viernes, 3 de julio de 2015

Pobreza

La isla de Lanzarote ha estado salpicada, desde ha bastante, en demasiados enredos judiciales. Puede que el ejemplo más significativo lo hallemos en quien fuera paradigma de la política en aquellos contornos canarios orientales y hoy recluido en un alojamiento turístico de no abundantes estrellas: Dimas Martín. Quien, además, deberá enfrentarse a causas pendientes, con lo que la estancia podría alargarse unos años más en Tahíche.
No ha quedado al margen su capital. Imágenes de registro en las dependencias de su ayuntamiento, a la vera del Charco de San Ginés, circularon por los más variopintos medios de comunicación. Sonados casos la convirtieron en portada de numerosos telediarios. Pero ahora vuelve a ser tristemente famosa por otros derroteros bien diferentes. Por lo que uno se pregunta si el saqueo llegó a tales extremos.
Una encuesta reciente sitúa a Arrecife entre las diez ciudades españolas que tienen una tasa más elevada de desempleo: el 38,35% (puesto séptimo). Aunque no es todo. Su renta neta alcanza los 17.421 euros, lo que vuelve a ubicarla en puestos de privilegio: la décima posición por la cola.
Y con estos maravillosos datos toma posesión la nueva corporación constituida por 23 concejales. Recordemos que la población de la capital conejera, según el INE (2014), ronda los 57.000 habitantes. Y si la has visitado, transitado sus calles y echado el cortado en el bar de la esquina, habrás comprobado que la procedencia es bien dispar. A veces para encontrarte un oriundo se te rompe un ojo y parte del otro. Conozco un maestro que en su clase, años atrás, no tenía ni uno que hubiese nacido en la Isla de los Volcanes.
En el contexto de pobreza antes enunciado, los trece concejales del grupo de gobierno (PSOE-CC-PIL) estarán liberados. Insisto, recalco, repito, reitero que no entro en ese juego de la dedicación total o parcial, porque sigo sin entender cómo se valora o cuantifica la asignación del 75% (o 50%). Pero no conformes con tan generoso reparto, tres concejales de la oposición gozarán asimismo de tan privilegiada condición. En total: dieciséis. Manda las bolas del puente del Castillo de San Gabriel.
Saben mis apreciados lectores que a ese montante de espléndidas retribuciones (para el alcalde, socialista él, el máximo que permite la ley, a saber, 65.000 euros, ‘menos diez céntimos’; será este detalle para poner en práctica su máxima de devolver la dignidad a los ayuntamientos) habrá que añadirle asistencias (plenos, comisiones, junta de portavoces…), cargos de libre designación, seguridad social de toda la tropa, dietas…
Como en Yaiza y San Bartolomé, con gobiernos surgidos de pactos igualmente, también se liberan más de la mitad de los concejales (9 y 8, respectivamente, de un total de 17), uno se cuestiona si la vocación política es tal y como nos la quieren vender o esto va mucho más allá. Ya no se trata del ejercicio de cargo público que yo conocí en la década de los ochenta del pasado siglo. Y no pretendan venderme la moto de que todo ha cambiado y que el progreso exige estas servidumbres. No, no y mil veces no. Estos repartos dispendiosos es jugar con el dinero de los contribuyentes. Máxime en un territorio en el que se dilapidaron presupuestos y se enriquecieron partidos y particulares. Más claro, que se los mangaron. Y llegadas etapas de vacas flacas, las pulgas para los de siempre.
No sostengo que un político deba vivir del aire. Ni que no sea digno acreedor a un buen sueldo. Pero todas estas artimañas (efectos colaterales) para que todos queden contentos y puedan chupar con sumo regocijo, choca con otros casos. Como el de Garachico, donde gobierna con una cómoda mayoría absoluta CC (9 concejales, de una corporación de 13). Su alcalde, Heriberto González, no solo ostenta la máxima representación municipal (que no es moco de pavo) sino que no ha delegado las áreas de Economía y Hacienda, Urbanismo, Obras y Seguridad, Policía Local, Infraestructuras, Puerto deportivo y pesquero y  Proyecto Cultural Área Garachico. O es muy bueno y los demás ni te cuento o las cuestiones de la cosa pública fallan estrepitosamente. Ya Milagros Pérez (Santa Úrsula) fue capaz, con otros dos concejales, de llevar la gestión de su ayuntamiento durante casi un mandato completo por desavenencias con sus propios compañeros de partido (PP).
Luego los fríos datos dicen que el paro baja poco. No lo entiendo con tanto empleo en este sector. Casi tan turístico como la joya de la corona. O del malpaís. Sostienen los sindicatos que se trata de trabajo precario y de escasa duración. El otro, el de las estadísticas. En este, el que se agarra no lo suelta ni de coña.
Mañana llego yo y fundo una agrupación electoral de jubilados (para no cobrar un euro de las arcas municipales) y no nos vota ni la familia. En este país nuestro no se lleva lo del victimismo y preferimos ruin conocido. Desde que el otrora alcalde de San Juan de la Rambla, Manolo Reyes, inventara lo del “descándalo” (cuando se armó la marimorena del traslado del edificio consistorial a San José desde San Juan), no hacemos sino saltar de un “descándalo” a otro sin apenas descanso.
Disfruten del fin de semana. En este Norte llovió. La fidelidad de la panza de burro sí merece un aplauso.
Nota: La foto es de hace dos años. ¿Dónde? En Arrecife.

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