Martes, 17-06-25
¿Tendría que ser Europa / la que ordene el revoltillo /
judicial que algún velillo / nos introduce en la sopa? / ¿Daremos una metopa /
a algún juez desmelenado / que se cree entronizado / porque una toga lo ampara / y se erige por la cara / en Hurtado bien Peinado?
Los justos son mayoría, / más las pocas excepciones /
pretenden ser relumbrones / en permanente porfía. / Deben tener la manía, /
estas ilustres seseras, / de que buscan las maneras / de estar en el candelero,
/ transitando por sendero / muy peligroso, de veras.
No hay que generalizar / estos hechos lamentables, / pues
todos no son culpables / en su forma de actuar. / Lo malo es que al destacar /
estos supuestos aislados, / solemos dejar marcados / a quienes cumplen con
celo; / no debemos hacer duelo / de los lógicos enfados.
Aumenta la desconfianza / y el descrédito se impone, / ¿no
habrá alguien que esto entone / para inclinar la balanza? / Es menester más
templanza / aparcando los prejuicios, / pues de seguir con los vicios / y las
luchas intestinas, / no acabarán las inquinas / a tremendos estropicios.
Hace falta que el Consejo / ponga orden en el patio / y que
rebaje algún vatio / los tonos de más de un rejo. / Sé que es un tema complejo,
/ pero hay mucho por hacer / si más no queremos ver / otros juicios paralelos,
/ ya que ponen por los suelos / el crédito de un Poder.
Miércoles, 18-06-25
No quieren a los negritos, / se lamentaba Clavijo, / pero a
Manolo no dijo / a ver si pegas dos gritos. / Sigan haciendo pinitos / con los
niños inmigrantes, / porque serán los desplantes / una losa a levantar / cuando
al infierno a purgar / vayan los “buenos talantes”.
Una academia privada / le dio una licenciatura / al tremendo
caradura / que sigue sin hacer nada. / Y jornada tras jornada / repite cual
loro al uso / argumento tan obtuso / que nos causa desazón; / ya no sé si es
tan torpón / o es el pueblo fuerte
iluso.
Al gobernante concedo / beneficio de la duda, / mas lo real
me desnuda / y contenerme no puedo. / O salimos de este enredo / o negro es el
porvenir / para el que debió salir / en busca del alimento: / ¿no te recuerda
este cuento / al que a América debió ir?
Si no se pueden buscar / al problema soluciones, / que
arranquen estos “listones” / y los manden a lijar. / Ya está bien de soportar /
el pasotismo cruel / de quien disfruta la miel / olvidando la ascendencia, / lo
que en el fondo evidencia / que no se deja la piel.
Me cueste lo que me cueste, / te atreviste a decir, / cuando
lo tuyo es mentir / aunque a muy pocos le apeste. / Lleva contigo a la hueste /
de mi pueblo realejero / y atraviesen el sendero / de esa mar que todo traga, /
por si les cae la plaga / que vive el negro extranjero.
A modo de conclusión:
Me das lástima, Clavijo. Ese nadar entre dos aguas, que tan
bien te ha enseñado Domínguez en la flamante nueva piscina realejera, me
produce tantos retortijones que llevo unos días sin separarme más de cinco
metros del retrete. Sí, me cago. Y no escribo más. Por hoy.
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