miércoles, 23 de octubre de 2013

Aguas turbulentas

Como la película. O aguas borrascosas. Como otra película. O aguas turbias. Como la otra película. Alguien escribió: "Ayer nadaba en aguas procelosas, hoy nado en la cristalina calma del mismo río." Tendrán que darle la vuelta en Tacoronte. Y en Los Llanos de Aridane. Y en Haría. Y qué te apuestas a que vamos a seguir entretenidos unos meses más.
Esta manera de entender la política no es compartida por la mayoría de los que estimamos que juegan miserablemente con nuestros votos. Que depositamos nuestra confianza en ellos (de buena fe) y nos corresponden con acciones de muy difícil justificación, o de mala fe.
Sí, hay nuevo alcalde en Tacoronte. Ciudad en la que se ha escenificado un nuevo afer del despropósito. Y el Partido Socialista que se erige, una vez más, en el hazmerreír de la comunidad. No contentos con el circo a nivel nacional, se suben a un carro en el que, a este paso, no solo le van a sobrar pasajeros sino que podría funcionar con la mitad de ruedas.
Hoy mismo, con alegar que los cinco díscolos ya habían sido expulsados, tendrán cubiertas las explicaciones para que Paulino no inicie los acercamientos a los que, cinco minutos antes, eran los maltratadores presupuestarios. Con lo que José Miguel respirará tranquilo al menos hasta dentro de un par de horas. Poco le importa de que cada vez sean más escasos los recursos humanos. Ya ni siquiera aboga por la unidad de la izquierda, ese discurso tan socorrido en épocas de vacas flacas.
Pensaba en este post dedicar unas líneas a la enorme cantidad de barbaridades que se han vertido en torno a la sentencia de Estrasburgo. En las que han primado la ignorancia supina y el interés más sectario. Porque, como pone de manifiesto el dicho popular, amor no quita conocimiento. Pero me ha parecido más conveniente perder el tiempo en plasmar otro epitafio del PSOE. Que ya no da tumbos, se lanza a la piscina que el mismo partido ha ido vaciando lenta pero inexorable.
No hay explicación posible para esa chapuza tacorontera cuando en otros lugares y ocasiones han llevado a cabo todo lo contrario. Es más, no podrán sostener ante el recurso que les va a caer, la expulsión de los cinco concejales (de manera definitiva, para mayor ridículo) cuando no han tenido la más mínima y elemental opción de defenderse. Salvo que pretendan alegar, en su descargo, la acusación del ínclito abogado defensor: el partido socialista es una dictadura en vez de una organización regida por principios democráticos.
En el colmo del disparate, tampoco quedan a la zaga los planteamientos de los censurantes y hoy aupados al machito consistorial. ¿Cómo van a desligarse de los desaguisados habidos desde junio de 2011, si han sido copartícipes de la gestión hasta hace unas semanas apenas? ¿Qué modelo han descubierto de repente para ponerlo en práctica con el grupo popular, que no sea la mera maquinación de las ansias de poder a toca costa?
La secretaria de la corporación, con sano y atinado criterio, ha advertido del posible incumplimiento de la ley electoral. Ella no tiene que entrar en el cómo se ha llegado a esta situación, ni si los procedimientos seguidos han sido correctos o no. Ya eso lo decidirán los tribunales cuando los letrados de Coalición Canaria planteen sus argumentos. Y cuando don Felipe Campos ponga los suyos sobre la mesa.
Sea cual sea el fallo, aparte del claro perdedor (el pueblo de Tacoronte), no habrá ganadores ni vencidos. Imagínate que la sesión plenaria sea declarada nula. ¿Qué se habría ganado en tan corto recorrido? ¿Qué explicarían socialistas (porque sostienen seguir siéndolo por arriba de siglas y partidos) y populares, cuando la siguiente convocatoria electoral estaría a la vuelta de la esquina? ¿Qué satisfacción podría esgrimir el PSOE si ya no tendría gente ni para rellenar la plancha?
Al contrario, piensa que la justicia dé la razón a los reprochadores. En esa tesitura, y de no haber saltado ya el pacto regional (tengo la impresión de que la debilidad de Rivero ante el clan de Clavijo es cada día más notoria), ¿miraría el PSOE una vez más para los celajes (algo que hace a la perfección) y actuaría estilo cabildo herreño o ayuntamiento de Valle Gran Rey? O dicho de otra manera, venga un abrazo, compañeros, que aquí no ha pasado nada, entren y acomódense en el mismo sitio que estaban antes y… ¿con quién pactamos? Coño, ¿y dónde ubicamos a Carlos?
Que el Partido Popular nacional no está pasando por su mejor momento, nada nuevo bajo el sol. Que los contratiempos madrileños se contagian por la geografía española, nada nuevo bajo el sol. Que los reveses, deslices y vaivenes de los dirigentes supremos estallan por simpatía, nada nuevo bajo el sol. En Canarias, contentos y felices. O de rositas.
Manuel Domínguez, que en las próximas hará triplete, ya no sonríe, se carcajea. También en su Realejos norteño, donde CC procesiona (parece que el verbo no está en el diccionario) no solo el Viernes de Dolores y el PSOE persiste en la búsqueda de El Dorado. Y como ya arregló la zona de Los Barros, las aguas, sus aguas, discurrirán más placenteras.
Yo sí iré a votar. Siempre. Cada vez lo tengo más claro. Lo que no vislumbro tan diáfano es qué depositaré dentro del sobre. No, el montaje no es mío. Alguien se me adelantó.
Mañana, de huelga.

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