miércoles, 30 de octubre de 2024

Tres eran tres

Tres asuntillos, tres. A vuelapluma. Sin orden ni concierto. Para un miércoles que ya huele a puente.  Vamos allá:

Se está estudiando –eso leo– si prorrogar la gratuidad del transporte público para el próximo año o dejar sin efecto tal medida. Y quizás sea el menos adecuado para opinar del asunto porque llevo muchísimos años que no me subo a una guagua. Bueno, miento, a las que pone el Imserso en sus viajes, sí. Así que no he sido yo uno de los afortunados que utilizó ese medio para ir al trabajo, a la universidad o, llana y simplemente, a un garbeo de jubilado. Pero entiendo que el haber hecho una generalización –como los entierros gratis de Casimiro en La Gomera– no constituyó un ejemplo de cómo utilizar correctamente los dineros públicos. Porque son muchos los que se han aprovechado sin que se lo merecieran. Como los precitados viajes del Imserso que son copados, mayoritariamente, por quienes bien podrían dejarlos para gentes que realmente los necesiten y que no pueden acceder a los mismos por falta de recursos económicos. Así que, o establecen unos baremos –llámalos bonos o como te plazca– o continuaremos haciendo un uso inadecuado de los caudales públicos tan necesarios para menesteres más urgentes y de mayor trascendencia. Y no creo sea necesario recordarlos.

Estuve recorriendo Portugal no ha mucho. Y en dos de las estancias hoteleras tuve que abonar la pertinente tasa turística. Y aquí estoy porque el quebranto económico no me impidió el regreso ni me obligó a estar fregando platos durante dos semanas. Mientras, en nuestra tierra seguimos reacios a la adopción de tal medida. Pero, a cambio, nos hemos inventado el céntimo forestal. Impuesto que consiste en gravar hasta dos céntimos por litro a la hora de repostar para que el fotingo siga circulando. Da la impresión de que el impuesto a los combustibles es como un chicle. Por un lado exigimos descuentos y por el otro te quitan el chupete de la boca. Lanzarote y Fuerteventura han puesto el grito en el cielo al considerar que sus bosques y montes se hallan debidamente cuidados y, por ahora, no requieren atendimiento extra. Casimiro saltó como un quíquere porque en su Gomera los veinte céntimos de subvención se quedan para siempre y pobre del que ose modificar su política de saciar estómagos, porque sufrirá en sus propias carnes el baile maldito de tres votos. Ahora que ya la naturaleza recupera su esplendor tras aquel terrible incendio, déjenme a los electores tranquilos.

El grupo socialista en el Parlamento de Canarias presentó una Proposición de Ley encaminada a modificar la Ley 7/1995, de 6 de abril, de Ordenamiento del Turismo en Canarias, para que se incluya la obligación de instalar camas elevables en el sector. Algo que las camareras de pisos (kellys) vienen reclamando desde hace tiempo. Y fue aprobada por todos los grupos, a excepción de Vox. Nada que no pueda extrañar de esta formación política que no quiere negros inmigrantes, pero sí esclavos en los trabajos.

Todo aquello que coadyuve a la mejora en las condiciones laborales, bienvenido sea. Pero como observo con demasiada frecuencia que se requiere cubrir puestos de trabajo y no siempre es posible, no puedo dejar de pensar si no ocurre tal circunstancia porque lo salarios no compensan la carga horaria a cumplir. Y en este particular caso del turismo, cuando los números de visitantes se incrementan cada año, me da –esa impresión tengo– que el empresario se halla más interesado en el aumento del capítulo de beneficios que de procurar el alivio del empleado y la mejora de sus expectativas.

Como en el texto aprobado se contempla la posibilidad de llevar a cabo la finalidad pretendida de manera gradual, aunque con la amenaza de cuantiosas multas por el incumplimiento, me temo que las quejas y disculpas para dilatar dicha obligación vaya a ser la tónica dominante. A la espera me pongo. Seguro que el señor Marichal algo nos dirá al respecto. De sus palabras, a buen seguro, dependerán los plazos en la tramitación parlamentaria. Ashotel no tiene prisa. Y los que se sientan en Teobaldo Power, a más reuniones… ¿Lo cogiste?

lunes, 28 de octubre de 2024

Tolete

Leo en Diario de Avisos (22-10-24): “El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha elogiado este martes la labor del vicepresidente del Ejecutivo y presidente del PP de Canarias, Manuel Domínguez, porque está ‘peleándose’ con su partido para que se negocie la reforma de la ley de extranjería, pero ha afeado a la formación que se haya levantado de la mesa con el Gobierno”.

Comprobado está que les interesa más el puesto bien remunerado que solucionar problemas en las islas. Y me apena que los rebajadores del IGIC no sean capaces de ofrecer otros mimbres. Pero como del nacido en Venezuela y licenciado en Wyoming ya he escrito bastante sin que note mejoría aparente –me atrevo a decir que el deterioro es asaz notorio–, no me queda más remedio que intentar convencer al capitán del barco a la deriva para que aparte de manera fulminante al segundo de a bordo. Aunque me da que…

Si debo recurrir al diccionario –ejercicio siempre recomendable–, creo que el término exacto para definir a quien se ha dedicado a viajar –qué bueno es hacerlo gratis– porque entiende que la solución al problema de los negros que nos llegan en pateras y cayucos se halla lejos de Canarias, es el que luego te diré. Y nada más lejos de la realidad. El quid de la cuestión está bien cerca, a tu lado. Por ello, y sin que se tome esta consideración como ofensa a las capacidades personales de cada cual, me permito utilizar un calificativo cariñoso y que los nacidos en este tierra sabemos usar al tiempo del afectuoso consejo con palmada en la espalda.

Estimado Fernando: eres un tolete. Quizás, muy fuerte tolete. Manolo te engaña cada tres por dos. Incluso cuando se pone delante de una cámara. Ejercicio, por cierto, que le encanta tanto como dar besos en cualquier superficie comercial. Y tú piensas que es diferente de los populares de allende los mares. Son la misma cosa. Falsos e hipócritas. Y cuando tú entiendes que se mueve ante los que desde allá lo mangonean –cuando no lo ningunean–, está llevando a cabo su teatrillo particular. Cueste lo que me cueste. Pura pantomima. Me pondré de rodillas si fuera necesario. Cinismo a la enésima. El PP seguirá mareando la perdiz. Porque su objetivo, y obsesión, es Sánchez.  Se le importa un carajo la situación de Canarias y el abultado número de menores que se encuentran recogidos en centros por todas las islas. Es más, si pudieran –que se queden donde están– hasta la gomera Meloni se les queda corta.

Y cuando tú viajas –ya dudo que lo hagas convencido de querer aportar alguna luz– y lo dejas al mando del navío atlántico, no solo se estalla de risa sino que se vanagloria de sus hazañas al tiempo que aplaude tus vanos intentos. Pues el manual de instrucciones dictado desde Génova cada mañana, aunque no lo especifique con todas las letras, te está indicando que eres un tolete.

Escojo las dos primeras acepciones (la tercera no viene al caso y la cuarta, ¡madre mía!) del diccionario de la Academia Canaria de la Lengua:

1. adj. Tonto, simple. U. t. c. s. Ella es lista como una tea, pero el amigo es un tolete. 2. adj. Vanidoso, ridículo. U. t. c. s. El tolete ese se cree más que nadie.

Y la séptima del de la RAE: 7. adj. despect. coloq. Can., Col. y Cuba. lerdo (tardo y torpe para comprender). Apl. a pers., u. t. c. s. Con sus sinónimos correspondientes: lerdo, zote, cazurro, tonto, dundo.

Uno (tú) haciendo el tolete con la mochila al hombro. El otro (más tunante todavía) creyéndose pavo real, de autoestima inflada. ¿Narcisista? También. O ególatra, vanidoso, presumido, fatuo…

Cuando ya acabo, mejor cambio de opinión: ¡fuertes dos toletes! Con el cariño y expresión dulce que los canarios ponemos. Los nacidos y criados entre fincas y molleros algo sabemos.

viernes, 25 de octubre de 2024

Ayuso

¿Serás tan inconsciente, Isabelita, como para no darte cuenta de todo lo que has venido soltando por esa boquita desde que Pedro Sánchez se trasladó a La Moncloa? El día en que alguno reúna en un dosier el conjunto de exquisiteces que le has dedicado en estos últimos años, lo mismo te sorprenderías. Debe existir ya material suficiente para una tesis doctoral. Y de grabarlo en un disco duro, serían necesarias unas dieciocho mandarrias (mazos de hierro con mango largo, para romper piedras y otros usos similares), porque los clásicos martillos Bellota de los ordenadores de Bárcenas no serían, ni por asomo, suficientes para la destrucción. Ejercicio que bien conocen los tuyos.

Sé que vas por libre. Si Feijóo te había señalado –no ha tanto, en septiembre– que sería un error no acudir a la convocatoria del presidente del Gobierno, tú sostienes que él te ha difamado. Y lo que es aún peor, ha llamado delincuente confeso a un ciudadano particular. Eso que por ahí denominan respeto institucional, a ti se te importa un bledo. Vamos, que te lo pasas por el ático. O por el frutero.

Y desde la Asamblea madrileña has venido ejercitando una labor de buenos portes y nobles modales, que ya bien quisieran practicar en otros lugares. Eres todo un ejemplo a seguir. No me atrevo a escribir que con esa carita de no romper un plato constituyes el espejo donde debemos dirigir nuestras miradas, por si piensas que lo manifiesto con ironía. Nada más lejos de la realidad.

Ese ciudadano particular al que antes aludí, y según leo, exige al señor Sánchez –ese ser malvado al que hay que echar utilizando cualquier medio al alcance popular– una compensación económica de 150.000 euros. Puede que sea una ayuda para pagar lo que debe a la hacienda pública si le suma los otros tantos que exige al ministro Bolaños. Pues me da que va a tener que incrementar la nómina de los denunciados para que, granito a granito, el montante no se le quede corto.

Una aclaración necesaria, ineludible, justa. Vamos el diccionario. Delincuente: que delinque. Delinquir: cometer delito. Confeso (dicho de una persona): que ha confesado su delito o culpa. Difamar: desacreditar a alguien.

Fue el precitado ciudadano particular quien reconoció ante la fiscalía que había defraudado a Hacienda (más de una vez) y que, por consiguiente, debía pagar la cantidad no declarada, amén de los efectos colaterales que el proceso judicial iniciado conllevara. ¿Asumió, pues, la comisión de un delito? O de varios, vaya usted a saber. ¿Confesó que ello fue así? Pues, ya está: delincuente confeso. ¿Es un insulto, agravio, ofensa, ultraje, injuria, etc., etc. decir la verdad? ¿Lo llamó Pedro Sánchez –o Bolaños– cachanchán, botija verde o lancha rápida? Hasta donde yo sé, no. Por lo tanto, ¿dónde está el pecado cometido?

Sí, las verdades duelen. Alguien escribió que son como puñales que perforan la armadura emocional. Tal vez por ello surgen las mentiras piadosas. O lo bulos interesados. O los rumores, que no noticias. Que se aderezan y complementan desde medios afines por mor del unto institucional basado en las inyecciones económicas para publicidad y propaganda en digitales panfletarios. E incendiarios. O, incluso, en la prensa tradicional, con líneas editoriales tan bien definidas que ven pajas en ojos ajenos y no vigas en los propios. Que escrutan los discursos de Sánchez vocablo a vocablo y no tienen, al parecer, acceso a las actas de sesiones en parlamentos autonómicos. O que confunden el mural de Tellado, el de las víctimas del terrorismo etarra, con una viñeta humorística. Cuánto cinismo.

Y perdona si al principio te llamé Isabelita en un exceso de confianza. Cosas de persona mayor. No te iba a mentar como Isabel Natividad. Te juro que si me llevas al juzgado, me pondré de rodillas para pedirte perdón. Aunque no me saquen en el telediario. Pondré tu misma cara –así como de ingenuo; exacto, ahora que caigo, como la de tu subordinado Domínguez cuando habla de los inmigrantes– y ya verás como convenzo al magistrado. Es que me salió la vena docente y me acordé de cuando los menudos se peleaban en el recreo y se reprochaban con el clásico “ya no me junto contigo”.

No persistas en jugar con fuego. Te vas a quemar. O, como mal menor, puedes mear la cama. Esas huidas a base de pasos en falso solo contribuyen a enfangar. Rentable políticamente a corto plazo. Ejemplos a escala mundial, unos buenos cuantos. Pero a la larga, inexorable ley de vida, la gente despierta. Y no estará el dinosaurio. Sino un horno de fuego, y allí será el llanto y el crujir de dientes. Para ustedes que son tan religiosos, qué menos que este pasaje bíblico. A mandar.

miércoles, 23 de octubre de 2024

¿Igual para todos?

Antes de entrar en el asunto por el que adjunto la ilustración pertinente, vayan dos apuntes breves a modo de preámbulo:

Estoy completamente de acuerdo con doña Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife, en su comentario de ser partidaria de construir túneles para la ampliación de la TF-5 desde Los Realejos a La Guancha (linde con Icod de los Vinos en el barranco de las Ánimas), donde se inicia el tramo hasta El Tanque. Cuyo asfalto, por cierto, da pena. Habrá que invitar a Casimiro para que desde Los Cristianos no coja siempre para Santa Cruz. Pero me surge una duda razonable: ¿Llegaré a su inauguración?

“Mueren dos deportistas durante el Mundial de triatlón en Torremolinos”. Ya lo escribí tiempo atrás. Los excesos pueden ser tan –o más– peligrosos como los defectos. Y esa carrera, sin límite aparente, en las competiciones deportivas está poniendo en jaque la resistencia humana. Si las salvajadas en los kilometrajes no se acompasan con la preparación física adecuada y el debido autocontrol para fijar el aguante del cuerpo humano, mal asunto.

Que el patio (político, con sus efectos colaterales) anda revuelto –qué raro– no constituye una novedad. La persecución al adversario, que no enemigo, alcanza cotas inimaginables. Y si los mecanismos de la administración pública no son suficientes, al juzgado, previa fase del insulto a mansalva. Haya o no fundamento y base para ello. Porque los jueces también quieren jugar en este partido y participar en una carrera alocada. Maratón que ni siquiera tiene fijada una meta de antemano. Porque todo es imprevisible. Y no es que Jesús se haya investido de ciencia infusa. Basta con escuchar lo que opinan “prestigiosos juristas”, en uno y otro sentido, y acabas por tildar de locura pertinaz esta especie de tormenta –también mediática– que nos envuelve.

“Es una canallada lo que se hizo en las residencias de Madrid no trasladando a los ancianos a los hospitales. Debería investigarse, pero la Justicia no está haciendo su trabajo. La Justicia no es igual para todos”.

Si lo hubiese manifestado yo, otra parida más de mente calenturienta. Pero si se trata del juez José Castro, quien instruyera, entre otros, el denominado Caso Nóos (¿se acuerdan de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina de Borbón, la que nunca supo nada de los pelotazos –de balonmano– de su marido?), el que reconoce abiertamente que la justicia (en minúscula) está podrida en grado superlativo, algo, o mucho, falla en el sistema.

Eso de que los jueces se autocalifiquen de conservadores y/o progresistas chirría un poco. O un mucho. Porque cada cual es muy libre de tener tales o cuales predilecciones. También políticas, por supuesto. Faltaría más. Pero si en el ejercicio de su labor afloran propensiones y desvíos por mor de vete a saber tú qué tipo de componendas, haremos saltar por los aires independencias y otros sagrados conceptos en el ejercicio de sus competencias. La ejemplaridad brilla por su ausencia.

Sentencias que rayan los despropósitos, admisiones a trámite que se sustentan en bulos y falsedades, causas que se eternizan en sumarios incoados mediante trayectorias erráticas, filtraciones interesadas, connivencia con medios afines, permisividad o inquina a la carta…

Flaco favor el que algunos poderes del Estado llevan a cabo en el ejercicio constitucional de sus funciones. Lo que conduce al incremento progresivo del descrédito. Y si a los políticos todo eso les resbala y se les importa un pimiento, tendremos los ciudadanos el recurso a nuestro alcance de castigar las osadías cada cuatro años. Que lo hagamos bien o mal, a la consideración de cada cual.

Mas si se trata del poder judicial, encargado de velar por el cumplimiento de la ley, el que daña con sus acciones los cimientos del estado de derecho, está mandando los principios de imparcialidad, proporcionalidad y debido proceso al contenedor de la basura más cercano. Y como no está sujeto a la consideración del voto ciudadano, cuando no cumplen con su trabajo, según lo declarado por Castro, ¿qué nos queda? ¿Nos tomamos la justicia por nuestra mano, estilo Netanyahu? ¿Recurrimos al insulto permanente, estilo Asamblea de Madrid?

Cordura, señores togados. Que insensatos ya tenemos bastantes.

lunes, 21 de octubre de 2024

L-X-V

Exacto: lunes, miércoles y viernes. Serán, a partir de ahora, los días en que mate el entretenimiento de teclear algo en el blog. Porque debo dedicar más tiempo a poner en orden tanto archivo suelto. Menos mal que ya no son papeles desperdigados, por lo que la tarea, en apariencia, se facilita. Aunque de vez en cuando el ordenador me indica que sufre un uso de memoria elevado. Lo mismo no sigue mi ritmo.

Dicho –escrito– lo cual, y vacunado de covid y gripe (martes y miércoles de la pasada semana en Centro de Salud del pueblo (urgencias) y Centro Médico Adeslas, Santa Cruz, respectivamente), vamos con el desarrollo:

Las fotos son de Puerto de la Cruz. Ciudad que parece andar en horas muy bajas. Y de cuya situación me gustaría destacar tres aspectos. El primero de ellos relacionado con el actual gobierno municipal. Donde ninguno de los tres socios quiere quedarse al margen en las sesiones fotográficas. Esas que tanto pusieron en solfa cuando era Marco quien llevaba las riendas del barco atracado en el Penitente. Por lo que los tres gabinetes de prensa (los de las respectivas formaciones políticas del tripartito) trabajan a destajo. Y pienso que luego deberá estar el institucional para coordinar y poner en orden tanta instantánea. Que siempre vienen en formato horizontal, porque en vertical no caben todos. Y menos mal que no les gustaba una novelería.

Los otros dos asuntos son mucho más fangosos. Poco dignos para una población que vive del turismo. Si esos contenedores se hallan en tal situación, no creo que el pecado sea del anterior grupo gobernante. Aunque, en realidad, no se trata de buscar culpables, sino soluciones. Y la estampa no es nada gratificante. Máxime cuando cucarachas y ratas deben campar a sus anchas en ese caldo de cultivo. Y si le añadimos la situación –al lado del mamotreto que sigue avergonzando in sécula seculórum– bonito panorama para aquel entorno plagado de hoteles y establecimientos de ocio y restauración. Si el arreglo del desaguisado le compete al amigo Alonso, tardando está en dejar los retratos al margen, arremangarse y evitar más malos olores –amén de plagas y enfermedades– que los que se provocaron con la moción de censura.

Y lo de la calle Tegueste (Punta Brava), de juzgado de guardia. La imagen es lo suficientemente ilustrativa como para yo añadir algo. Y la salida del concejal asambleario, para enmarcar. Va a esperar el informe técnico para exigir las responsabilidades pertinentes a la empresa que llevó a cabo la obra. ¿Y dónde estuviste mientras se eternizó? Porque, parece, aún no saben si se olvidaron de poner dos canalizaciones: una para aguas pluviales y la otra para la mierda (fecales). Y como por esta última –de haberla– sigue empeñada la gente en arrojar las odiosas toallitas –buenas para múltiples usos, pero demoníacas cuando se tiran por el váter– imagínate que solo hayan dejado una para recoger todo. De locos. Pues han bastado cuatro gotas para contemplar tan idílica exposición. Los sufridos vecinos, tras una odisea de muchos años, creían ver cumplidas sus expectativas y el gozo en un pozo. Los más viejos del lugar deberán recordar cuando por aquellos lares existieron las cochineras. En fin. Otra muesca que añadir al culebrón de Playa Jardín. No está de suerte María Jiménez, la antigua Washington. Solo le falta que pase otro Titlis y naufrague a la altura de El Veril.

A escala nacional, ninguna novedad. Continuamos con el “váyase, señor Sánchez”. Lema del que sí se acuerda Feijóo cuando se lo decía Aznar a Felipe González. Pero que, a contrario sensu, no interesa rescatar otro pasajes de antaño. Y como era consciente de que en el Congreso de los Diputados –pasada semana– le iban a mencionar a Zaplana (condenado recientemente por dedicarse a dar mordidas a las adjudicaciones de obras durante casi toda su carrera política), va nuestro hombre y se quita las gafas. Ojos que no ven…

Mientras persisten los bandazos entre las dos facciones del gobierno canario (CC-PP) al opinar acerca de qué hacer con los menores (todos negros) llegados en cayucos, allá por Oriente Medio un tal Netanyahu sigue ejerciendo de judío. El diccionario contiene diversas acepciones. Yo escogí la que entendí más adecuada. Dejo a tu criterio el resto. Saludos cordiales.