Viernes, 07-02-25
Como algunos me preguntan / de si no sigo escribiendo, /
otra vez voy repitiendo / y por favor: me lo apuntan. / Si las neuronas
barruntan, / aquí seguiré en la brega / con igual o más entrega / que en etapas
anteriores, / pues no dejo a los lectores / sin nadita en la talega.
Facebook queda arrinconado, / mas no Pepillo y Juanillo, /
donde sigo con martillo / escribiendo de buen grado. / Por si estás interesado
/ en algo más conocer, / me puedes hacer
saber / tu dirección de correo / y el enlace te volteo / para que puedas leer.
Como al cuerpo arregosté / a tenerlo entretenido, / el
escribir me ha servido / como la luz del quinqué. / Que soy viejo, yo lo sé, / que bastantes ya cumplí, / y muchos
años viví, / en la calle y en mi casa / ─no
te lo tomes a guasa─ / hasta
que luz conocí.
Cuando hablan de
penurias / en los tiempos actuales, / siempre pregunto que cuáles, / pues yo
tuve buenas curias. / No digo que por centurias, / mas si comparo el ahora /
veo que nadie valora / lo que hemos alcanzado: / ¿nos hemos acomodado / de
manera abrumadora?
Así que amigos,
amigas, / voy a seguir tecleando, / la guerra seguiré dando / y te invito a que
me sigas. / Echemos unas cantigas / porque el mundo no se mueve / si un
conjunto no se atreve / a decir las cosas claras, / aunque con ello chocaras /
con el que jarabe pruebe.
Sábado, 08-02-25
Ya no llueve como antes, / escuchamos con frecuencia, / y me
parece una evidencia / con cambios muy importantes. / Las sequías son
constantes, / seguidas de temporales / que descargan los raudales / de agua en
un santiamén, / convirtiendo en terraplén / los cultivos principales.
Se mudan las estaciones, / mas solo en el almanaque, / sin
que en el tiempo destaque / ansiadas alteraciones. / Demasiadas conjunciones /
en el mundo confluyendo / y sin pausa vamos viendo / que el clima se vuelve
loco, / con cambios que poco a poco / equilibrios van rompiendo.
Seguimos con alegría / cargándonos la natura / en una deriva
oscura / que a todas vistas chirría. / A cada paso la lía / el humano
testarudo, / que solo ve, el muy tozudo, / lo cercano, lo inmediato, / pero
deja, sin recato, / un horizonte muy crudo.
¿Es eterna primavera / o verano permanente?, / pues cada vez
hay más gente / que no usa manga entera / Y de no haber regadera / en nuestros
campos desiertos, / ¿dejaremos solo muertos / a quienes vienen después, / o
empezamos de una vez / a confiar en los expertos?
A modo de conclusión:
En La Gorvorana hubo luz eléctrica cuando ya un servidor
llevaba varios cursos de aquel bachillerato de seis años. Así que velas y
quinqués o el posterior, y modernísimo, camping gas. Y llovía mucho más que
ahora. Y en las casas de medianeros de la finca soportamos enormes temporales
de viento. E invasiones multitudinarias de cigarrones africanos. ¿Hoy? Todos
ricos. ¿Y todavía te quejas?
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