Dudé buen
rato en qué título poner al presente post. Porque lo de renovar, que también me
pasó por la mente, me parece que ya fue utilizado en anterior ocasión. Claro, presumo de tantos
artículos de opinión que lo mismo me contratan como sesudo columnista en vete a
saber tú qué periódico de empaque y fama universal. Tengo unos nervios. Lo malo
es que no me promociono. Tendré que buscar unos asesores para tales menesteres.
Oh, pasaron los tres candidatos a la secretaría general del PSOE y no me saqué
una mísera foto con ellos. Así me va, triste y abandonado.
Ños, bien les
gusta a algunos un retrato. Y como va esto del necesario remozamiento que urge
en la política de todos los niveles, el consabido consejo a la juventud: la
implicación supone algo más. Aprovecho para recordar que en el último Informe
Pisa se indica que uno de cada seis alumnos españoles no sabe interpretar una
factura. Pues yo no atisbo mayor inconveniente. Por dos razones fundamentales:
Primera: Si
no tenemos dinero para pagarlas, ¿para qué tanta disquisición? Si yo no tengo
móvil (a ver quién puede presumir de lo mismo), ¿qué necesidad la de aprenderme
el funcionamiento de tantas y tantas aplicaciones que traen semejantes
artilugios en la actualidad? Además, como hemos creado la Agencia Tributaria
Canaria y aprobado una Ley de Educación, canaria también, ya disponemos de los
recursos que implementen (vaya con el verbo, lo usamos hasta para hacer una
ensalada) tales labores. Los sistemas educativos ahora son así. No hay que suministrar
conocimientos sino indicar lugares donde hallar la información. Entonces, ¿cuál
es el problema? Que el gandulismo se ha adueñado de los espíritus flojos que
adornan bellos cuerpos (gimnasios incluidos). Y cerebro desengrasado, individuo
apocado.
Vamos al
meollo que casi me pierdo. Desde hace algunas décadas vengo escuchando el
argumento político de querer continuar –si el partido me propone– para concluir
o culminar los proyectos iniciados. Hecho que posibilita la perpetuidad por
razones más que obvias. Te pongo dos ejemplos:
En Icod, como
en otros tantos lugares incluyendo mi pueblo, CC está con la proa para el
marisco. O para San Marcos. Y una tal Coromoto Yanes se ha postulado para la
candidatura a la alcaldía de la
Ciudad del Drago. Y nos la presentan por su lozanía o
frescura (nacida en el 78) como el espíritu que necesita aquella población.
Impulso reconstituyente, transformador. Este arrebato habrá descolado a
Linares, quien hace poco ya había anunciado otro aspirante al sillón que ahora
ocupa el socialista Cheo. Pero lo que a mí me causa hilaridad es que esta
joven, que ya fue concejala en aquel consistorio, amén de ocupar cargos
orgánicos, lleva dos mandatos (desde 2007) como consejera del Cabildo. Es decir
que a sus 36 años ya llevará un mínimo de 16 cuando mayo de 2015 toque en
nuestras puertas. Eso, estimado amigos, no es innovación. En todo caso será más
de lo mismo: apoltronamiento. Aunque si se lo refutas, lo mismo te espetan que
ellos, como mi alcalde Manolo, que va por idéntico camino, abogan por dos mandatos, pero en el mismo
cargo. Son más listos que bonitos. Lo que significa que sin incumplir tal
intención, pueden ir dando saltos hasta que tengan ochenta o noventa años.

Todo este
tinglado se adereza un fisco y ya tenemos –hasta Rajoy lo sostiene– un proceso
ejemplar en marcha. Y no es nadie el actual presidente (dos legislaturas, y va a
por la tercera, uno de Tenerife) para estirar el cogote. Como gallo de pelea,
tú. Vino Susana Díaz a devolverle la visita –espero que en Lanzarote no se
aloje en un hotel ilegal– y me sigue haciendo mucha gracia el cómo se coloca
nuestro hombre para darle el beso de cortesía, sobre todo si la invitada es
algo mayor que él. Nada improbable, de otra parte.
En fin, mis
incondicionales, toca transformación. Que consiste en cambiar de lugar para
seguir aupado. Qué triste es la soledad del soldado raso. Me maravillo cada vez
que me miro al espejo y me digo cómo demonios he podido subsistir desde 1987.
Con el sueldo de maestro de escuela. El mismo al que renunció Paulino un par de
meses después de haber sacado las oposiciones. ¿O no fue así?
Renovémonos
para que todo siga igual. ¿Ya salió Lorenzo? Vaya guineo en Facebook. Yo me
entiendo. Y más de un lector, también. Raya la obsesión. O el prejuicio. Aunque
hay más por este Norte. No se turren que la piel es delicada. Y tiene memoria.
No es como los políticos. Que se olvidan de todo, en especial de sus promesas.
Feliz fin de
semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario