Como la
película. O aguas borrascosas. Como otra película. O aguas turbias. Como la
otra película. Alguien escribió: "Ayer nadaba en aguas
procelosas, hoy nado en la cristalina calma del mismo río." Tendrán que
darle la vuelta en Tacoronte. Y en Los Llanos de Aridane. Y en Haría. Y qué te
apuestas a que vamos a seguir entretenidos unos meses más.
Esta manera de entender la política no es compartida por la
mayoría de los que estimamos que juegan miserablemente con nuestros votos. Que
depositamos nuestra confianza en ellos (de buena fe) y nos corresponden con
acciones de muy difícil justificación, o de mala fe.
Sí, hay nuevo alcalde en Tacoronte. Ciudad en la que se ha
escenificado un nuevo afer del despropósito. Y el Partido Socialista que se
erige, una vez más, en el hazmerreír de la comunidad. No contentos con el circo
a nivel nacional, se suben a un carro en el que, a este paso, no solo le van a
sobrar pasajeros sino que podría funcionar con la mitad de ruedas.
Hoy mismo, con alegar que los cinco díscolos ya habían sido
expulsados, tendrán cubiertas las explicaciones para que Paulino no inicie los
acercamientos a los que, cinco minutos antes, eran los maltratadores
presupuestarios. Con lo que José Miguel respirará tranquilo al menos hasta
dentro de un par de horas. Poco le importa de que cada vez sean más escasos los
recursos humanos. Ya ni siquiera aboga por la unidad de la izquierda, ese
discurso tan socorrido en épocas de vacas flacas.
Pensaba en este post dedicar unas líneas a la enorme cantidad de
barbaridades que se han vertido en torno a la sentencia de Estrasburgo. En las
que han primado la ignorancia supina y el interés más sectario. Porque, como
pone de manifiesto el dicho popular, amor no quita conocimiento. Pero me ha
parecido más conveniente perder el tiempo en plasmar otro epitafio del PSOE.
Que ya no da tumbos, se lanza a la piscina que el mismo partido ha ido vaciando
lenta pero inexorable.
No hay
explicación posible para esa chapuza tacorontera cuando en otros lugares y
ocasiones han llevado a cabo todo lo contrario. Es más, no podrán sostener ante
el recurso que les va a caer, la expulsión de los cinco concejales (de manera
definitiva, para mayor ridículo) cuando no han tenido la más mínima y elemental
opción de defenderse. Salvo que pretendan alegar, en su descargo, la acusación
del ínclito abogado defensor: el partido socialista es una dictadura en vez de
una organización regida por principios democráticos.
En el colmo
del disparate, tampoco quedan a la zaga los planteamientos de los censurantes y
hoy aupados al machito consistorial. ¿Cómo van a desligarse de los desaguisados
habidos desde junio de 2011, si han sido copartícipes de la gestión hasta hace
unas semanas apenas? ¿Qué modelo han descubierto de repente para ponerlo en
práctica con el grupo popular, que no sea la mera maquinación de las ansias de
poder a toca costa?
La secretaria
de la corporación, con sano y atinado criterio, ha advertido del posible
incumplimiento de la ley electoral. Ella no tiene que entrar en el cómo se ha
llegado a esta situación, ni si los procedimientos seguidos han sido correctos
o no. Ya eso lo decidirán los tribunales cuando los letrados de Coalición
Canaria planteen sus argumentos. Y cuando don Felipe Campos ponga los suyos
sobre la mesa.
Sea cual sea
el fallo, aparte del claro perdedor (el pueblo de Tacoronte), no habrá
ganadores ni vencidos. Imagínate que la sesión plenaria sea declarada nula. ¿Qué
se habría ganado en tan corto recorrido? ¿Qué explicarían socialistas (porque
sostienen seguir siéndolo por arriba de siglas y partidos) y populares, cuando
la siguiente convocatoria electoral estaría a la vuelta de la esquina? ¿Qué
satisfacción podría esgrimir el PSOE si ya no tendría gente ni para rellenar la
plancha?
Al contrario,
piensa que la justicia dé la razón a los reprochadores. En esa tesitura, y de
no haber saltado ya el pacto regional (tengo la impresión de que la debilidad
de Rivero ante el clan de Clavijo es cada día más notoria), ¿miraría el PSOE
una vez más para los celajes (algo que hace a la perfección) y actuaría estilo
cabildo herreño o ayuntamiento de Valle Gran Rey? O dicho de otra manera, venga
un abrazo, compañeros, que aquí no ha pasado nada, entren y acomódense en el
mismo sitio que estaban antes y… ¿con quién pactamos? Coño, ¿y dónde ubicamos a
Carlos?
Que el
Partido Popular nacional no está pasando por su mejor momento, nada nuevo bajo
el sol. Que los contratiempos madrileños se contagian por la geografía
española, nada nuevo bajo el sol. Que los reveses, deslices y vaivenes de los
dirigentes supremos estallan por simpatía, nada nuevo bajo el sol. En Canarias,
contentos y felices. O de rositas.
Manuel
Domínguez, que en las próximas hará triplete, ya no sonríe, se carcajea.
También en su Realejos norteño, donde CC procesiona (parece que el verbo no
está en el diccionario) no solo el Viernes de Dolores y el PSOE persiste en la
búsqueda de El Dorado. Y como ya arregló la zona de Los Barros, las aguas, sus
aguas, discurrirán más placenteras.
Yo sí iré a
votar. Siempre. Cada vez lo tengo más claro. Lo que no vislumbro tan diáfano es
qué depositaré dentro del sobre. No, el montaje no es mío. Alguien se me
adelantó.
Mañana, de
huelga.
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