El adelanto
de la próxima edición del DRAE nos señala que se trata del empleo o difusión de
rumores, siendo estos las voces que corren entre el público. Ya me las imagino
sorteando las patas del gentío. Y como hay digitales que se dedican a tales
oficios, viven de eso, conveniente parece que también definamos usina de
rumores, que es expresión utilizada, sobre todo, en Argentina y significa aquel
medio que genera informaciones no confirmadas y tendenciosas. Es decir, nada
tienen de informaciones pues no dan noticia alguna.
Hace unos
días estaba pintando una reja de cierta ventana en mi casa. Como mi mujer tenía
sintonizada Telecinco en el cuarto de costura, mientras le daba a la brocha
escuchaba la recua de disparates que salían de las gargantas de aquellos energúmenos
en indeterminado programa mañanero. Y viven de tales mañas, tú. Hasta me dio
pena de Belén Esteban. Y, por extensión, de un tal Andrés (repásate el motor).
Para este
viernes se me ha ocurrido que podría ponerme en el pellejo de uno de estos saltimbanquis.
Y voy a jugar un ratito. Advertido quedas.
En estos
últimos días se han propagado por las redes diversos anuncios acerca de la
desaparición de menores de edad. Suelen ser, y a los hechos descritos me
remito, jovencillas de entre doce y dieciséis años que se van a dar un garbeo
durante unos días y luego aparecen sin contratiempos mayores. Pero, normalmente,
compruebo que la reseña de su encuentro, bien sea de la policía, bien de su
entorno familiar, lleva adherida la etiqueta de “en buen estado”. Y no me gusta,
qué quieres que te diga, porque los rumores se disparan.
Elfidio
Alonso, personaje cuando menos controvertido, a decir de aquellos sabandeños
apeados, anda como un loco buscando una fotografía de la romería de San Benito
del año 1955. Quiere demostrar con tal prueba documental que el emblemático
grupo cumple en este julio próximo la friolera de sesenta años. Sostiene que en
la instantánea (a la altura del Ateneo) se le deberá ver acompañado de un burro
(flautista), aparte de excelente cantador de folías lastimeras, traído ex
profeso desde La Punta
a petición del alcalde de aquel entonces.
Santiago
Negrín, presidente de la
Radiotelevisión Autonómica de Canarias, se
ha trazado como primer objetivo tras la toma de posesión de su cargo, llamar a su
antecesor, Willy García, no con el ánimo de cantarle las cuarenta (principales)
sino de intercambiar opiniones de cómo consiguió mantener a Pepe Benavente
durante tanto tiempo en el ‘candelabro’. Al tiempo, recomendarle que en su
nueva andadura procure fichar a toda la plantilla de En clave de ja. Es broma.
¿Te lo creíste? En realidad le va a proponer la jefatura de los servicios
informativos en detrimento de Daswani.
El cura de
Chipude, por fin, se aviene a razones. Después de una larga charla ha aceptado
que a cambio de que le arreglen el tejado de la iglesia volverá a dejar las
llaves en el bar de toda la vida, a fin de que cualquier persona que lo
solicite, eso sí, con educación y respeto, pueda visitar a La Candelaria, imagen de
gran devoción en la isla y que concita el 15 de agosto una multitud de tal
calibre en sus fiestas patronales que no queda gente en Taco y alrededores. Me
consta que una persona que ha batallado hasta la saciedad para alcanzar que el
sacerdote se bajara del burro, ha contactado con los Toste realejeros para
echar unas buenas docenas de cañones. Algo que, lo que hay que ver, no le
disgusta al clérigo cuestionado por razones de morriña tinerfeña a lo panza de
burro. No, el de antes no.
Y ya que me fui a La Gomera, el reconvertido
Javier Trujillo, como fiel pepero, se ha dedicado a prometer todo aquello que
no fue capaz de llevar a cabo cuando fue la mano derecha (¿lo cogiste?) de
Casimiro, ahora socialista pero no militante del PSOE. Esta enfermedad, que
suele contagiarse por trato directo con los superiores jerárquicos (también la
sufren en la isla picuda los que van a realizar todo aquello que han incumplido
en este último cuatrienio), supone unas bifurcaciones de personalidad muy
complejas. Destacados especialistas neurológicos (que no morfológicos ni
sintácticos) sostienen que sería conveniente hacer yuntas con los que presentan
los síntomas más notables y que se vayan ejercitando en las ferias de ganado,
participando, incluso, en los concursos de arrastre con los toros de primera
categoría.
Y va el
último. Se rumorea por el pueblo que si Ciudadanos obtiene algún concejal, el
cabeza de lista, Raúl Pérez, ha sentenciado que de hacerle falta al PP para
conformar una mayoría, Manolo (o Adolfo, de ilusiones también se vive) se va a
quedar con tres palmos de narices. El otrora joven promesa de los populares
realejeros no puede olvidar tan fácilmente el ninguneo a que fue sometido por
el actual alcalde y presidente insular del partido, por lo que un entendimiento
se antoja imposible. Y se nota cierto nerviosismo en la candidatura continuista
porque ya han sacado un cartel que nos indica que Sí a Los Realejos. Y en la
Villa de Viera, que de tontos no tenemos un pelo (ni dos), se recopilan
anteriores declaraciones para bombardear entrevistas televisivas con mensajes a
mansalva. Me voy pero no me voy. Me quedo porque es mi ilusión. Hasta
Francisco, otro joven marginado, se halla meditando si merece la pena
permanecer en silencio o soltar todo lo que ha tenido que tragar y que le sigue
provocando terribles escozores en la boca del estómago (cardias, en lenguaje
más fino). Los viejos del lugar siempre han sostenido que el que mucho abraca poco atraca y como a veces una imagen no vale
más que mil palabras, lo mismo hay que modificar el inicio del capítulo I de la
fábula de Juan Salvador Gaviota (Amanecía, y el nuevo sol
pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo) por Anochecía, y el sol de los
muertos moteaba de piche los marullos en la playa de El ¡¡¡Socorro!!!
Los más entendidos de la profesión mantienen que el rumor es la
antesala de la noticia. Yo sigo los consejos de una vieja amiga: Ya se verá.
Si me ven
este fin de semana pegando carteles es que he pensado que ganar unas perras con
las que dar un impulso a la pensión es razón justa y necesaria. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario