Hoy es
sábado. Lo sé. Tocaba descanso. Pero apetece un tercer salto a La Gomera. Si me acompañas, te
guío.
Pero antes, a
permitir el inciso de rigor. Se informa en diferentes medios de comunicación
que hay una señora, o señorita, que asegura conocer una cueva en la que se
hallan no menos de 700 momias guanches. Y no entiendo el porqué lo mantiene en
secreto, salvo que pretenda obtener algún tipo de beneficio. No creo disponga
de espacio en su casa para darle cobijo a semejante tropa.
Le he dado
unas dieciocho vueltas al particular y no encuentro mayor mérito al posible
descubrimiento. Le apuesto los 50 céntimos de rigor a la investigadora que si
me doy una vuelta por los parlamentos que tenemos en este país –y fíjense que
no incluyo ayuntamientos, cabildos, diputaciones y otras instituciones
públicas– me topo con muchas más momias. Algunas de ellas, guanches también. Y
cuento con la ventaja de que las mías están ya identificadas, con nombres y
apellidos. Me juego otros cincuenta a que no me aceptan el reto.
En fin, un
garbeo de fin de semana por Hermigua (y el pescante que tanto servicios
prestara otrora) y Agulo, cuyo Mirador de Abrante abrirá de manera inmediata.
Fred Olsen ha optado por la explotación y parece que le echa el ojo, asimismo,
al restaurante de La Laguna Grande.
Si ello supone más puestos de trabajo…
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