lunes, 15 de noviembre de 2010

Digresiones

Moviditas andan las cosas en estos meses previos al mayo de 2011. Y los políticos suelen apartarse del hilo discursivo que venían propagando con asombrosa facilidad. Ahí tienen, por ejemplo, a Claudina Morales, presidenta de Coalición Canaria, quien, cual luchadora a lo Rita Martín, hizo una finta de cintura y amagó con dejar paso a otros militantes conejeros. Pero acudió Paulino presto al rescate, la levantó (por cadera) y le susurró al oído: cuento contigo. En la brega estaban cuando a Soria le entró la bobería (también) y los dejó con los presupuestos al aire. Prende, ipso facto, Claudina el ordenador y echa mano de un archivo que guardaba desde que tuvo los primeros roces con Domingo González Arroyo, más conocido como El Marqués de La Oliva (aunque para marqués, el de mi pueblo, q.e.p.d., Manolo), y en unos doscientos medios de estos peñascos apareció publicado lo de “menos demagogia, más trabajo”. A la tercera lectura, díjose para sus interiores íntimos de adentro: recapacita, Claudi(na), deja a José Manuel (que ya se antoja ministro), lucha por tu tierra, que ya en 2012 nos encontraremos en la bajadita y seamos justos y necesarios en Madrid…
El resto es harto conocido por todos los curiosos que acudimos a la prensa (y algún blog) para estar mínimamente (in)formado y poder acudir dentro de dos trimestres a introducir (sacrosanto deber) la papeleta por la abertura superior de la urna (qué morbo, pues ya lo podemos hacer nosotros mismos sin el auxilio del presidente de la mesa). Porque Claudina aspirará a la alcaldía de su pueblo majorero y ocupará lugar preferente en la lista al Parlamento (por las tardes seguirá con su cargo orgánico, que no significa que acudirá al Conservatorio Superior de Música). Dicen los entendidos que eso es doblete. Pues yo, con gafas de cerca (dos en cada ojo), atisbo triplete. Eso mínimo, pues a lo peor hay más semioculto.
Por el pueblo bien, gracias al aguante. Observo a Manolo Domínguez con un ligero estrés. Después que montó el hipódromo y se convirtió en jinete, anda el hombre disparando todo el día. Lo mismo enjaretemos en la villa un escenario y contratamos a Ennio Morricone. Parece que estaba esperando la orden superior (ruptura del pacto en Canarias) para señalarle a Oswaldo aquello de ‘en la esquina te espero’. Y vaya que insiste. Amaro se estará preguntando cada noche, en ese ratito de reflexión, si es el mismo que gobernó con él durante todo un mandato (2003-2007). Mejor hubiera hecho si se pone al lado de Miguel Ángel Regalado para defender a los trabajadores del Hotel Maritim, pero como el PP también fue cómplice de la canallada cometida, en este tema se calla. ¡Ah!, sí, una vez salió en la foto, pero ahí quedó todo; el Congreso reclamaba su presencia. Por cierto, ¿habrá también aquí doblete?
Un servidor no es nadie para meterse en el pellejo de otro nadie. Pero, volviendo al tristemente famoso ERE del hotel precitado, si yo hubiese estado ocupando un cargo político en la Administración, algo me habría movido por intentar solventar el gravísimo problema de unos trabajadores y de una empresa radicada en el municipio. ¿De qué valió aquella reprobación del ahora ascendido Jorge Rodríguez? Está clarísimo que Paulino le toma el pelo, al derecho y al revés, a quien él cree que va a seguir sumiso. ¿Haría lo mismo con Isaac en La Orotava? Pero ahora que me acuerdo, salvo el propio ofrecimiento de Amaro, nada se ha comentado desde instancias superiores si va a repetir como candidato o no. ¿Se estará tramando el relevo o se continúa a la espera para ver si se arreglan algunos asuntillos pendientes y escampa el temporal? En estos instantes en los que Quico y Alfonso ya no son nada (me explico, no ocupan direcciones generales, ni gerencias, ni concejalías, ni…), lo mismo hay meneítos.
Tampoco se escucha nada con respecto a si Juan Borges lo intenta una vez más. Lo mismo (ya lo puse antes) está a la espera de que se definan los díscolos socialistas a nivel insular por si pesca algo. Traviesos ellos que cuando se hartaron de airear trapos sucios, han tornado su discurso a lo del ‘son (somos) muchos los que pueden (podemos) dejarlo y con la frente (o cabeza) bien alta’.
Yo también sigo esperando. Lo mismo puedo llegar a ser asesor. Tengo tanta ilusión que lo mismo mañana les cuento algo de las Fiestas del Carmen.

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