Ayer fue un
día movido. Informativamente hablando, que se diría. O, si quieren, utilizando
un oxímoron, asquerosamente delicioso, parodiando un pasaje de la novela ‘El
perfume’, de Patrick Süskind.
Sigo
percatándome de que la política continúa ofreciendo demasiados titulares. O los
medios y periodistas están confabulados para que ello sea así o la cruda
realidad se muestra una vez más tozuda. Y me subo al carro. Si el PP pretende
privatizar hasta el aire que respiramos, ya es hora de que se defina claramente
para que nosotros podamos adoptar la postura consabida. No me refiero a eso,
que lo mismo acabaremos de tal guisa, sino que aludo a seguir el ejemplo,
verbigracia, de los sanitarios madrileños.
Ayer tarde,
mientras caminaba unos kilómetros, escuchaba el programa de la Ser ‘La ventana’. Y el
panorama, amén de las alertas meteorológicas, no pinta con demasiada alegría.
Como la principal función de los gobiernos es sacar de la crisis a los que nos
han metido en ella, se están olvidando de que existimos ciudadanos –los que los
pusimos al frente de la nave, fíjate tú– que requerimos aquellas cuestiones que
la Constitución
señala. Educación y Sanidad, sin ir más lejos. Y estamos comprobando que dinero
hay, lo que pasa que muy mal repartido. O mejor quizás, se lo reparten muy
bien.
Cospedal se
ha empeñado en que Castilla-La Mancha vuelva a los niveles de población de la
mitad del siglo pasado. Y con el ritmo que lleva, en unos meses lo habrá
conseguido. ¿Tú te acuerdas cuando la gente se moría de repente, no? Pues en
los pueblos castellano-manchegos (si no va el guion, quítaselo) ya es un hecho.
Pero ella duerme como una lirona en su confortable mansión sin esos quebrantos
de cabeza.
El asunto del
tal Güemes solo puede ocurrir en España. Oye, se me acaba de ocurrir, a este
paso acabaremos yendo a Cuba, como Chávez, para paliar nuestros sufrimientos.
Ya Fraga tenía buenas relaciones con Fidel. Lo mismo los herederos nos fletan
en aviones, ahora que Raúl ha abierto algo la mano en este particular aéreo.
Dijo Cebrián
que los periodistas seguirán existiendo. No hacía falta que te devanaras los
sesos para la frasecita. No aclaró, sin embargo, que lo más probable es que la
inmensa mayoría en el paro. Qué País.
El Consorcio
para la Rehabilitación
Turística de Puerto de la Cruz, del que tanto ha escrito el amigo Salvador,
que en su corta trayectoria se parecía a aquel baile de la yenka, o al
pasacatre del folclore, le ha surgido otro sarpullido: la contratación de su
gerente ha sido declarada nula. Vuelta a empezar, me imagino. Que siga,
mientras, el Puerto languideciendo.
Los
chimpancés tienen un sentido de la justicia similar al de los humanos. Así lo
leí. Y así pensé: ¡Pobres chimpancés!
El PSOE
persiste en su táctica de elaborar documentos, hacer reuniones, hablar de renovación
(para seguir siendo los mismos), un antes y un después y esas cosas. ¡Ah!, pretende
ser una herramienta política de los ciudadanos. Estoy de acuerdo. Cuando los
dirigentes actuales se den cuenta de que para conseguirlo es necesaria la
credibilidad, a lo mejor dan un paso al lado.
Lo del
cabildo tinerfeño, estimado Yeyo, de pena. Calco de la situación en Canarias.
Cada vez hunden más la nave. Pero ustedes harán lo que al capitán del Costa
Concordia. Cuando llegue la debacle definitiva, ande yo caliente… No, calientes
estamos otros. Y lo de Margarita, de pena también. Se va, pero sigue. Me lo
explique.
Y hubo más
con el adelanto de las declaraciones de Lance Amstrong en las que deja entrever
que se dopaba hasta el personal de los laboratorios encargados de vigilar los
hechos irregulares. O las declaraciones del yernísimo, que hizo todo a la
perfección y no percibió un euro de más. De Mas creo que no, pero de Valencia y
Baleares no me atrevo a decir lo mismo. Y no van sobrados en el PP donde ya le
crecen los enanos en El Hierro. ¡Ay!, Antona, pon tus barbas a remojar. Por ser
palmero, no creas que yo pueda estar pensando que también te vas a ir a Noruega
a pescar salmones. Este Padrón debía no estar bien, pues cómo se le ocurrió
pagar cuatro veces y media más sobre el precio que tasó la oficina técnica.
Pensó, quizás, que nadie se iba a dar cuenta.
Hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario