Tremenda pena
causa comprobar cómo se mide últimamente el éxito de los mogollones (acepciones
coloquiales: gran cantidad de algo, lío, jaleo) carnavaleros. Los propios
medios de comunicación se han encargado de propagar la superación que año tras
año alcanzamos en… mierda producida. Y como en esas primicias nadan a la
perfección los informativos de la tele de Willy, con tales postres
escatológicos desayunamos, almorzamos y cenamos cada día.
Sí, tras la
concentración de unas 230.000 personas en la pasada noche del lunes próximo
pasado en la capital tinerfeña, se han recogido más de veintitrés toneladas de
basura. Vamos por partes:
Preguntaré a
mi amigo Evaristo si esa cantidad de personas cabe en las calles habilitadas al
efecto. Porque en unas imágenes de la tele canaria, la autóctona, la nuestra,
se podía contemplar a ciertos enjambres disfrazados que bailaban con cierta
holgura. Traduzco: no se apretujaban demasiado, algo bastante característico en
este tipo de festejos (eventos, que diría el concejal). Y es que esta alegría a
la hora de contar, te choca sobremanera con las restricciones de idénticos
medidores (policía) cuando de una manifestación se trata. Para mí que el quedar
bien con el señor alcalde y lo estupendo que lo lleva a cabo el ayuntamiento
pesa demasiado en el momento de realizar los cálculos. Mucho lápiz y poca goma.
Seamos
optimistas (no les voy a quitar la ilusión de seguir batiendo récords) y
convengamos en que allí había tal cantidad de sujetos y sujetas (y bien
agarradas). Y que también sea cierto el que se ha recogido esa ingente montaña
de desechos. Como la inmensa mayoría de ellos es mero plástico, mucha bolsa,
botella y chubasqueiro do pito se ha
tenido que reunir per cápita. No añado, obviamente, los detritus orgánicos
porque después de tanta pisada y pasada pasan a ser parte consustancial del pavimento.
¿O ya no te acuerdas de las romerías?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlEeOPaaHsj7g3ysMddpMEQVYmDeVfuObgYsloao85p1oklVTstdNUAAq8uGMXpYy-MI44s0p3MocAX95IPXPBFP2ZhcUW2I4pnrP3-SXPYYjjKdRmNMla-RErtmxFj0-Fj8Ht7o6fyII/s320/Mogollones+%28de+basura%29.jpg)
Como la
crisis va a continuar (palabra de Mariano), las fiestas también. Diría que
estas últimas se van a incrementar porque para olvidar penas hay que recurrir a
ciertas alternativas. Con lo que me temo que los servicios municipales van a
tener entretenimiento para rato. Las cuadrillas de limpieza no van a dar abasto
ante el ingente quehacer de fregados y puestas a punto (para el siguiente
chiringuito).
Sigan atando
cabos (electricistas, fontaneros, albañiles, carpinteros, policías…) y acabaremos
enredando una madeja tan grande que no habrá posibilidad alguna de atender
otros servicios más perentorios. Y no aleguemos que pagamos nuestros impuestos
y otras boberías que suelen esgrimirse. Las calles alejadas de los núcleos
centrales mogolloneros fenecerán sumidas en las tinieblas, proliferarán los robos
y la falta de barrenderos las convertirá en un nuevo lazareto y…
Esta sociedad
está condenada a fagocitarse. Para más inri, en la mierda, elemento en el que
mejor nadamos.
Disfruten,
que nos queda la piñata. Sanseacabó
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