lunes, 6 de enero de 2025

Que vienen, que vienen

Proseguimos. De un lado, políticos arrogantes (echaditos pa´lante, que se dice por estos lares). Que siguen vendiendo humo en frascos pequeños. De otro, el sombrío drama de los negros. Meros números para la estadística.

Sábado, 04-01-25

Continúan los cayucos / a nuestras costas llegando, / mientras persiste Fernando / en ocultar al farruco. / Que se las da de pituco, / con pavoneo incluido, / siguiéndole el juego al ruido / que le dictan cada día, / mientras va a la eucaristía / haciéndose el compungido.

La falsedad galopante / en torno a la inmigración, / ya no tiene parangón / ante tamaño desplante. / Es un agravio constante / el juego nauseabundo / que se extiende por el mundo / sin visos de algún entente, / como si fuera la gente / el lodazal más inmundo.

Canarias no se merece / a políticos vulgares, / muy buenos en malabares, / mas su gestión no aparece. / Debe ser porque adolece / de rotunda vacuidad / –digolo con suavidad–, / un mal que se va extendiendo / bastante, lo estamos viendo, / sin que lo cure la edad.

Domingo, 05-01-25

A los Reyes pediré / diez mil kilos de cordura, / otros tantos de mesura, / que luego repartiré. / En el Realejo estaré / por si alguno un fisco quiere / no en casa sentado espere / que este mundo necesita / más sosiego y no quien grita / como si loco estuviere.

En los años de pobreza / que los viejos padecimos, / a los Reyes no pedimos: / lo escaso era sorpresa. / No hubo niño que se estresa / pues no existía ambición, / nos bastaba una porción / de frutas y golosinas, / cuando no unas pirulinas / y mucha imaginación.

¿Se ha perdido la inocencia / en fecha tan importante / por el regalo abundante / y el juguete de excelencia? / Me ha dictado la experiencia / que el exceso perjudica / y no es la infancia más rica / por tenerlo todo dado, / porque es un niño mimado / vino malo en la barrica.

A modo de conclusión:

Cuando alcances esta línea, a buen seguro que habrán llegado los Reyes. Que ya no suelen equivocarse con los regalos. Nos traen lo que les habíamos solicitado. Y más. A los negros africanos que lograron arribar a nuestras costas, también: la posibilidad de labrarse un futuro menos oscuro que el de sus países de origen. A pesar de nuestros políticos. Alguno genuflexo. Que nacieron con una talega de pan bajo el brazo. Qué suerte.

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