¿No crees que el CCPC, a
título de ejemplo, debería hacer más hincapié en otros grupos necesitados de
apoyo y "dejar" a los que ya de por sí –sin entrar en valoraciones de ningún tipo– están promocionados, entiéndase
Sabandeños, Añoranza, etc. cuyo caché ya lo dice todo?
No soy el más adecuado para responder a esta pregunta por mis
vinculaciones con el Centro. Sin embargo, hay que reconocer que debemos marcar
un antes y un después del CCPC. Como hay que hacerlo, igualmente, con el
programa televisivo "Tenderete".
A pesar de los innegables fallos que ha cometido, la labor
realizada es importante. Antes sólo se escuchaba en la radio música de Los
Sabandeños. Ahora existen más grupos y más programas radiofónicos. Y el avance
en la cantidad –y también, por qué no, en calidad– de música folclórica, se le
debe, en gran medida, al Centro de la Cultura. Ha promocionado muchos grupos, y ahora
todo el mundo graba.
Cierto es que se potencia grupos ya consagrados, pero lo que el
público desconoce es que en ellos –ejemplo de Mestisay– existen auténticos
profesionales, que viven por y para la investigación folclórica, se lo trabajan
y ganan a pulso.
También ocurre esto en otras regiones españolas. Es un problema
difícil de compaginar.
Como trabajador de este sugerente campo, te habrás encontrado con
grupos, casos y cosas que sonrojan a quienes pretenden realizar una digna
labor. ¿Podrías enumerar algunos?
Como aludí con anterioridad, hay de todo. Pero no debemos olvidar
la importante labor social que se realiza. Aunque lo hagan, musicalmente,
rematadamente mal. En la sociedad actual, de no estar esos colectivos, debemos
suponer que esos chicos o jóvenes estarían en otro lugar, con toda seguridad
más inadecuado. Claro que los hay, pero dejémoslos que estén. Aunque nos
sonrojen, que sigan.
¿No crees que debe existir mayor preocupación para ofertar al
visitante algo más que el "Viva Tenerife"? ¿No sería conveniente
profundizar más a la hora de transmitir nuestro acervo histórico-cultural?
Indudablemente, pero es cuestión de formación. Y eso requiere
tiempo. Hace falta también cambiar muchas estructuras, sobre todo de mercado.
El empresario turístico –como cualquier otro– quiere obtener beneficios, y le
interesa escapar con el menor esfuerzo posible. Es inconcebible contratar a un
grupo de 30 o 40 personas. Ni siquiera cabrían; no hay espacio físico para
ubicarlos; restarían metros al negocio. Hasta que esta mentalidad no cambie,
seguirán existiendo los grupos de amigos.
Y mientras escapemos con el "Viva Tenerife", vamos bien.
Lo malo son los aditamentos, como "Los pajaritos", "Y viva
España" y alguna otra muestra que incorporamos como nuevos estribillos de
isas y nos quedamos tan anchos.
Seguro que se me han pasado aspectos que te interesa destacar y
que podrían ser interesantes. O si no, en todo caso, me gustaría que aportaras
cualquier sugerencia que consideraras conveniente.
Hoy se continúan dos directrices bien marcadas: se intenta
reproducir lo que tenga interés etnográfico o musical. Son muchos los grupos
que han derivado por el segundo de los caminos. Algunos, los menos, han
escogido el primero.
El CCPC ha establecido una especie de convenio con la Escuela de Magisterio para
el inicio de una investigación exhaustiva. Ambas directrices son respetables y
no tienen por qué estar reñidas. Son disyuntivas compatibles. En el respeto
mutuo y la seriedad de su labor deben basar sus avances. Tan lícito es el uno
como el otro.
Por último, Benito Cabrera hace una profunda reflexión sobre un
programa televisivo actual, y al que denomina, sin rubor alguno, "Caca y
Candil". Me comenta que un colectivo de gente preocupada ha elaborado
varios manifiestos en contra del mismo por la nefasta línea que viene siguiendo
y que en nada ayuda a fomentar lo nuestro. Es
otra de las muchas actuaciones negativas, que tanto desdicen de ese
importante material histórico que hemos ido acumulando a lo largo de los
siglos.
Con sorpresa contemplamos cómo el reloj nos señala la una de la
madrugada. En el viejo recinto universitario, al socaire de altas palmeras,
damos por concluida esta amena charla.
Tan grande es la afición de la mayoría de los componentes de la AFU , que aún esperaban a su
director. A buen seguro, junto a la copa de rigor, se intercalarán comentarios
de la labor que llevan a cabo.
Afuera, la tremenda serenada se adueña de los vehículos aparcados.
Sigue sin hacer frío. Otro reclamo más para el turista.
Una vez realizada la entrevista, he tenido la oportunidad de
contar con algún que otro aspecto de la personalidad de Benito Cabrera. Así, a
título de ejemplo, en las pasadas fiestas de la Navidad , los hermanos Ríos
recibieron un encargo del Gobierno de Canarias para elaborar un pequeño
documental que sirviera de felicitación a todos los canarios. Estos propusieron
a Benito compartir con ellos la experiencia. Así surgió "Una sobre el
mismo mar", el villancico más popular
de la Navidad
del 94.
Manifiesta Benito que la canción surgió en un par de horas, pero
que contó con la tremenda suerte de ser compuesta en el momento justo y dada a
conocer en el instante adecuado. "Gracias a ese gran amplificador que es
la televisión, el tema sonó muy fuerte. Fue un gran privilegio componer para
todos los buenos solistas y magníficos conjuntos que intervinieron en la
grabación. Sin embargo, lo más importante es que la canción nació con la clara
vocación de unir las siete islas con motivo de fiestas tan entrañables".
En este año del 95, Benito Cabrera tiene previsto grabar con la Orquesta Sinfónica
de Tenerife un programa compuesto por versiones para timple de piezas
populares. En la misma se incluirá, asimismo, la Suite para timple y
orquesta, obra con la que ya se dio a conocer en las salas de concierto.
Con la
Agrupación Folclórica Universitaria grabará un cuarto disco,
tras "Bailes de candil", "Maresía" y "Antología de la
música popular ".
Un tercer proyecto será una grabación que pretende una simbiosis
de las culturas tradicionales canaria y castellano-aragonesa, en colaboración
con Cali Fernández y Paco Díez.
Por último, un cuarto registro lo unirá al timplista José Antonio
Ramos, pretendiendo experimentar con dos voces instrumentales, en el intento de
ampliar el espectro sonoro de ese pequeño instrumento.
Benito Cabrera, que fue vencedor del certamen de solistas de
timple instituido en Canarias, opina que el mismo desapareció porque existen
pocos timplistas, y tanta es la amistad que los une, que no quieren competir
entre ellos. El interés de los mismos se centra en crear escuela.
De tal suerte, iniciando en el instrumento a nuevos intérpretes,
podamos escuchar dentro de breves años a toda una pléyade de excelentes
tocadores.
Mientras, sigue su labor al frente de AFU, asesorando a otras
agrupaciones folclóricas y permanece al frente del Patronato de Actividades
Musicales del ayuntamiento lagunero, haciendo posible la vuelta de la Orquesta Clásica
de La Laguna.
Benito fue capaz, las pasadas Navidades, de unir a todos los
canarios. Lo que otros tanto han intentado se pudo lograr gracias a una simple canción,
que no merced a una canción simple. Sobre el pentagrama del Atlántico se
esparcieron notas y letra en singular conjunción. Y por todos los rincones de
las islas se escucharon sus ecos.
(Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario