Viernes, 02-05-25
Ayer, Día del Obrero; / hoy es festivo en Madrid, / y
mañana, en noble lid, / aquí fundimos dinero. / Mas es ejercicio austero, /
preñado con devoción, / donde pedimos perdón, / en un silencio estruendoso, /
porque es acto religioso / que no admite parangón.
Debes entrar por el aro / y ser de una calle u otra, /
porque si no a ti te empotra / cualquier ferviente preclaro. / Y te espetan sin
reparo / que la cruz no te perdona / el que uses la neurona / en otros asuntos
varios, / pues no se admiten contrarios / a quien la fiesta bastiona.
La discrepancia se admite, / mas no en el presente caso, /
pues con el fuego te abraso… / con perdón, ¿me lo permite? / Y si usted su voto
emite / con la contraria opinión, / alcanzará un revolcón / de padre y muy
señor mío: / ¡ay, señor, qué desvarío!, / ¿podré abonar la sanción?
Si por el aro yo entrara, / me llamarían farsante, / y de
seguir con el plante, / tendría muy fuerte cara. / Si en la iglesia militara, /
me perdonan el pecado, / mas como estoy alejado, / enfiladito me tienen / y a
razones no se avienen… / ¡al infierno condenado!
De verdad que yo no entiendo / a ese señor que se gasta / en
los fuegos fuerte pasta / y por ahí va diciendo / que la gente está muriendo /
porque ya nada funciona, / pues aquel que está en la trona / los dineros
despilfarra / y al postureo se agarra / sin pensar en la persona.
Debe ser la congruencia / que para el otro exigimos, / pero
joroba no vimos / en nuestra propia conciencia. / Con esta rara creencia / casi
nada ya me extraña / de esta increíble hazaña, / así que voy a seguir / para
poder compartir… / ¡los viajes por toda España!
Sábado, 03-05-25
Después de cuarenta años / nuestras aguas filtraremos / y en
el campo la usaremos / porque no provoca daños. / Debieron romperse caños, /
que mierda botan al mar, / para poder alumbrar / esta idea tan brillante / y no
seguir dando el cante / en esto del depurar.
Y se fueron a la EDAR / los señores de la foto / a darle un
cosido al roto / en el tubo del cagar. / Se debió tanto alegrar / mi alcalde
por la noticia, / que con su risa propicia / brillante final feliz: / que se
coman la perdiz / por semejante primicia.
Ya respira Punta Brava / otros aires placenteros, / merced a
los caballeros / que ya brindan con buen cava. / Si la cosa no se agrava, / en
unos meses llenamos / ─para
eso en ello estamos─ / la
balsa de La Cruz Santa / y ya el agua será tanta / que hasta Yeoward lo
sembramos.
Se abrirá Playa Jardín / en unas pocas semanas, / porque ya
tenemos ganas / de mojar el peluquín. / Y descansar del trajín / que ha
supuesto esta aventura; / pero todo tiene cura / gracias a ilustres seseras, /
quienes raudos, sin esperas, / no pierden la compostura.
Comparto, pues, la alegría / que en sus caras se refleja, /
mientras el drama se aleja / y con él la porquería. / Muy pertinente sería /
extender el tratamiento / y que nuestro ayuntamiento / hacia Los Roques mirara
/ y sin remilgos tratara / de prestarle más aliento.
Tal estado de abandono / no es de buen gusto moneda, / pues
a ella no hay quien acceda / según lo que allí visiono. / Es algo que no
perdono / a este grupo gobernante, / porque pone por delante / lucimiento
personal / y olvida lo principal: / gestionar, no dar el cante.
A modo de conclusión:
Un día de estos voy a tener la santa paciencia de recopilar todas las fotos que el grupo popular realejero ha acumulado en sus años de mandato. Y luego acudiré con ellas a la Casa de la Cultura para montar una exposición. ¿Tú quieres ver que para ello sí me dan permiso? Y la inaugurará Adolfo. Con varias fotos más.
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