Miércoles, 02-04-25
Entretenidos seguimos / jugando con inmigrantes, / sometidos
a desplantes / como jamás nunca vimos. / El racismo consentimos, / con
xenofobia incluida, / perdimos ya la partida / y también el humanismo, / y yo
creo que, asimismo, / la decencia de por vida.
Con este encono se alcanza / una cota sorprendente / y en el
tablero una gente / que ha perdido la esperanza. / Cuando el acuerdo no avanza,
/ porque el odio sale a flote / imponiéndose el azote, / se pierde la dignidad,
/ que avergüenza, de verdad… / salvo al voxiano
machote.
Lo malo es que la derecha, / que se dice moderada, / se ha
sumado a la jugada / con visión bastante estrecha. / Qué desgracia nos acecha /
con estas mentes obtusas, / que con palabras difusas / intentan justificar / un
maltrato singular: / ¡no se admiten más excusas!
Este asunto, aquí en Canarias, / ya nos produce sonrojo, /
porque es mucho nuestro enojo / por tratarlos como parias. / Las actitudes
falsarias / del que es vicepresidente, / ─cuando juega con la gente / a la que damos el plante─ / olvida que fue emigrante / en
un pasado reciente.
Aquello que a tu familia / le dieron en Venezuela, / por
mucho que a ti te duela / en tus horas de vigilia, / debe guiarte a la filia /
que el ser humano merece, / aunque a tu grupo, parece, / lo negro le desentona,
/ y dado que no razona, / es la fobia la que crece.
La pena que por ti siento, / debo extenderla a Clavijo, /
pues cada cual, a más pijo, / solo viven pa´l sustento. / Hace falta más
aliento, / más coraje, más valor, / y no gripar el motor / con desplantes y
vaivenes, / que se cuentan ya por cienes:
/ ¡qué prestigio!, ¡cuánto honor!
Jueves, 03-04-25
Negros que luchan aquí, / en el deporte vernáculo, /
pensarán: “En qué espectáculo, / demonios, yo me metí”. / Mientras tanto, sí o
sí, / siguen bregando con ganas, / ajenos a las villanas / maneras de
comportarse / de quien debiera bajarse / de sus crianzas malsanas.
Genio, destreza y valor / y nobleza en la mirada, / mas la
casta acomodada / a tal hecho no hace honor. / Si juegas con el dolor / de los
seres indefensos, / se viven momentos tensos / fallando la humanidad: / no
ultrajen la dignidad, / no incrementen los disensos.
Los negros vilipendiados / tremenda lección nos dan, /
sonrojo provocarán / por los hechos desgraciados. / Estamos harto cansados /
por esta escasez de miras; / todo se basa en mentiras / y en la falta de
empatía / ante gente que venía / en precario, no de giras.
No es asunto de partidos, / porque es cuestión de estado, /
dejen las guerras de lado / y caminemos unidos. / Ellos son agradecidos / que
vienen a trabajar / y solo quieren sumar / teniendo una vida digna; / no existe
aquí más consigna / que la de siempre avanzar.
A modo de conclusión:
Solo quieren ganar el pan honradamente. Y algunos se empeñan
–se emperran, mejor– en negárselo. Hasta la sal. Se extiende, peligrosamente,
el circo semanal del Congreso de los Diputados o cualquier cámara autonómica
que se (des)precie. Mientras, los negros bregan. Nos sacan las castañas del
fuego. Nobleza sublime. La de ellos. Lo nuestro… díselo tú, Manolo.
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