Coge el dinero y...

Se blanquea sin rubor. Todos al mismo dornajo. El pienso que no falte. En aras de una ficticia estabilidad cabe todo. Lo importante son los garbanzos. Y cuanto más tiempo estén asegurados, como si debo pactar con el diablo.

Lunes, 17-02-25

Con VOX jamás pactaremos, / dijo un mal día Fernando, / y ya los ves gobernando / que con quien es lo de menos. / Ahora son chicos buenos / en Teguise y en Arona, / porque de buena persona / cada cual sacó el carné / y de mano se les ve / ya que todo se perdona.

Debemos garantizar / la ansiada estabilidad, / ¿pero piensan, de verdad, / que así nos van a engañar? / Con VOX no voy a pactar, / dijo el jefe cierto día, / y en Arona se veía / la feliz constatación / de un mentiroso en acción: / en Teguise ya incumplía.

El descrédito se impone / y en ellos no se confía, / sigan, pues, con la manía / hasta el plazo en que detone / ─mejor, que el pueblo razone─ / la inconsistencia que abruma, / porque el aguante se esfuma / a pasos agigantados, / viéndose por todos lados / oscuridad, mucha bruma.

No pueden justificar / que no exista ideología, / cual si fuese tontería / el papel de gobernar. / No se trata de jugar / cuando se pacta un entente, / pues primero está la gente / que ya el dedo no se chupa, / así que miren con lupa, / no enrarezcan el ambiente.

Martes, 18-02-25

Casimiro en La Gomera / se gasta el dinero a espuertas, / tiene las cuentas abiertas / de Canarias cuando él quiera. / Cada año se supera / despilfarrando millones, / regándolos por montones / en obras sin ton ni son, / pues se le importa un copón / que abunden las sinrazones.

Si quieres venir conmigo, / te llevo hasta un mirador / donde se aprecia el grosor / del montante que maldigo. / Si a él se le importa un higo, / para mí es fuerte quebranto; / en el mentado de El Santo / ni se sabe lo gastado / ─o, mejor, despilfarrado─ / …estoy que me solivianto.

Toda una isla regada / de obras muertas de risa / el papi no tiene prisa / porque jamás pasa nada. / Se le aplaude la jugada / por tres votos indecentes, / mas yo no aprieto los dientes / ni miro hacia el otro lado; / este sistema trucado / merece nuevos agentes.

Es tanta la millonada / dispuesta con alegría, / que tú exclamas: ¡madre mía, / ya se pasa de frenada! / Como la gente está untada / con dádivas y prebendas, / dejan pasar componendas / que el dinero no nos duele, / aunque este trance revele / injusticias a sabiendas.

Las carencias insulares / en los otros territorios, / aunque sean bien notorios, / no dejan de ser lunares. / Así son los cabalgares / de los gobiernos canarios, / donde votos necesarios / se maman los presupuestos, / con resultados funestos / por los gastos suntuarios.

Yo le pregunto al gomero / si le ha valido la pena / disponer de una isla llena / de logros en un fichero. / Es un éxito tan huero / que no cuadra el gasto habido, / porque no hemos conseguido / ser graves planificando, / sino seguir emparchando / con un afán desmedido.

A modo de conclusión:

Qué fáciles corren los dineros cuando no suponen quebranto a bolsillos propios. Y de eso saben mogollón los equipos de gobierno en las instituciones con el paradigmático caso de Casimiro al frente. No hay quien le tosa. Y ya no solo en La Gomera. En los dos días que acude al parlamento –para qué más– el p… amo. Cuando yo sea mayor, también me apuntaré para que me ponga un chaleco amarillo y me mande a limpiar cunetas. ¿Y si me trinca un coche? Entierro gratis.