos les haga falta. De nada.
Aclaración
fotográfica: La instantánea corresponde al concurso de murgas en Tacoronte.
¿Ganaron Los Trapaceros, no? Qué mejor foto para ilustrar el sellado del pacto
carnavalero.
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