Ayer se
dieron a conocer los datos del paro correspondientes al mes de noviembre. Poco
faltó para que las campanas de la iglesia más próxima a mi casa tañeran de
júbilo. No debemos olvidar que en mi pueblo gobiernan los populares con mayoría
absoluta. A imagen y semejanza del ejecutivo nacional. Y como aquellos, estos,
los que me quedan más cercanos, están cogiendo modales de allende los mares, es
decir, de Andalucía hasta el mar Cantábrico. Y se suelen quedar en soledad en
más de una ocasión.
Pero como ya Manolo
alcanzó el estadio de no aceptar consejos, mejor será silenciar el teclado y no
sugerir que ello es malo, pésimo. Peor aún el ni siquiera justificar el sentido
del voto en las sesiones plenarias. Lo de la OMIC ya lo había adelantado en este blog la pasada
semana. Muchas más ocasiones vendrán en este año y medio restante. Se iniciarán
las desavenencias porque hay concejales que entienden que aun debiéndose a
regímenes partidarios, la lógica y el sentido común dictan que la gestión de
los asuntos que nos incumben a los realejeros deben estar muy por encima de
dictados supramunicipales.
En la última
entrevista que pude leer en cierto medio de comunicación, Domínguez, sabedor de
su ‘problema’ como dirigente insular, quiso apaciguar los caldeados ánimos alegando
que se debe a su puesto, que le gustaría repetir y que ahí quedan todas sus
aspiraciones. ¿Quién se puede creer tal hecho viéndote con Cospedal en el
último corte de piñas enviado a la
Fast de Las Arenas? Así que, estimado alcalde, que no primer
edil, como tú todavía vas –por mi edad,
ya yo vengo– es realmente chungo para un concejal delegado de un determinado
servicio o faceta el tener que votar en contra (y callarse la boca, y tragarse
principios) de propuestas que solo pretenden mejorar condiciones de vida de los
realejeros. Todo porque hay que contentar a José Manuel y, por ende, a Mariano.
La docilidad es un bien excelentemente premiado en las aspiraciones políticas.
No olvides, sin embargo, que los electores somos cada vez más suspicaces, estamos
mejor preparados y somos capaces de discernir, razonar y votar en consecuencia,
sin soslayar que la coherencia suma en el platillo del haber.
Hoy pensaba
escribir algo del paro. A pesar de las alegrías, a un servidor no le salen las
cuentas. No acabo de entender, o no me concuerda, lo del 2475 parados menos con
las casi 67 mil bajas en la afiliación a la seguridad social. Y es que con 47
millones de habitantes, el que trabajen solo 16,2 millones (un 34,5%), no
atisbo el optimismo de los sesudos analistas que nos marcan un plazo de 20 años
para poder llegar a los niveles en el desempleo de antes de la crisis. Percibo
que existen demasiados estudios, consultoras, economistas, expertos y escasos
puestos de trabajo. En Canarias, verbigracia, 931 personas (y 5654 menos que
hace un año), con temporada alta de turismo, se me antoja una cifra ridícula.
Hagan la operación que corresponda y díganme cómo reduciremos esa brutal
cantidad de casi trescientos mil canarios que matan cáncamos para poder salir
adelante. Y cada año que pasa seguimos incrementando el capítulo de jubilados.
Acabaremos por ser un país de viejos más pronto que tarde.
Como soy
consciente de mis limitaciones, de las directrices para que el blog de Pepillo
y Juanillo sea proscrito (lo malo es que ignoran el poder de mis
incondicionales), entiendo que a los consejos anteriores, ni el más mínimo
caso. Pero aprovecho el cachito que me resta –yo también me autoimpongo
límites– para darme un salto a SJR. Donde nos encontramos con un alcalde
enfermo, Manolo. Que se daña y hace peligrar la convivencia ciudadana. Que es
sostenido por el grupo de CC en un ejercicio de desfachatez abominable. Me
gustaría tener una charla con Linares (alcalde villero y dirigente cualificado
del conglomerado nacionalista) para que me explique, o lo intente, cómo puede
prestarse a semejante juego. Porque lo que sostiene en sus discursos y
entrevistas, en nada se parece a lo que se practica en mi pueblo vecino. O
miente con total descaro cada semana en Teidevisión.
No suelo
dejar llevarme por los comentarios que diariamente hacen acto de presencia en
las redes sociales. Pero cuando los hechos trascienden y tienen cabida asimismo
en otros medios convencionales, habremos de convenir, estimados Manolo y
Francisco, que el caminar de la perrita no es el más adecuado.
Cuántas veces
habré manifestado que me apena lo que acontece en SJR. Un pueblo coqueto y
bello que se ha erigido en triste protagonista por mor de unos gobernantes que
rayan el esperpento. Con una persona que ejerce u ostenta –es un decir– la
máxima autoridad, que no solo no se halla capacitado para tal menester, sino
que denigra un cargo de tal responsabilidad con actitudes que hacen dudar,
además, de sus facultades físicas. Y que se ha convertido en el hazmerreír de
su propia población, que se halla en boca de la vecindad por sus reiteradas e
inoportunas presencias (¿cajas destempladas?). Que deleita con espectáculos
desde bien temprano en sesiones plenarias y/o de comisiones de gobierno. ¿Qué
gobierno, Manolo? ¿O a ti no te llegan los comentarios? ¿O tienes las orejas
taponadas? No me digas que no has ido a echarte un arroz caldoso y escuchas
comentarios.
SJR es la
estrella en teles, radios y prensa. Y no es caso único estas acciones inseguras
y vacilantes del único edil popular, sino que sus valedores (los estacones, o
los sostenes, para ser más finos, Linares) ejercen la cercanía que tú predicas
de manera bastante sui géneris. Tanto que confunden lo público y lo privado y
en la empanada mental meten la pala y operarios municipales en sus fincas. Ni
siquiera con nocturnidad y alevosía, qué va, a plena luz del día y sin cortarse
lo más mínimo. Seguro, no obstante, que tendrán explicación y vuelta para el
duro.
Credibilidad
bajo mínimos. Ni dimisiones ni ceses. España va en buen camino. En el ranking
de la corrupción estamos a punto de alcanzar a Siria. Aunque el subcampeoanato
tampoco está mal. En PISA, casi al final. Pero para ser político (alcalde,
concejal, asesor…), la escala de valores es bien diferente.
Tomás está
enfermo, Manolo. Y primero es la salud. Tú eres el responsable del circo. O del
hospital. Y en tus manos se halla la posibilidad de que los dos vuelvan a la
normalidad. Y tú, Francisco, por tu propia credibilidad, pon orden en el
gallinero de las que se proclaman como agrupaciones independientes de San Juan,
con una dependencia tal (del sueldo y otras prebendas, incluidos útiles,
maquinaria y peones) que casi se raya el (d)escándalo.
¿Mis fuentes?
Dignas del crédito que escasea en el noble edificio de San José. Hasta los
maestros que llevan de visita a sus alumnos se muestran afrentados. De nada.
Hagan todo lo posible para que un cargo público vuelva a ser tan digno como el
que se ha pasado toda la vida jalando
por la guataca. SJR no se merece actores de tal porte (preciosas escenas en
Fast&Furious 6).
Ya está. Ejemplaridad,
modelo, espejo… A todos los que la presente vieren y entendieren...
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