Más de
treinta cabras desaparecen en El Hierro. Bien guardadas quedaron la noche
anterior, según su propietario, pero cuando fue a echarles de comer a la siete
de la mañana, como cada día, allí no estaban. Como la isla es bastante pequeña,
intuyo no será muy difícil dar con su paradero. Deberá estar la Guardia Civil
en ello. Aunque lo más preocupante es preguntarse qué está ocurriendo en la
sociedad actual en que parece que no solo los humanos andamos con una teja
medio rodada.
Creo que
Néstor Álamo ya lo presagiaba cuando plasmó en unas coplas aquella “Cabra loca”
que tanto se tararea en Gran Canaria y que Los Gofiones incluyen en una de sus
tantas grabaciones: Cabra loca, cabra loca, / y el cabrero que las guarda, /
que si yo fuera cabrero / cabras locas no
guardara. Fíjense bien, ya Néstor estimaba que no era una sola; el último verso
está en plural.
Hace un
tiempo hubo un ejemplar gomero que tuvo entretenido a todo el pueblo de Valle
Gran Rey haciendo inverosímiles equilibrios en lo alto del acantilado. Allá
cuando le pareció, tras haber provocado miles de quinielas acerca de su futuro,
salió del atolladero por sus propias patas, dándole con un canto en las narices
a todos los agoreros que la veían “estrallada” en el callao.
Pero lo de El
Hierro es demasiado. Puede que se hayan asustado con ‘Los carneros’ de Frontera
y se hayan mandado a mudar para La Dehesa. Máxime cuando este año vinieron de
visita ‘Los diabletes’ de Teguise. Sin embargo, treinta y cinco cabras son
muchas cabras. Y si se largaron por su cuenta en busca de aventuras (una
auténtica locura, pues muchas de ellas se hallan, eso dicen, en estado de buena
esperanza), alguien las hubiese visto. Es más, suelen ir dejando señales allá
por donde pasan. ¿Tú no has caminado por la carretera de La Luz? Entre La
Playita y Las Candias hay miles de tales marcas inconfundibles que se
corresponden con millones de cagarrutas. Y las de El Hierro no iban a ser
menos. ¡Ah!, y la escandalera que arman no es ni normal.
Segunda
opción: que se las hayan llevado transportadas. Chacho, siguen siendo muchas
cabras. En un furgón no caben (recuerda que alguna sufría cierta hinchazón en
la panza). Tendría que ser un camión. Y hay que subirlas. Una a una. Haría
falta más de un operario para tal menester. Y balan… Insisto, la isla es
demasiado pequeña.
Me acabo de
acordar. ¿Estarán con la ovejas gomeras de Javier Trujillo Bernal? Imposible.
Eso requiere medios de transporte más sofisticados. ¿Se habrán ido a ver el
volcán en La Restinga? ¿Habrán dirigido sus pezuñas hacia la zona de Orchilla?
Reitero, El Hierro no alcanza los 300 km2. Y 35 cabras son muchas
patas juntas.
Lo dejo,
tampoco voy a volverme la cabeza loca. ¿Alguien se acuerda a estas alturas de
la película del afer de las vacas locas? En este, tres cuartos de lo mismo. Le
dedicaremos dos o tres telediarios, un par de Canarias Express, amén del de
Estíbaliz (fin de semana), si acaso un Comando actualidad, y a otra cosa,
mariposa.
Ya empezó la
Cuaresma, pero seguimos en Carnaval. Como dice Rajoy: somos un país serio.
Menos mal.
Hasta la
próxima.
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