martes, 28 de enero de 2025

Cabizbajo y meditabundo

En unos días llegaremos a la cima. Final de la cuesta. Si crees que en febrero se allanará el camino, pierde cuidado porque este mundo explota un día de estos. Mucho loco anda suelto.

Domingo, 26-01-25

La cuesta se va acabando / y el reto vamos cumpliendo, / pues seguimos escribiendo / con espinelas sumando. / Poco a poco voy llenando / la talega que estás viendo, / que has podido ir leyendo / al irla yo publicando… / el noveno va marchando / y con este concluyendo.

Dejemos el juego tonto, / hagamos cosas más serias, / no todo van a ser ferias / que se despachan bien pronto. / Existe muy fuerte monto / de asuntos trascendentales, / que por ser fundamentales / implican el compromiso / no se requiere permiso / de tratarlos con avales.

Para indicar a la gente / que no todo es llano y liso, / no es menester un inciso, / digámoslo seriamente. / Debemos hincarle el diente / sin ninguna cortapisa, / ya que no es cuestión de risa / el maremágnum armado / y salir de este tinglado / no lo solventa una misa.

El nivel de crispación / que existe en la actualidad, / se asemeja, de verdad, / al ruido de un mogollón. / Pues vislumbras un montón / de energúmenos gritando, / que parecen pregonando / un, dos, tres, barreno y fuego, / tomándose como un juego / el sueldo que están cobrando.

Ni se miran al espejo, / ni sus palabras revisan, / ha tiempo que el rizo rizan, / son de chistera y conejo. / De servirles un consejo, / algo que dudo infinito, / les diría a voz en grito: / no se pasen de frenada, / moderen la acelerada / y no me hagan el cabrito.

Ya está bien de calentones / por los más nimios asuntos, / que de la mano, más juntos, / se ganan las bendiciones. / Promesas a borbotones / muy pronto se diluyeron, / porque los cabreos fueron / los claros protagonistas, / son las únicas conquistas / de aquello que nos dijeron.

Lunes, 27-01-25

Con la proa pa´l marisco / se enfila este mes de enero, / toca en la puerta febrero, / carnavales en un fisco. / Cantaremos con Jalisco / y también Guadalajara, / pues el disfraz enmascara / pesadumbres y penurias, / y si no me voy pa´ Asturias / o Caleta de Famara.

En mi pueblo llevaremos, / antes de Semana Santa, / tantas fiestas que ya espanta / cuando el verano alcancemos. / Y aunque agotados estemos / cuando nos llegue septiembre, / aplaudamos al que siembre / más jolgorio popular, / para poder disfrutar / hasta el final de diciembre.

Que récords sigan cayendo / con general regocijo, / que más votos, yo colijo, / algunos van obteniendo. / Porque mi pueblo, estoy viendo, / con bien poco se contenta / y al votar no tiene en cuenta / en qué se gastó el dinero, / que con fiestas desde enero / el bagaje se incrementa.

Son menester los festejos, / pero malos los excesos, / como ocurre con los pesos / después de los años viejos. / Y mi pueblo, Los Realejos, / adolecemos de mucho / personaje de cartucho, / que solo busca medrar; / por ello pido cambiar, / por ese objetivo lucho.

Mas no atisbo yo entusiasmo / y contemplo al colectivo / de votantes poco activo, / como afectados de espasmo. / ¿Disfrutarán de un orgasmo / que a mi edad ya no columbro / y por ello yo no encumbro / a políticos mediocres? / Pueden ser los tintes ocres / por los que me apesadumbro.

A modo de conclusión:

Somos como el avestruz que esconde la cabeza bajo tierra. Nos dan fiestas y nos olvidamos de que hay algo más. Mucho más. Vemos la cáscara y desechamos el contenido. Pues vale, sigamos.

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