Tiempo atrás
–no he tenido unos minutos libres para revisarlo en profundidad– escribí algo
acerca del uso incorrecto de los demostrativos con determinados sustantivos. Y
me refería, concretamente, a expresiones como este agua, ese agua…
Según explica
el Diccionario panhispánico de dudas, los artículos la y una adoptan
normalmente, por razones de sonoridad, las formas el y un cuando van
inmediatamente delante de un sustantivo que comienza por a tónica, pero
eso no afecta a la debida concordancia con otras palabras de la
oración, entre ellas los demostrativos esta, esa y aquella.
Hace un par
de noches, y justo antes de irme a soñar con los angelitos, estuve viendo en cierta
tele local una de las tantas tertulias que abundan por estos lares. Y se
hallaban enfrascados en la supuesta crisis habida en el seno del pacto de
gobernabilidad portuense. Parece ser que se ha filtrado el contenido de un acta
que recogía lo tratado en una reunión del comité local de CC. Y en ella, en
boca de la actual alcaldesa, unos lindos epítetos a la gestión de alguno de los
concejales populares. Uno de los presuntos implicados, Lope Afonso, exigió la
convocatoria urgente de la mesa de seguimiento del pacto. Pero Chano Ledesma,
todavía mandamás del PP en su ciudad natal y serio aspirante a repetir de
número 1 (para ello cuenta con todo el apoyo orgánico de su presidente insular
e íntimo amigo, amén de estrecho colaborador en tareas de gestión en el
ayuntamiento… realejero), llamó a Sandra por teléfono, o le envió un whatsapp,
y zanjaron en un pispás las diferencias. Pelillos a la mar, o a El Penitente, y
a seguir cobrando estos siete meses restantes, que vienen siendo, euro arriba,
euro abajo, unos veintiún mil, y no están los tiempos para renuncias de tal
calibre. Obvia manifestar que los vilipendiados también aceptaron generosamente
las disculpas.
Y aguanté
estoicamente por lo menos diez minutos para poder comprobar si alguno de los
tertulianos era capaz de decir esta acta o esa acta. Ni uno, todos se empeñaron
en que lo correcto era este acta o ese acta y ahí siguieron dale que te pego. La
manosearon tanto que para mí se les rompió el papel. Menos mal que el tema
suscitado no fue el otrora cacareado de la turbidez del agua, porque, me temo,
la canción de este agua y ese agua se hubiera propagado desde La Montaña hasta Punta Brava
y desde La Dehesa
a San Antonio con una fluidez digna de comparar con cualquier canción al uso de
Pepe Benavente, incluido el polvorete.
No vean lo
que me costó redactar las líneas precedentes. El corrector del procesador de
textos no me dejaba pasar lo del demostrativo masculino y hube de retroceder en
más de una ocasión para indicarle que solo pretendía imitar la sapiencia de los
que utilizaban la expresión oral televisiva. Creo que no pude convencerlo, pues
cada vez que intentaba sorprenderlo él me cambiaba la e por la a.
Yo creo que
estoy desperdiciado. Mucho gabinete de prensa en las instituciones públicas y
esta experiencia mía echada a perder. En las próximas voy a votar por el
partido que me prometa un cargo de confianza. Eso, en confianza. Aunque estoy
turbio. Contemplo atónito que cada vez son más los que se parecen a una pala
(cogedor, dice el diccionario). Sí, de esas que usamos normalmente para la
basura. La práctica arrancó con los procederes de un tal Nacho González,
saltimbanqui profesional e hijo de papá, quien se dedicó a fichar a cuanto
escindido halló en cada rincón de estas ínsulas. Luego le siguió el no menos
ínclito Román Rodríguez, médico sin ejercer y ducho político desde los tiempos
inmemoriales de Adamo y su mechón de tu cabello, que viaja con frecuencia a La Gomera –país de la
revoltura por excelencia– pues por los senderos de aquella magia natural
rebosan los posibles fichajes. Y los congrega en El Contadero, por meras
cuestiones de precaución y rentabilidad. Aunque los de Podemos no se quedan
atrás. Como son los últimos, van recogiendo todos los resúmenes y apuntes y ya
se hallan en condiciones de optimizar resultados y evaluar competencias en los
inminentes exámenes. Lo malo será cuando llegue la hora de cruzar datos. Ya me
imagino al futuro secretario de organización: tantos del PSOE, cuantos de IU, tropecientos conservadores (que no soy
de aquí ni soy de allí), decenas de librepensadores, millares de neoliberales…
Amorfos, neutros, indefinidos… O les faltan palas o les sobran residuos
sólidos.
Qué tendrá la
susodicha. Cuánta atracción fatal. En acróstico va la décima:
La historia no se termina,
Aunque pueda parecerlo,
Pues comprar al estraperlo
Ocasiona chamusquina.
La avaricia es golosina,
Invita a los trapicheos
Tentando muchos deseos,
Incluso con apetito,
Casi rayando el delito.
Agüita, qué cachondeos.
Tengan todos
un feliz fin de semana. ¡Ah!, el candidato socialista a la alcaldía de Los
Realejos me envió atenta misiva, algo que le agradezco. Lo mismo en las próximas
escribiremos unas líneas.
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