jueves, 30 de julio de 2015

Ensalada

Tras unos días de relajo absoluto, retomo la sana costumbre de garabatear unas letras para que nuestros estimados Pepillo y Juanillo, hermanos como bien es sabido, no queden abandonados. Huérfanos a tan temprana edad es asunto que no le deseo a nadie.
Y vaya esta primera ensalada a modo de previo. Para que no haya indigesta de sopetón:
El ayuntamiento de La Matanza adquirió tiempo atrás el edificio que albergó la sala de cine del municipio y en diferentes fases está acometiendo su reconversión en teatro-auditorio. Y con paso decidido, la corporación municipal, bajo la batuta del veterano e incombustible Ignacio Rodríguez, lo perfila como el lugar en el que se darán cita las actividades artísticas y culturales de aquella población. Al tiempo, el consistorio icodense hace lo propio con el Cine Fajardo. No conozco detalles al respecto.
Los realejeros, que atisbamos una ventana de ilusión y esperanza cuando Oswaldo Amaro firmó cierto convenio con CajaCanarias para la adecuación del Cine Viera, seguimos con tres palmos de narices. Nuestro auditorio (ese letrero pusieron muchos meses ha para rebautizar el salón de actos de la Casa Municipal de la Cultura) es más de andar por casa (con minúscula). La ‘lucha’ popular en las redes sociales escasa mella ha causado en los actuales dirigentes. Que como han visto incrementada su presencia en el ayuntamiento, intuyo que solo aceptarán sus propias y brillantes ideas. Táctica que les ha funcionado a las mil maravillas. Unos ligeros retoques de publicidad e imagen y a seguir esperando. A mediados de los ochenta ya se barajaba alguna que otra posibilidad, pero tres décadas después seguimos con las carencias de siempre. Los que manejan las distancias cortas y se desenvuelven en ambientes de aforos más reducidos, marcan pautas y directrices. Hombre, ya que arreglaron la escalera de acceso al recinto antes mencionado, pudieron haber aprovechado la ocasión y quitar aquella fea placa que da norte de su inauguración.
Chocaron dos motos contra una guagua en Erjos. Es otra de las informaciones que me llamó la atención. Porque mira que se puede sujetar a interpretaciones. Como aquella de que 1653 coches fueron denunciados en las islas por exceso de velocidad y se acompaña con una fotografía de un atasco. Si la canícula causa estragos porque los calores afectan el tejido neuronal, en el periodismo las otroras serpientes de verano parecen no haber desaparecido. ¿Chocaron las dos motos simultáneamente? ¿Se interpuso el vehículo pesado en la trayectoria de los de dos ruedas? ¿Iban, acaso, compitiendo cual carrera de velocidad al uso?
Indignación en Benijos (La Orotava) por el derribo de una casa. Espectacular el despliegue policial, pero no se le quedó atrás el habido entre la vecindad. Bien surtidos iban todos de artilugios para grabar la destrucción de la humilde choza: varios pisos y abundantes metros cuadrados. Inmortalizados quedaron los momentos en que la pala cumplía con la orden judicial. Un portavoz del consistorio villero (CC: ¿Construcciones Canarias?) comentó que el hecho era consecuencia de un expediente iniciado en 2001 y que derivó en una sentencia firme por la vía penal, ante el que el ayuntamiento nada ha podido hacer. Cuánto cinismo se gastan unos muchos. Han dejado construir en el municipio, sin ningún tipo de permiso ni licencia, allá donde cada cual pudo agenciarse un cacho de terreno, hicieron la vista gorda porque el vivero de votos estaba asegurado y ahora vienen con estas salidas. Ya sé que bastantes, insisto y reitero, han perdido la vergüenza en el ejercicio de un cargo público, pero lavarse las manos de esta manera merece la mayor de las repulsas. Como se destape la caja de los truenos y se vean obligados a cumplir normativas, ante posibles denuncias de agraviados, van a tener que alquilar bastantes mastodontes mecánicos. Desde San Jerónimo hasta Aguamansa, pasando por La Perdoma y demás pagos. La política del ‘dejar pasar’ ha funcionado en La Villa de una manera espectacular. Desde las cabras hasta los supuestos cuartos de lavar. Ordenar el desaguisado podría ocasionar más de un quebradero de cabeza, cuando no unos buenos años de cárcel.
Anoche estuve en el Pago de Higa margullando tierra adentro. Lo mismo redacto unos párrafos para mañana. Hasta entonces.

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