Martes, 06-05-25
A quien usa la expresión / de mear y no echar gota, / le
deseo, y no es chacota, / un prostático trancón. / Porque no es un vacilón /
jugar con tema tan serio / y aquí estoy de magisterio / demandando sensatez, /
porque somos más de diez / los que hablamos con criterio.
No es que gran cosa sepamos, / aunque tras quedar trancados,
/ pasando tiempo sondados, / las expresiones cuidamos. / Y de los nervios quedamos
/ cuando nos viene el recuerdo; / te aseguro que no muerdo / en mi caso bien
concreto, / pero quedo en un aprieto / y hasta el don de gente pierdo.
Te quisiera recordar / que es algo desagradable / vivir
pendiente de un cable / cuando tengas que evacuar. / Me gustaría pensar / que se
hace sin maldad, / pero ya con cierta edad / ves los temas con sosiego, / sin
esperar a que luego / nos hablen de calidad.
El pasar por dicho trance / con una impotencia atroz, / es
como darte una coz / que en ciertas partes te alcance. / Se hace difícil el
lance / de hacer fuerzas sin poder / y en la vejiga tener / depósito a
reventar, / pues se llega a acumular / más de un litro y… ¡padecer!
Cuando introducen la sonda / y encuentra vía la orina: /
¡uf, qué alivio, cosa fina, / qué meada más redonda! / Una experiencia tan
honda / merece el mayor respeto, / por ello yo pongo el veto / a esa frase recurrente
/ con que se expresa la gente / sin pensar, así interpreto.
Miércoles, 07-05-25
Hace tiempo que sembré / un cafetal en maceta / y bella flor
muy coqueta / esta mañana observé. / Una taza de café / para siempre me aseguro
/ y para el tueste, te juro, / el material ya he comprado, / que lo tengo
preparado / para el próximo futuro.
Con pipas de calabaza, / aunque aún no han germinado, /
pienso montar un tinglado / pa´ venderlas en la plaza. / Y si el ayún me
rechaza / la licencia pertinente, / cogeré esa masa ingente / de bayas
esplendorosas / para exponerlas lustrosas / a todo bicho viviente.
Las calas no venderé, / pues orejas ya hay bastantes / ─de burro, con sus desplantes─ / sino de adorno usaré. / Con
dalias combinaré, / amén de camelias varias, / pero serán las notarias, / de
este congreso floral, / las hortensias sin igual / de nuestras Islas Canarias.
Ya saben que el jubilado / suele tener un terreno / donde se
pone moreno / si el tiempo está soleado. / Como yo nací cansado, / no tengo
necesidad / de sufrir esa ansiedad / sembrando papas bonitas, / por lo tanto,
unas floritas / por mera curiosidad.
Macetas en la azotea / y huertos en Las Abiertas, / expectativas
cubiertas / con suficiente tarea. / Cada uno el tiempo emplea / en lo que crea
oportuno, / si no gusta el higo tuno / puedes un kaki comerte, / lo importante
es no perderte / en un trámite bajuno.
A modo de conclusión:
Que sigamos echando gotas –mejor, chorros– y que sigan cayendo
(las de la naturaleza) en los terrenos de secano. Al menos hasta que los organismos
oficiales posibiliten el riego ampliando la red existente hasta los lugares y
huertas que aún deben mirar a lo alto por si la nube generosa no se ha trancado
y puede mear libremente. Que así sea.