Viernes, 13-06-25
Ejemplaridad predica / el pepé manifestándose, / mas Feijóo está olvidándose / de que eso se
practica. / El pasado lo salpica, / pero también el presente; / es menester
vaya urgente / a un rápido tratamiento, / de lo contrario, presiento, / no
llegará a presidente.
Y cuando vaya al doctor, / que le acompañe Manolo, / ese
increíble pipiolo / que cada día… a peor. / Ya nos provocan dolor / sus vanas
explicaciones, / con disculpas a montones / para tapar sus vergüenzas; / son
tantas las indecencias / que nos causan picazones.
Presenten una moción / de censura alternativa / y acaben con
la deriva / de un teatro facilón. / Si el voto les da razón, / a gobernar sin
demora, / pues con el ruido de ahora / no vamos a ningún lado, / solo avivan el
enfado / con tan peligrosa escora.
Tampoco ayuda la novia / de un señor particular, / porque lo
suyo es crispar / con toneladas de fobia. / Parece una cosa obvia / que ella
aspira a mucho más, / por ello en peligro estás, / querido Alberto del alma, /
o te lo tomas con calma / o pa´ Galicia te vas.
Cuando vengas a Canarias / debes medir tu mensaje, / no sea
manches el traje / del falto de luminarias. / Cuando detrás pones varias / caras
con tales valías, / no te canté unas folías / porque el timple me faltaba, /
mas de risa me meaba / con las cosas que decías.
En mi pueblo ya sabemos / de andares de los ausentes, /
chupatintas, complacientes… / ¿qué otro nombre les ponemos? / Si por la villa
los vemos / cómo lucen el palmito, / que se queda en mero rito / pues falta lo
principal: / la neurona que es aval / de quien se dice perito.
Sábado, 14-06-25
Persiste algún socialista / en su deriva a estribor, /
causando enorme furor / en las filas “feijoístas”. / Deben ser las mentes
listas / que se creen superiores, / ¿para causar más dolores / con un poco más
de ruido? / Que suene el tremendo envido / para ahogar los sinsabores.
Cabalga un nuevo Quijote / por las tierras de La Mancha / y
en la albarda se escarrancha /
mostrando mucho cogote. / No creo que sea un mote / el de “la triste figura”, /
pero es cierta la locura / de su ataque a los molinos: / ¿son efectos de los
vinos / o del agua pa´l Segura?
Emiliano, Emiliano, / o señor García Page, / agarre usted el
equipaje / ─le basta con el
de mano─ / y véngase bien
ufano / a bañarse en El Socorro, / donde puede hacer un corro / con las lapas y
burgados, / que oirán entusiasmados / lo que le salga del morro.
Aprovechando la estancia / te das un salto a El Guindaste, /
ya que te gusta el contraste / aunque falto de elegancia. / Que te puede la
arrogancia, / no cabe la menor duda, / mas me da que te la suda, / como a
Felipe González, / los actores principales / para prestar una ayuda.
Discrepar es saludable, / pero lo tuyo es patético, / debe
ser chute energético / de quien se cree intocable. / En lugar de echar un cable
/ al gobierno nacional, / te parece primordial / salvar tu propio pellejo: /
pues te miras al espejo / y te ves el ideal.
A modo de conclusión:
Se cabrean los de ahora cuando los viejos señalamos que la
política ya no es lo que era. En compromiso, al menos, ganamos por goleada. Y
nos mostramos díscolos, pero con elegancia. No como el nuevo quijote.
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