Ayer por la
mañana estuve en la capital. De la isla, claro. No la confundas con la de la Comunidad, no sea que se
enfaden los de Las Palmas. Ciudad, por cierto, que me gusta tanto o más que
Santa Cruz. Los cruces de las Ramblas estaban tomados por la policía desde
horas bien tempranas. Parece que toda la movida era debida a la visita de un
tal Felipe. Personaje que acudía a lo que fue tiempo atrás vertedero de basura
–¿premonición del partigazo monárquico en este país?– para sembrar una palmera.
Como lo lees. Y para tal menester, como él venía de no sé qué país americano
–ya le pediré explicaciones a Federico Trillo–, la mujer –que antes era amiga
de mi prima Fátima, ahora lo ignoro– tuvo que agarrar otro avión desde Madrid.
Lo mismo que te ocurre a ti cuando vas de vacaciones con la familia.
Como fui
protagonista hace unos años de un percance en Fuerteventura con un cacharro de
Binter, estoy preocupado por las reiteradas averías de los medios aéreos de
transporte oficiales (o estatales, me pierdo). Un día de estos vamos a tener
una desgracia. Para mí que es el cenizo de Rajoy el que le está dando mal fario
a la esperpéntica situación. Me baso en aquel revés que sufrió cuando el
helicóptero se negó a subir y se la pegó. Recuerdo que también iba Esperanza. Y
menos mal, que si llega a ir una tal Angustias, lo mismo tendríamos otro aborto
por presidente. Yo pensaba en Gallardón.
La
Casa Real y Moncloa deberían entablar
contactos más fluidos con Paulino Rivero. Que viaja más que nadie y ha
adquirido tal dominio de las aventuras aéreas, que se halla en condiciones de
dar y repartir lecciones. Este mismo lunes se trasladó a Lanzarote a participar
en un programa de la Cadena Ser.
Y como tenía el móvil averiado, allí se personó nuestro hombre para ponerle las
cartas boca arriba al ministro Soria. Con cargo al dinero tuyo y mío, allá se
despachó bien a gusto, ante las preguntas de Àngels Barceló, argumentando que
las extracciones petrolíferas solo benefician a una empresa privada (Repsol). Y
nada mejor que predicar con el ejemplo. Vuelo y séquito hasta Arrecife para
bajar la acidez del puchero de La Florida. Y
solo no habrá viajado. De ahí lo de la comitiva.
Rajoy se fue
a Italia. A participar en una cumbre. Allí, como es norma de la casa, leyó unos
papeles y justificó –él lo intenta, que lo consiga o no es otro cantar– lo de
Vidal Quadras y lo de Marcelino Oreja. Como le había prestado al Príncipe el
segundo de los Airbus A-310 que tenemos para estos garbeos estatales –recuerden
que al primero se le encendió la luz del aceite– tuvo que recurrir al Fondo de
Compensación Europeo para que Bélgica (lo de la reina Fabiola sigue pesando en
la memoria histórica) le prestara otro aparato en mejores condiciones. Y debió
ser para su uso muy personal e íntimo. Lo mismo le tocaba tinte. Porque también
fueron dos Falcon (capacidad para una docena de personas). Y como las crónicas
nos señalan que la comparsa estuvo formado por 25, hagan ustedes mismos la
cuenta. Debe ser la manía de viajar separados que instauraron los reyes por si
ocurría cualquier desgracia. Hecho que yo no vislumbro porque si el avión se
pega un estampido, lo mismo no tenemos que rompernos el coco con la dichosa
reforma constitucional.
Un servidor
no viaja todo lo que desearía. Se conforma con Mundo Senior y poco más. Aunque
como aquí tenemos buen tiempo, lo mismo pido que me rebajan la pensión a la
mitad. Para compensar con los de regiones más desfavorecidas. Y le pagamos a
estos energúmenos. Pero cuando lo hago siempre digo a los que veo preocupados
por si pasa algo lo de ¿y el avión es tuyo? Chacho, vaya manía de complicarse
la vida, si se la pega ya lo arreglarán que deberá tener el seguro en regla.
Y ahora que
me acuerdo, a eso de las diez y cuarto, más o menos, en la calle General
O´Donnell, estaba el alcalde santacrucero paseando un lindo perrito con jersey
de punto. O perrita, que no alcancé a distinguirle el carné de identidad. Como
hablaba por teléfono con un tal Ricardo, pensé si estaban tramando que la
medalla de oro de Melchior fuera bien grande. Pero inmediatamente me pregunté
si esas eran horas para estar con tales menesteres. Bueno, otros están en las
redes sociales. Pescando, por supuesto.
En este
próximo mayo se inicia una carrera electoral interesante. Y entiendo que
aquellos que estamos con permanente duda, en vez de rompernos el coco (fíjate
que hoy ya van dos veces) con disquisiciones de si vamos o no a la cita, mejor
haríamos en convertirnos en candidatos. A lo mejor algo cae. ¿Qué de malo tiene
seguir el ejemplo de Corrales? Alguien se lo tomaba de guasa comentando que lo
mismo lo haría por UPyD. Yo no me sorprendería.
Bueno, mis
estimados, hasta mañana jueves, día en que ya tumba la semana. Como los
políticos suelen atraer a los díscolos (si no puedes con tu enemigo…), lo mismo
me llama Manolo como refuerzo para su Gabinete de Prensa. A lo peor así retomo
las escuchas de la emisora municipal. De la que, me acaba de llamar un amigo,
siguen saliendo lindezas en comentarios y opiniones. Hacia los otros, que el
personal no es tonto. Los del encefalograma plano son los de la Autonómica. Todos.
Y te lo demuestro científicamente. Cuídate, Estíbaliz, lo mismo, aparte de
ladrar, muerden.
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