Cuando
estudiaba Ciencias de la
Información (rama de Periodismo) –en serio, tengo hasta el
título– se nos decía que había tres profesiones sin horario predeterminado, las
denominadas tres pes: Policías, Periodistas y Prostitutas. Con estas tonterías
que nos han entrado para discriminar aún más, no sé si debo añadir a policíos, periodistos
y prostitutos. A lo peor sí.
Paro
En este
comentario de hoy me permito la licencia de varios contenidos, aunque no de
letra inicial, según reza en el titular del presente. Podría haber dejado, al
menos, el capítulo de Policías, porque en mi pueblo se halla la plantilla algo
escasa y no se atisba en el horizonte inmediato la posibilidad de ampliación.
Nos jugamos la carta de confiar en voluntarios hasta que cualquier desgracia,
siempre imprevisible, nos deje con el culo al aire por mucha teoría que podamos
encontrar en el Plan (copia y pega) de Marrón.
El paro bajó
este pasado mes de noviembre en 27.071 personas. Eso cantan los fríos números.
Me voy a Canarias y Baleares y me encuentro que la tendencia no se ha cumplido
en ambas Comunidades, donde aumentó la lista de parados en 1.477 y 9.843,
respectivamente. ¿El retraso en los viajes del Imserso? Me temo que sí.
Como
estadistas, y, por contagio, los medios de comunicación, juegan a confundirnos
con el dichoso interanual, te armas un cacao mental de tal calibre que al final
no sabes si subimos o bajamos. Lo único que me queda claro es que desde
noviembre de 2011 el descenso en los inscritos en las oficinas ha disminuido en
271.164. ¿Significa ello que hay esa cantidad de empleados más? Ojalá. Me temo
que si contabilizamos a los “emigrantes”, a los que debieron arrancar la caña
en busca de El Dorado, el montante ‘efectivo’ de empleos creados se reduzca
hasta límites de escándalo. Y como todavía transitamos por cuatro millones
largos, lo mismo necesitamos un siglo para alcanzar la tan ansiada estabilidad.
Del total de los
que cotizan, déjalo estar no sea que los jubilados sigamos con ese proceso
depresivo acelerado. Tanto que para diciembre volveremos a pellizcar el Fondo
de Reserva en unos minúsculos 7.700 millones de euros. Recuerden que eso no se
iba a tocar, era una de las líneas rojas populares. De lo que dejó Zapatero, ya
no queda ni la mitad. Estimaba yo que no la vería vacía, pero me temo que
también seré un afectado más. Y no conforme con esconderse, ya vuelve a las
andadas el compulsivo gallego con nuevas promesas. Por mí puede manifestar lo
que le venga en ganas, pero que haya “pollabobas” (otra con pé) que aún le
voten, me lo expliquen. Excluyo del vocablo entrecomillado a banqueros,
presidentes de Cámaras de Comercio y otros agraciados empresarios.
Presupuestos
Estamos en el
mes de aprobación de los presupuestos. Y aunque ya lo he sostenido
anteriormente, no dejo pasar la oportunidad para demostrar mi total
disconformidad con aquellos ayuntamientos, generalmente gobernados con mayorías
absolutas, que desprecian a los millares de ciudadanos que optaron por otra
opción política, al presentar en sociedad las cuentas municipales sin haberse
debatido en la correspondiente sesión plenaria. Porque difícilmente van a
aceptar propuesta alguna de los grupos de la oposición, tras haberlos dado a
conocer con todo lujo de detalles y especificando hasta el céntimo todas y cada
una de las partidas que contiene.
¿Para qué
celebrar ese pleno? ¿Para qué entregan, aunque con escaso tiempo para su
estudio, una copia al resto de grupos? Ahórrense estos trámites y limítense a
decir: Estos son los ingresos y gastos, y punto. Lo demás, pura parafernalia.
Mejor, falta de respeto. Y cobro de dietas.
Parches
El candidato
Alonso, que no presidente del Cabildo (el que engaña al electorado cuando sabe
que su actual cargo y el que aspira a conseguir –de ilusiones también se vive–
son totalmente incompatibles), pues en el supuesto de que muchos nos
equivoquemos al agarrar la papeleta, tendría que renunciar a uno de ellos (que
sería el de diputado segundón), ya no sabe qué atajo coger para contentar a la
señora Oramas (cuanto viste el Photoshop) y, si puede, de camino, a los
sufridores de las colas.
Lo trajeron
tempranito a La Orotava
(el bobo, iba a venir con su coche para gastar gasolina) y en la estación
villera cogió la guagua que él mismo había puesto más barata para que
utilicemos el transporte público sin miedo a quedarnos pobres. Y para predicar
con el ejemplo. ¿Pagó? Creo que sí, aunque lo puede compensar con el capítulo
de dietas y kilometraje de la institución insular. No pudo llevar a Linares
porque no tenía quien lo trajera después para el Norte.
Fue todo el
trayecto anotando incidencias. El desvío ‘solo bus’ parece que no funcionó
correctamente o según los planes previstos, pero son hechos puntuales y
fácilmente subsanables. Los periodistas acompañantes daban fe de los hitos de
la gira, fueron notarios del magno acontecer.
¿Creen
ustedes que si Carlos no estuviera inmerso en una campaña inútil, se embarcaría
en esta aventura? ¿Qué inusitada prisa le dio por contentar a una masa
poblacional mucho más que cabreada? ¿Y después del 20? Hombre, lotería Navidad,
Año Nuevo y Reyes. ¿Y luego? Carnavales. Como los que estamos viviendo, disfraz
(electoral) incluido. Parches, que son simples pegotes. O cataplasmas.
¿Quiénes? ¡Ah!
Chacho,
mañana es viernes. Le sigue el Puente de la Constitución. A
pesar de los baches, llevamos una marcha que agüita. Nos vemos mañana. Como
trabajo en casa, no trinco la cola. Sean felices.
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