Pagar, no.
Que también. Pero ahora es Pangar. Con mayúscula. Porque se trata de una
empresa. Con la que el Parlamento de Canarias –sin que, al parecer, ni su
propio presidente sabe de qué se trata– tiene contratado un asesoramiento
especializado (Presidencia y Mesa), en el que se incluye la preparación
de las intervenciones en actos institucionales, eventos sociales y culturales,
exposiciones, presentaciones, jornadas, cursos, conferencias y otros análogos.
Y todo ello por una módica cantidad: 28.000 euros.
Según leo en el
rotativo Canarias7, Antonio Castro, ese político palmero que es el prototipo,
junto a Paulino Rivero, Pepe Segura, Isaac Valencia…, que encarna a la
perfección aquello de que los mandatos deben tener fecha de caducidad, sostiene
que a él nadie le prepara los discursos. Bueno, eso basta con escucharlo. Pero
si fuera un fisco más inteligente, se hubiera callado, antes de dar esa
sorprendente respuesta, y habría ordenado investigar –tendrá asesores,
¿no?– y no habría lugar a que pensemos
que hasta en época de crisis estos portentos no saben siquiera en qué se gastan
el dinero.
Ante el
requerimiento del periodista, el señor Castro manifiesta: “Estoy seguro que
desde el rey, hasta Mariano Rajoy, Obama o Merkel, tienen una responsabilidad
institucional y muchas veces necesitan asesoramiento. Es absolutamente normal y
me ha extrañado lo que para el Parlamento no es normal”. Y añade: “En las
instituciones públicas, de la redacción de los discursos se suelen encargar las
personas que integran los gabinetes de comunicación o algunos jefes de
gabinete. En el caso del Parlamento, desde el año 2010 no existe un
responsable que haya sido nombrado oficialmente para estos menesteres”.
Lo que no es
absolutamente normal, esto lo añado yo sin asesores y sin consulta alguna, es
que sea el propio presidente de la
Cámara el que añada unos gramos de insensatez a este estado
del absurdo y del desatino. Si estas intervenciones se hacen para tomarnos el
pelo, a fe que lo ha conseguido. Y si lo que nos quiere trasladar es fruto de
su propio intelecto, que diría el enterado de turno, estarán con un servidor en
que hay que echarle la alfalfa aparte.
No debió
leerme el bueno de Antonio el post de ayer. Ni tampoco el consejero de la Presidencia (Francisco
Hernández Spínola), quien, también ayer, valoraba muy positivamente otra ley de
transparencia que se aprobará en
Canarias, como paradigma del bien hacer y como manera efectiva de acabar con la
corrupción. Que en estas islas, como bien saben ustedes, es motivo de
comentario cada tres por dos. Pero lo gracioso (se trinca antes a un mentiroso
que a un cojo) es que, a renglón seguido y en el transcurso de la misma
declaración y ante las protestas de los funcionarios por los recortes,
aseguraba que el gobierno canario tuvo que bordear el precepto nacional por el
que otras comunidades autónomas han despedido varios miles de funcionarios,
mientras que aquí se han mantenido. En fin, estimado Paco, qué porvenir le
espera a esa que tú consideras como la tabla de salvación por la que no
aparecerán jamás garbanzos negros. Ya se encargarán de orillarla (o bordearla,
como señalas).
Volvamos con
el eterno. Sí, ve a la
Wikipedia y lee. Estábamos con don Antonio. Que más que
palmero parece gallego. ¿O será de Gallegos? Fíjate bien lo que venía, por
último, en la información del periódico de Gran Canaria: “El presidente sólo
acertó a sostener que la denominación del contrato adjudicado estará mal puesto,
y subrayó su legalidad y su publicación en la web. Castro ahondó en que otros
lo resuelven con asesores que les cuesta el triple y el cuádruple. El
Parlamento es muy austero y ha reducido los gastos en estas dos legislaturas,
sostuvo a pesar de que el coste de los contratos realizados que, los dos que
han sido adjudicados en esta materia, suman 52.000 euros. El presidente aseguró
que la institución aprecia la necesidad de pagar por un servicio de
asesoramiento”.
¿Tuvo algún
problema el periodista para transcribir el contenido de la conversación? Me
temo que sí, porque captar el verdadero sentido de lo que hilvana Castro no es
tarea fácil. El tiempo le ha valido de bien poco. Vamos, que cada día se
expresa peor. Pero sigue tan campante. Como el Johnnie Walter.
Entre las
competencias de la Mesa
figuran las dos siguientes: Elaborar el proyecto de Presupuesto del Parlamento,
dirigir y controlar su ejecución. Ordenar los gastos de la Cámara, sin perjuicio de
las delegaciones que pueda acordar.
Y su
composición: Antonio A. Castro Cordobez (presidente), Julio Cruz Hernández
(vicepresidente primero), Manuel Fernández González (vicepresidente segundo),
José Miguel González Hernández (secretario primero), Águeda Montelongo González
(secretaria segunda).
¿Tú has
escuchado que algún grupo de la
Cámara se haya preocupado por este despilfarro? Todos hablan
de ahorros y recortes. Como el nuevo equipo de gobierno en SJR. Pero no saben
cómo aplicarse las medidas. Claro, no son sastres, son desastres. Nada nuevo
bajo el sol.
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