El otrora
tertuliano Pepe Ignacio Wert, ahora flamante ministro de Educación porque
Mariano Rajoy así lo ha tenido a bien, se quedó hace dos días sin poder decir
ni pío. Los rectores de todas las universidades españolas le dieron plantón.
Estos pretendían hablar de recortes, pero aquel no estaba por la labor. Y los
regidores de los centros docentes estimaron conveniente no acudir a la cita, a la junta. Por lo que
no se juntaron, síntoma inequívoco de que existe separación. Otros encontronazo
en el campo educativo con lo que este sector seguirá brillando con luz propia
en todos los informes que han creído oportuno ubicarnos en la cola de cuanta
encuesta se realice en cualquier nivel. Tranquilos, las privadas van muy bien.
Y al menor atisbo de pérdida de presión, a inyectarles generosos tranquilizantes (económicos).
Este
ministro, siguiendo los doctos consejos de un programa electoral plagado de
párrafos que jamás se cumplirán –ya se sabe, las promesas y las normas se
inventan para la papelera de reciclaje– ha venido soltando perlas (ya lo hacía
con total desparpajo en Intereconomía), todas ellas dignas de enmarcar. Tanto
que se ha atrevido a sugerir a las familias que se sienten impotentes para
cubrir las necesidades de sus hijos universitarios que no se gasten el dinero
en otras boberías. Debe pensar el ministro que nuestros sueldos rondan los cien
mil euros anuales, porque si él cobrara lo que nosotros, seguramente no estaría
diciendo tales sandeces. Nos asaltan a traición y nos toman el bolsillo cada
vez que les viene en gana, y, por si fuera poco, no conformes con tales atracos
también se dedican a tomarnos el pelo. En mi particular caso, con dudosos
éxitos.
Para las
familias con dificultades económicas, todas las trabas habidas y por haber.
Para Berriel, nuestro consejero autonómico, por si fuera poco el sueldo que
tiene asignado, la posibilidad de acogerse a las subvenciones del cabildo
majorero. Imagínate, extrapolando datos, lo que se cuece por esas altas
esferas. Y luego no se recatan en manifestar que entienden lo mal que lo
podemos estar pasando en esta época convulsa y crítica. Parece que el cinismo
se lleva implícito en el cargo, es un archivo adjunto. Hombre, ya que lo
menciono (el mundo informático), hace unos días recibí un curioso correo que
dicta unas instrucciones para comenzar el día con cierta alegría. Aconseja que
cuando arranquemos el ordenador sigamos estos pasos:
1.- Crea un
fichero cualquiera.
2.- Guárdalo
como "Mariano Rajoy".
3.- Llévalo a
la "Papelera de reciclaje".
4.- Haz clic
en "Vaciar papelera".
5.- Aparece
un mensaje en pantalla que pregunta: ¿Desea eliminar "a Mariano
Rajoy"?
6.- Responde:
Sí.
Hoy es viernes y esta tarde-noche se jugará
la final de la copa del rey en el estadio madrileño del Vicente Calderón.
Catalanes y vascos disputarán un partido de fútbol. Pero la ultra mayor de
España se ha empeñado en calentar el ambiente y, a buen seguro, habrá pitada.
Porque atrás quedaron los tiempos en que cualquier amenaza era dogma de fe y
había que acatarla a pie juntillas. La señora Aguirre, famosa ella por hablar
siempre a destiempo, ha creído oportuno, como autoridad suprema de la comunidad
madrileña, lanzar a los cuatro vientos que si se obstaculizaba la
interpretación del himno nacional, o se suspendía el partido o se celebraba a
puerta cerrada. Arriba España y viva Franco. Sabe, o debe intuir la ilustre
presidenta, que el pueblo está cabreado desde que Juan Carlos dijo en las
navidades pasadas que comprendía no sé cuántas cosas de la peliaguda situación
que atravesamos, que corroboró posteriormente con su cacería africana (parece
ser que no solo disparaba su escopeta a los elefantes), por lo que ahora somos
más republicanos que nunca, y viene a meter la gamba con estos exabruptos. Vaya
manía de mezclar los símbolos patrios con las cosas de comer. Jueguen el
partido, cabréense las aficiones, desahóguense lo que menester estimen, que
gane el que más goles meta, entreguen la copa y cada uno para su cosa. Si un
estadio es un lugar al que los forofos van a descargar adrenalina, dejen el
himno nacional para otro tipo de actos y ya está. Que esto no es la disputa
entre Cataluña y Madrid para ver quién se queda con el Eurovegas (que ya
alguien calificó como una enorme casa de chicas de dudosa reputación). Para mí
que esta mujer –he dicho que es mi opinión, si no quieres compartirla me
parecerá estupendo– hace más honor a cierto apellido que la alcaldesa de la Villa y Corte. Ya que los
recortes le parecen escasos –eso también alegó– cuestión sería de que se
reunieron en su partido por si estiman procedente que se los apliquen a cierto
apéndice u órgano muscular que se le dispara con inusitada frecuencia.
Mañana más.
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