martes, 4 de febrero de 2014

La convención

Ayer fue un día raro. Después de que me jubilé no acabo de acostumbrarme a los festivos. Yo no entiendo el porqué debe pasarse la feria al lunes. Si el señalado como uno de los estipulados anualmente para el descanso viene ya rojo en el calendario (domingo), buscamos otro que lo sustituya y santas pascuas. Lo malo es que en este país sentamos precedentes que es un disgusto. Será por eso.
Siempre me han causado rubor las reuniones masivas de los partidos políticos. De todos, no te vayas a creer. Porque ves a sus dirigentes contando batallitas y a sus correligionarios aplaudiendo con las orejas. Ya me dirás: transporte gratis, comida gratis, alojamiento gratis y ovaciones gratis. En resumen, un fin de semana de cháchara con los amigos, intercambio de pareceres y lugares para las próximas vacaciones y aclamación exagerada al jefe supremo no sea que no vayamos en las siguientes.
El Partido Popular no iba a ser la excepción. Y se fue a Valladolid, tierra de buenos vinos, a escenificar una unidad que no es tal. Pero tocaba resucitar fantasmas del pasado y apareció Rubalcaba. Porque mentar a Zapatero parecía que no iba a colar. Por si estaba por León y se daba un salto. Aunque de pasada y soslayo también se llevó un par de cogotazos: la herencia. Eso en lo que no me voy a detener ni un segundo porque… (videotecas al canto).
Te juro que no envidio a los asesores presidenciales. Deben estar recluidos en Moncloa escribiendo folios a mansalva. Porque Rajoy, en estos dos años –un fisco más– que lleva en el cargo, ha debido leer unos seis millones de hojas (una por cada parado). Hemos rescatado a España (tú lee bancos y cosas por el estilo), ahora corresponde ir a por nosotros, los españoles (sin especificar por los que deben agarrarse primero al salvavidas). Me imagino habrás sabido que Bankia, fiel ejemplo de nuestro esfuerzo y dedicación, ha obtenido más de ochocientos millones de beneficios. ¿No te retumban en los oídos aquellas palabras de que no era un rescate a los bancos, de que tenían que pagarlo y más sandeces?
Como las elecciones generales son a finales de 2015, si el PSOE no levanta cabeza –en este hipotético caso se adelantarían por el interés general–, será, y es mera casualidad, a partir de ese momento cuando se iniciará el descenso de los impuestos. No especificaremos cuáles, pero seguramente serán aquellos que afecten a los que se encuentran en la cúspide de la pirámide. Hombre, por algún lugar habremos de comenzar y no será por el lado de los más débiles. Eso es una medida de cara a la galería, propia de las formaciones de izquierdas, y que no reporta incremento significativo a las arcas públicas, más bien todo lo contrario. La economía se remueve por arriba. A los de abajo, los sepultados, maldita falta que les hace. Te suena lo de se jodan.
Resucitamos la herencia y mandamos a callar. Si Juan Carlos pudo hacerlo con Chávez, ¿por qué íbamos a ser menos? Y las masas aclamaron enardecidas. Cospedal y su marido los más. Y como el PP tiene una virtud reconocida (sí, no te extrañes: cuando mira hacia atrás siempre ve enemigos) y no sabe lo que es un espejo, ni un baúl de los recuerdos, ni una hemeroteca, ni una neurona archivadora y dieciocho mil etcéteras, cállate, Alfredo; si no eres capaz de felicitarnos por lo bien que lo estamos haciendo, cállate. Nada, ni siquiera salvo alguna cosa. Mutis total. Y tengo la convicción de que le irá muy bien. Oposición irresponsable. O te callas o te doy… Tampoco la mujer decide (las populares tienen otras vías directas). País de rancios y casposos. Y en mi ayuntamiento, tan jovencitos ellos (me niego a lo de y ellas), y siguen sus pasos fieles y obedientes, aunque en ‘privado’… ¿Sigo?
Pero se debate en mi fuero interno peculiar batalla ideológica. Cómo es posible que el PSOE, que en situaciones normales deberían las encuestas atribuirle mayoría más abultada que la del año 1982, siga sumergido en una ciclogénesis explosiva. Aunque el líder regional, bueno el que está anotado como encargado, asevera que no les irá mal en las elecciones autonómicas (mayo de 2015) en cuanto Casimiro y Alpidio alzaron la voz. Ya debió firmar el negocio con el perpetuo y se habrán conjurado. Difícil, casi imposible, habrán meditado, que entre los dos no alcancemos el número mágico: 30.
En mi isla, donde ayer celebramos las candelas, como somos más progres que nadie, exigimos más que abiertas: escarranchadas. No nos lo permitirán estatutariamente, pero quedamos más chachis que el carajo. Somos escasos, pero aquí se postula hasta el gato de la sede. Cuantos menos, más a repartir.
En mi pueblo me han invitado a participar en un proceso en el que ellos mismos no me dejan. Hasta ahora estoy por arriba de la guerra de los “Migueles”. Y la última que me soplan es que los actuales concejales (tres) no descartan volver a ser candidatos, pero todos de número uno. Y cuando lancé el envite de que encabezara la lista una mujer… Ya está: otra convención.
¿Saben qué están alegando los que hasta esta línea llegaron leyendo y se dieron por aludidos? Eso mismo: ¿Por qué no te callas? Pero si yo no dije nada, solo lo escribí.

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