Domingo, 26-01-25
La cuesta se va acabando / y el reto vamos cumpliendo, /
pues seguimos escribiendo / con espinelas sumando. / Poco a poco voy llenando /
la talega que estás viendo, / que has podido ir leyendo / al irla yo
publicando… / el noveno va marchando / y con este concluyendo.
Dejemos el juego tonto, / hagamos cosas más serias, / no
todo van a ser ferias / que se despachan bien pronto. / Existe muy fuerte monto
/ de asuntos trascendentales, / que por ser fundamentales / implican el
compromiso / ─no se requiere
permiso─ / de tratarlos con
avales.
Para indicar a la gente / que no todo es llano y liso, / no
es menester un inciso, / digámoslo seriamente. / Debemos hincarle el diente /
sin ninguna cortapisa, / ya que no es cuestión de risa / el maremágnum armado /
y salir de este tinglado / no lo solventa una misa.
El nivel de crispación / que existe en la actualidad, / se
asemeja, de verdad, / al ruido de un mogollón. / Pues vislumbras un montón / de
energúmenos gritando, / que parecen pregonando / un, dos, tres, barreno y
fuego, / tomándose como un juego / el sueldo que están cobrando.
Ni se miran al espejo, / ni sus palabras revisan, / ha
tiempo que el rizo rizan, / son de chistera y conejo. / De servirles un
consejo, / algo que dudo infinito, / les diría a voz en grito: / no se pasen de
frenada, / moderen la acelerada / y no me hagan el cabrito.
Ya está bien de calentones / por los más nimios asuntos, /
que de la mano, más juntos, / se ganan las bendiciones. / Promesas a borbotones
/ muy pronto se diluyeron, / porque los cabreos fueron / los claros
protagonistas, / son las únicas conquistas / de aquello que nos dijeron.
Lunes, 27-01-25
Con la proa pa´l marisco / se enfila este mes de enero, /
toca en la puerta febrero, / carnavales en un fisco. / Cantaremos con Jalisco /
y también Guadalajara, / pues el disfraz enmascara / pesadumbres y penurias, /
y si no me voy pa´ Asturias / o Caleta de Famara.
En mi pueblo llevaremos, / antes de Semana Santa, / tantas
fiestas que ya espanta / cuando el verano alcancemos. / Y aunque agotados
estemos / cuando nos llegue septiembre, / aplaudamos al que siembre / más
jolgorio popular, / para poder disfrutar / hasta el final de diciembre.
Que récords sigan cayendo / con general regocijo, / que más
votos, yo colijo, / algunos van obteniendo. / Porque mi pueblo, estoy viendo, /
con bien poco se contenta / y al votar no tiene en cuenta / en qué se gastó el
dinero, / que con fiestas desde enero / el bagaje se incrementa.
Son menester los festejos, / pero malos los excesos, / como
ocurre con los pesos / después de los años viejos. / Y mi pueblo, Los Realejos,
/ adolecemos de mucho / personaje de cartucho, / que solo busca medrar; / por
ello pido cambiar, / por ese objetivo lucho.
Mas no atisbo yo entusiasmo / y contemplo al colectivo / de
votantes poco activo, / como afectados de espasmo. / ¿Disfrutarán de un orgasmo
/ que a mi edad ya no columbro / y por ello yo no encumbro / a políticos
mediocres? / Pueden ser los tintes ocres / por los que me apesadumbro.
A modo de conclusión:
Somos como el avestruz que esconde la cabeza bajo tierra.
Nos dan fiestas y nos olvidamos de que hay algo más. Mucho más. Vemos la
cáscara y desechamos el contenido. Pues vale, sigamos.
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