miércoles, 5 de junio de 2013

¿Dónde está Hacienda?

Este post, como casi siempre, va a ser un revoltillo de aconteceres. Porque la realidad es variopinta y diversa. Y el título puede ser debido a que pretendía llamar la atención de mis escasos lectores, a decir de mis acérrimos vigilantes, o de mis incondicionales fisgoneadores, bastantes más según los indicadores por los que el contador de visitas va sumando de manera inexorable.
Ese ente tenebroso –por lo menos antes lo parecía– que nos acechaba en cada esquina, parece que se ha diluido bastante. O al menos ya no es lo que era. Tanto se ha ablandado en sus actuaciones que en estos últimos días el juez que instruye el denominado Caso Urdangarin se ha topado con la negativa rotunda de la susodicha para que aporte las declaraciones de la renta de la Infanta Cristina. Cuando su padre –el de ella– tuvo la infeliz ocurrencia, en uno de sus tediosos mensajes navideños, de soltar la guinda de que la Justicia era igual para todos, pudo haber ampliado el campo de acción a la controvertida figura que da nombre al ministerio más odioso de cada gobierno.
Los futboleros estarán muy contentos en estos días con el increíble movimiento, o mal de San Vito, que le ha entrado a los clubes del solar patrio. Y aquí comienza mi dilema. Según es harto conocido, los equipos de primera división deben al fisco una cantidad tal de millones de euros, que si pagaran las deudas contraídas lo mismo no estaríamos en la tesitura de los recortes, que, como es notorio, siempre son bastantes propensos al ataque por el flanco más débil. Dado que el mercado de fichajes mueve unas sumas tan astronómicas, uno piensa que los clubes implicados deben disponer de los capitales suficientes para acometer tamañas locuras. Y claro, doña Hacienda debería estar presta para acudir al quite y espetarle a los florentinos y roselles que cómo hay para una cosa y no para la otra. Luego llega un ingenuo –tú o yo, por ejemplo– y se equivoca en la declaración de la renta, o se te pasan dos días en pagar la contribución, y te meten un sablazo de no te menees.
Y otros botones:
Desciende el número de parados en España (ya saben, de Cádiz hacia el Norte). Persiste el incremento en Canarias. La explicación se halla en el sector servicios o terciario, y sobre todo en el turismo. En la Península y Baleares porque se inicia la temporada veraniega. Que nos lo digan a los que ya viajamos con el Imserso. Y en Canarias porque son los meses malos. Idéntica explicación vale para los dirigentes políticos nacionales como para nuestro peculiar presidente autonómico. Porque Rivero no le ha dado mayor importancia a estos nuevos parados (él, y su familia, muy bien), pues con su enésimo plan (la rehabilitación hotelera) va a ser tan grande el descenso, que… No tiene solución. Y en su enfermedad –de la que no podrá sanar ni con los auxilios de su médico de cabecera, doctorado, como muy bien saben, en la universidad de la calle– se llevará a los socialistas para el otro barrio. ¿Cómo es posible, se preguntaba un amigo, que las encuestas sigan dando ganador, de celebrarse ahora elecciones, al Partido Popular? Imagínate cómo está el patio en el PSOE, y todas sus variantes regionales y locales.
Auténtico esperpento la fuga de la otrora patrullera británica, y ahora yate de recreo, Defender, desde el puerto tinerfeño de Santa Cruz. Inmovilizaron la nave por falta de no sé qué documentación y no se les ocurrió quitarle aunque sea el timón. Es como paralizarle el coche a un conductor borracho, aparcarlo en cualquier esquina y dejarle las llaves puestas en el contacto. Ni en los dibujos animados.
Construimos un puerto en Garachico, pequeño pero coqueto, dejamos que los barcos atraquen gratis para irle dando publicidad y pasado un tiempo descubrimos que no lejos de su entrada existe una baja peligrosa. Otro chiste más para añadir a esta película, que ni la mejor de los Hermanos Marx, o de El Gordo y El Flaco, supera. “La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”.
Y bien cerca, Icod de los Vinos, donde su alcalde, Cheo Dorta, arremete contra sus compañeros socialistas del Cabildo de Tenerife, a los que acusa de no hacer nada por su pueblo. Pues, estimado amigo, no ocurre lo mismo por el mío, Los Realejos, donde tus asimismo compañeros, con tres concejales en la oposición, han conseguido que la corporación insular saque a licitación una importante obra en el barrio de La Cruz Santa. Fíjate qué cosas, tú gobiernas en la Ciudad del Drago, y ni se acuerdan de ti; y aquí, en la Villa de Viera, con una exigua representación, le hemos dado tremendo cachetón a la mayoría absoluta de Domínguez… ¿Tú lo entiendes, alcalde icodense? Yo, de verdad, tampoco. Pero, desde la distancia y con el mayor de los respetos, pónganse de acuerdo y no sigan dando espectáculos gratuitos. Los pueblos –entiéndase por tal el conjunto de sus habitantes– han madurado. Tanto o más que los que dicen representarnos. Y a las pruebas o hechos me remito.

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