miércoles, 20 de enero de 2016

Refundar CC


Han sido varias las ocasiones que hemos abordado este particular. Quizás no ceñido al caso concreto de Coalición Canaria, pero sí al de otros partidos o formaciones políticas, por ejemplo, el Partido Socialista Obrero Español.
Cada vez que los resultados de una contienda electoral no responden a las expectativas contempladas por los cuadros dirigentes, se plantea la posibilidad de ahondar en las causas que condujeron a la debacle. Y a raíz de lo acaecido el 20-D, próximo pasado, le ha tocado el turno a CC. Por lo que muchas voces se han escuchado en torno al giro que debe acometerse para reverdecer viejos laureles. Algo que no es nuevo, porque la canción se repite como los estribillos de los temas veraniegos de Georgie Dann. Al menos en los años en que yo era mucho más joven. Ahora, los otros años me han alejado de la onda musical al uso.
Desde Linares hasta Barragán. Desde Mario Cabrera hasta José Miguel Ruano. Aquí da la impresión de que todos han empezado a copiarse, y cumplir a rajatabla, el manual de instrucciones al más puro estilo del Partido Popular. Incluso los novatos de Podemos ya transitan por tales vericuetos de obediencia a las líneas maestras. Parecen ya avezados imitadores de los partidos tradicionales, entendiendo por tales aquellos que ya llevan en la brega unas cuantas décadas.
He acudido, otra vez, al diccionario. Para caer en idéntico desasosiego. Me indica el susodicho que refundar significa: Revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar estos a los nuevos tiempos.
Pienso yo que para tal menester, bastante complicada se antoja la actividad si  va a ser acometida por los mismos de siempre. Porque los anquilosamientos de un colectivo son debidos, entiendo, al inmovilismo de quienes llevan las riendas de la máquina. Y es que el acomodo tiende a ir lastrando el engrase del artilugio.
Ahora, debe ser que por inspiración divina, el alcalde villero –lo de aspirante a senador es agua pasada que no mueve el molino de la Villa Arriba– ha visto la luz: Los pactos en cascada no funcionan. Las realidades locales chocan frontalmente con las casuísticas de más altos vuelos. Lo mismo se levantó un día y se puso a leer Pepillo y Juanillo en el momento adecuado. Vaya descubrimiento.
Se deben levantar las losas, clama el majorero Cabrera. Carecemos de herramientas y de claves renovadas. Hay que cambiar casi todo y repensar el partido. Hay que agitar CC. Todo ello con el aderezo de las rajadas contra su propio secretario insular. Qué discurso más reivindicativo de quien (basta una ojeada a la Wikipedia) desde la década de los ochenta del pasado siglo ya había sido enchufado (a dedo) en el ayuntamiento de Puerto Cabras. Más de tres décadas ordeñando ídems.
Y el otro, el otro y el de más allá. Sumergidos en las prácticas de siempre, se erigen en salvadores del nacionalismo canario (eufemismo del quedar bien) cuando han sido sus propias acciones los que han hecho naufragar el navío. Acostumbrados al buen vivir (¿Bon vivant?, pues sí, por qué no) y apegados a la teta del poder, creen aún hallarse en la cresta de la ola y se nos muestran casi tan farrucos como siempre. Ayer mismo leí las declaraciones de  un concejal de Teguise en las que nos trasladaba el peso específico de su representante en el Congreso de los Diputados (Ana Oramas) y la lección que había enseñado al rey Felipe para la designación de candidato a la presidencia del Gobierno. Y ahí lo dejo para no recurrir al chiste fácil con lo del peso específico. Ni con tallas ni estaturas. Es que son curritos, carajo, y no hay otra.
Pena, penita, pena me queda por un perdido García Ramos en este jardín de plantas trepadoras, casi todas carnívoras. Que va a ser renovado (y quizás ampliado, como el de Aclimatación del Botánico) en sus estatutos. Cuya redacción correrá a cargo de los mismos, ejecutados por los mismos y cumplidos por nadie, pues al paso que llevan acabarán más solos que Enrique en mi pueblo. Le dieron el pasaporte a Paulino, único cambio, y… a peor.
Y ya está. Puede que mañana comente algo de la mejora del paseo de la costa en Puerto de la Cruz. Zona que transito con frecuencia por mis visitas al Centro Médico Tucán (que me pague su gerente la publicidad).
De lo que no pienso dedicar una sola línea es del especialista Francisco Camps y de sus opiniones acerca de la vestimenta y aspecto físico de los miembros de Podemos (quién mejor para aconsejarle de cómo se usan los trajes), de la revisión de vehículos Renault (aliñada con una brutal campaña publicitaria de nuevos modelos), del ocaso más que evidente de quien fuera el mejor tenista del mundo…
Hasta mañana. Que es buena  muestra de renovarme cada día.

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