A tres mil
trescientos seis trabajadores de la Comunidad Autónoma
les han comunicado que o reducción de jornada (con menor sueldo, claro) o a la
calle. Se lo traslada el consejero de Presidencia del gobierno que culpa a
Madrid de todos los males presentes, pasados y futuros. Un cargo que entiende
como muy perjudicial la política de recortes del PP. Que es militante del mismo
partido, en la oposición, que allá en la capital del reino ve negra la realidad
que ante el mismo espejo pretende vislumbrar como blanca inmaculada el ejército
de Pancho Villa (perdón, de Mariano, en qué estaría pensando yo). Pero el
consejero de aquí, aunque del mismo partido de allende los mares, aplica aquí
(parece no haber otra fórmula) idénticos tijeretazos. O peores, porque nos sajan
en el mismo lugar que ya contaba con la herida.
Si por un
casual cuando esto vea la luz se produjo el divorcio anunciado por Clavijo y CC
mandó a freír chuchangas al PSOE de José Miguel para aliarse nuevamente con la
tropa de Soria (eso mismo, qué tropa), puede que el consejero aludido esté en
estos mismos instantes dando una rueda de prensa para desmentirse. Nada,
hombre, que no les cuesta esfuerzo algo. Tienen una marcha atrás perfectamente
sincronizada. Esa caja de cambios no chirría ni pasando de sexta a primera,
aunque salgan por el parabrisas. Se levantará, y aquí no ha pasado nada. Y
aprovechará para llamar inepto a Paulino, a Willy y a Ruano. Y santas pascuas.
¿Dónde nos tomamos el cortado?
Indultos a
gogó (468 en 11 meses) son los que defiende este Gobierno en los Consejos de
los viernes. Tantos o más que sablazos de los fúnebres días, negros como las
sotanas cada vez más escasas de los curas. Con tal de cobrarles la entrada, a
Gallardón se le importa un pimiento la salida. Basta con que lo soliciten los
amigotes. Tiene el particular tanto fundamento como la designación de
concejales y consejeros no electos, porque los que sí se sometieron al
veredicto de las urnas no deben valer el pimiento que antes mencioné. Oh,
fíjate tú cómo está el patio que hace unos días se fugó de una comisaría uno
que había robado 240 kilos de cables de cobre. Y aunque la información no lo
aclaraba, lo mismo se largó con el cuerpo del delito en los bolsillos.
No hay otra
fórmula, habrás escuchado. Y Bruselas aplaude las medidas. Pero uno demanda a
Europa que haga contabilizar el número exacto que se mueve en torno a eso
denominado política. Y que haga cuentas. Porque lo mismo con una cuarta parte
se pueden gestionar, y quizás mejor, porque no se obstaculizan, los asuntos públicos.
Y puede que el montante ahorrado con esas tres cuartas partes haga posible que
no sea necesario disparar contra empleados públicos, y lo que es más grave aún,
contra los pensionistas. Cosa que yo jamás haré, dijo el mentiroso compulsivo,
al que Pinocho se le quedó cortísimo. Menos mal que, como señalé hace unos días
en una red social, Israel se ha dado cuenta de que es más fácil comprarnos el
banco malo que acometer la construcción de miles de viviendas. Sí, esta
ocurrencia es de risa; lo que deviene en seriedad absoluta es el comportamiento
de quienes deben dirigirnos, encauzar nuestras peticiones y demandas y buscar
soluciones cuando la situación lo requiera. Que es el caso.
A los
pensionistas, un consejo. El año pasado nos subieron las pensiones un 1%. Este
año 2012 hemos cobrado mensualmente unos buenos cuantos euros menos que el
anterior. El IRPF se encargó de quitarnos el incremento engañoso. No te hagas
ilusiones con la promesa del viernes pasado. Si la tesorería está tan mal que
no permite la revalorización establecida por ley y consagrada en el Pacto de
Toledo –el mismo que el que acusaba a Zapatero de incumplirlo cuando las
congeló, le ha metido fuerte estampido–, espera hasta enero no sea que nos den
otra sorpresa y tengamos que suprimir un par de cortados más. Golfos, trileros,
fulleros.
A todo esto (a grosso modo, que diría el portavoz
gubernamental canario; no ha tenido tiempo de leerme, porque si lo hubiese
hecho se habría cargado la preposición) debo añadir un ruego al señor Miguel
Ángel Daswani, jefe de los servicios informativos de la televisión canaria.
Mejor, como él no me va a leer –salvo que Paulino autorice la reproducción de
mi blog junto al suyo–, rogaría a cualquier lector que ocasionalmente pudiera
alongarse a esta ventana y que guarde amistad con algún allegado (¿me entendieron o no?)… En
definitiva, y resumiendo: imponerle el castigo de sentarse ante un televisor y
aguantar todos los informativos de los que él es el máximo responsable. A
saber, Buenos días, Canarias, conducido por Roberto González y Marta Modino;
Telenoticias 1, que presenta él mismo, el susodicho Daswani (me tiene
enganchado ese travelling, o algo
parecido, que me corrija Iturrate, del principio) y Pilar Rumeu; Telenoticias
2, bajo la batuta de Francisco Luis Quintana (Paco Luis, para los amigos) y
Yara de León y Tn 7 Islas, de Malole Aguilar. Luego, que haga una redacción,
estilo escuela tras la vuelta de vacaciones, en la que cuente lo que vio. Si le
añades lo de que no se repita (los chicos siempre empiezan cada frase con
‘Entonces’), lo mismo no pasa de diez líneas. Porque siempre dan lo mismo. Sin
ir más lejos, los bomberos de Las Palmas se han manifestado ante la alcaldía
unas trescientas veces. ¿No me crees, José Miguel? Pues siéntate con el
castigado, y tú, como consejero del ramo, le corriges la composición escrita.
Bueno, mañana
es día de la Constitución
y los políticos descansan. No, cuando no trabajan es el resto de los días.
¿Vendrá Mariano en este puente a Mogán?
Deja a los pobres chicos de la Atinómica.
ResponderEliminar