Para concluir
esta primera semana de junio les propongo una batería de cuestiones. Algo así
como un informativo desfasado, o a toro pasado. Pero con el matiz de que la
opinión va adherida a cada elemento de la muestra, razón de ser de Pepillo y
Juanillo. Al que ayer, y lo agradezco de manera sincera, se alongó una cantidad
bastante significativa de lectores. Tiene un secreto este incremento: de vez en
cuando, algún amigo reenvía el enlace a sus contactos y el efecto se
multiplica. Saben que intento no defraudar.
Tras la
salida de tono del portavoz popular (me temo que ya no tan ‘popular’)
güimarero, que hizo enfadar al colectivo docente (él es un claro ejemplo de que
siempre perpetramos algún desliz en nuestra tarea), y que no se constituye en
espécimen de una juventud sobradamente preparada (puede que estos otros, la
inmensa mayoría, comulguen con diferentes derroteros políticos de mayor
compromiso y menor feligresía), vamos con la retahíla.
Marejada debe
haber en San Juan de la Rambla. Y
no en Las Aguas. Diríase más bien que por San José. Los matrimonios
radiofónicos de conveniencia comienzan a hacer aguas. Los pimpollos de las AIS,
en su pretensión de soltar amarras oxidadas, están sembrando con demasiados
cadáveres el campo de batalla. Ignoro si esta carne se podrá aprovechar. El
tiempo, inexorable cuentadante, pone a cada cual en su lugar.
Tristeza me
produce el papel de la
Fiscalía en determinados asuntos judiciales. Dudo de si lo de
ministerio público se ha tornado en trueque fraudulento y los intereses del
fisco que vienen implícitos en su propia definición, por arte de birlibirloque,
han trastocado posiciones y pasan a proteger el erario menos público y más
privado, como si también tuviesen intereses en el juego. Últimos
acontecimientos parecen indicarnos que su nueva función es la de actuar de
abogado defensor de los aferes de la Casa Real o los tejemanejes de los banqueros.
Se desgañita
Rajoy en Bruselas, adonde transportó casi el avión completo, señalando que no
va a modificar los impuestos, aunque reconoce, a renglón seguido, que lo están
analizando. Presume, incluso, de llevar un medio acuerdo con los socialistas
(ambos líderes intentan salvar los muebles) para que Europa piense que los
españoles estamos muy bien avenidos. Pero surge ese portento canario que forma
parte de su Ejecutivo, el señor Soria, el que ya olvidó todo lo que dijo cuando
era responsable de la economía canaria, quien declara que ‘se tocará’ el IVA de
algunos productos, pero que eso no es subir el impuesto. Dicho lo cual desapareció
porque consideró que se merecía un buen descanso. Portentos.
El patrullero
Meteoro se va al Índico a vigilar que no se cometan actos de piratería en
aquellas latitudes. Y los mismos que pusieron el grito en el cielo por las posibles
maniobras del ejército en Lobos, deciden hacerle entrega de una bandera de
combate. No sé lo que es, pero así lo leí. Doña Águeda Montelongo, cual una
Ángela Mena cualquiera, se coloca mantilla y peineta, besa la enseña y echa su
alegato. Allí estaba también don Antonio Castro, el incombustible (y sin una
cana). El presidente del Parlamento (cargo número treinta y cuatro que
desempeña desde que se inventó esto de la Autonomía) responde a los periodistas que no era
una bandera de combate sino de paz. El comandante de la nave en ese preciso
instante miraba el noray que tenía enfrente. Resumo: bien les gusta un circo.
¡Ah!, y fueron otros tantos a la fiestita. Por ejemplo, don Manuel Fernández,
que el próximo mes volverá a ser herreño de toda la vida; don Julio Cruz, el de
los hidroaviones (dos, uno con base en Agando y el otro en La Fortaleza). Y no hay
dinero, oiga.
Habrá que
tomárselo en clave de risa, que no en clave de ja. Lo de Paulino parece no
tener cura. Se empeñó en darle la razón a don José y ya no sabe bien qué
ocurrencia es la más adecuada y conveniente. Tras los múltiples planes para
acabar con el paro, nos deleita en la presente ocasión con equiparar a Canarias
con Singapur o Miami. Y todo porque ha descubierto que estamos muy bien
situados –estratégicamente– y tal ubicación –encrucijada de continentes– nos
sacará, por fin, de la crisis. Son tan conscientes de lo que dicen y hacen que
me pregunto cómo demonios no se había percatado, con lo que él viaja y estudia
los mapas, que estas islas se hallan en el mismo lugar que lo han estado desde
que asomaron un fisquito por encima de la marea. Fue en 2008, hace cinco años,
cuando prometió el pleno empleo para este 2013. Y nos sigue (des)gobernando.
Ora con populares, ora con socialistas. Y no nos fijamos sino en el tiempo de Isaac.
Como
vislumbraste el número 1 en el titular, habrás sacado la conclusión de que esto
da más de sí. Por consiguiente, queda hecha la excepción y… hasta mañana. No te
olvides. No te vayas a quedar en la duda de con qué otros aspectos noticiables
puedo sorprenderte este sábado 8 de junio. Nos vemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario