lunes, 20 de mayo de 2024

Sin respuesta

Cuando los inconvenientes del cierre de Los Cuartos, durante varias semanas, nos hacía pensar que la nueva superficie comercial iba a brindar la posibilidad de una compra gratis a todos los realejeros, de unos doscientos euros por familia, nos hemos tenido que conformar con unos remiendos en ese tramo final de la calle y apechugar ahora con más carga de tráfico en ese ya complicado lugar. Pero uno debe sujetarse al criterio técnico de las cabezas bien pensantes de nuestro ayuntamiento y si tan privilegiadas seseras (que deberán ser las mismas del trazado de Los Barros: con ideas circulares, como las rotonditas) sostienen que los conductores debemos fastidiarnos todavía un poco más quemando combustible, para general deleite y complacencia del medio ambiente todavía mínimamente decente, apechuguemos pues con las medidas, que donde manda capitán… Seguro que habrán previsto la canalización de las aguas pluviales hacia un punto de recogida para la posterior distribución a los arrendatarios de los huertos urbanos de La Gorvorana y para volver a regar El Bosque, el Llano, las huertas del café y la huerta alta. Y si sobra, el resto de la finca. Aprovechando, además, para llenar las tanquillas del patio de La Gorvorana.

Cuando subes por San Vicente y alcanzas el final de la calle Cantillo de Abajo, por la zona del Hotel Bentor y por donde un camión se llevó el balcón de la casa parroquial, casi en la confluencia con la calle La Alhóndiga, parece que el coche atraviesa el filo de un serrucho (en canario, serrote). Chacho, es más entretenido que cualquier artilugio de un parque de atracciones. Te da un gustito. Y el fotingo brinca de alegría. Parece un potrillo retozando en el campo. Yo me acuerdo siempre que paso por allí de Platero, el de Juan Ramón Jiménez. Y de camino –cuánto lo siento– de los quince concejales liberados. Y de los asesores. Y de la Gerencia de Urbanismo.

Ya que regreso de Las Abiertas, paso la farmacia y continúo por la calle don Guillermo Camacho y Pérez Galdós (todavía me acuerdo lo emocionado que estaba, y mucho más su mujer, el día que se colocó la placa allá por el lejano 1987). Y el Terracan se pone el solito a tocar la pita. Una emoción sin límites la del viejito (18 años). Me muero de gusto, quise escucharle la última vez que recorrió aquel tramo. El muy bandido, por no escribir lo que estoy pensando. Oye, no creo que aguantara en condiciones un par de semanas desde que arreglaron aquel trozo. Ahora ya no tiene baches, sino lo siguiente.

Hombre –o mujer– el arranque (en canario, pega) de la calle El Medio de Abajo también está lindo. Cuando quieres aprovechar la segunda para no respirar hasta que alcances la altura del cementerio, te pega un rebote en los múltiples socavones iniciales y… a ponerle la primera. Así me da más tiempo de contemplar que el jeep de Santiago –de más edad que el mío, que no más viejo– todavía se conserva perfectamente. Una cosa por la otra.

Tengo más ejemplos. Como tú tendrás los tuyos, me imagino.

El tramo de la carretera TF-333 (la de La Montaña y La Zamora) a su paso por la entrada al polígono de La Gañanía, inicio de la subida a la calle Anaga (hacia la ITV antigua), justo a la altura de una de las gasolineras, constituye otra muestra de cómo las aguas de lluvia (allí deben llegar hasta de La Cruz Santa) convierten en ríos y lagos lo que no está preparado para tal menester.

Carretera TF-315 (la de Las Dehesas) en su tramo final realejero por la zona de El Toscal, a la altura de la Media Cuesta. Tengo entendido que ya es vía urbana. De lástima. Un terreno de zahorra no compactado convenientemente y que requiere un tratamiento mucho más adecuado que los remiendos a los que se ha visto sometido.

Carretera TF-342, la de Icod el Alto, en el tramo que está de la Madrejuana hacia La Azadilla, justo por donde a alguien le ha dado por colocar televisores viejos en la cuneta. Con el agravante añadido de que es aprovechado por los que bajan hacia el pueblo con algo de prisa y… agüita. Un día alguno se va a quedar presentando un telediario en uno de los múltiples receptores abandonados.

Yo estoy convencido de que unos meses antes de las próximas elecciones estos asuntillos de poca importancia quedarán solventados, pero ¿mientras tanto? Sin respuesta. Como ellos van en coche oficial, qué importa una raya más.

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