Los propios
partidos que critican hasta la saciedad los recortes habidos en estos últimos
años, aquellos que han cuantificado las disminuciones en aspectos tan básicos
como la sanidad y educación, han considerado conveniente solicitar que el
Parlamento de Canarias aumente el número de diputados. De los 60 actuales a 68.
Parece que se incrementaría en cuatro los correspondientes a Tenerife y Gran
Canaria. No he tenido acceso a las operaciones matemáticas para llegar a tales
conclusiones, pero si ellos estiman que con esta medida se resuelven los graves
problemas que existen en estas islas, soy capaz de erigirme en portavoz de
numerosos votantes para espetarle en sus narices que un churro, dicho (escrito)
con todos los respetos. Mientras no se recatan en poner en solfa el elevado
número de ‘enchufados’ en las instituciones (piénsese que suelen tener escasa
representación), no dudan en lanzar propuestas como la descrita. Les hago una
contraoferta: Dado que ese minúsculo aumento solo supondría ubicar ocho nuevas sillas,
ya que estamos, y dado que la crisis es un hecho del pasado, tiremos la casa
por la ventana y fijemos un número más redondo, por ejemplo, 120. Habría más
debate, más contrastes, más riqueza y variedad, en suma, más repartos. Y menos
paro, claro.
Vamos a ver,
señores aspirantes. Si ustedes lanzan desaforadas campañas contra los
establecidos porque no distribuyen bien los escasos recursos públicos, si creen
tener la varita mágica para acabar con el desempleo, la deuda y poner a España
a la misma altura que cualquier país desarrollado (por tú el nombre que te
apetezca), cómo se les ocurre tamaña barbaridad que va en contra de los
principios que sostienen y de toda lógica. ¿No se dan cuenta de que caerían en
los errores que critican? Y que podemos pensar con toda la naturalidad del
mundo que, al fin y al cabo, lo único que quieren es darse asimismo una montadita.
Chacho, lo voy a escribir: Al final viene a resultar que son más casta que yo.
Léanse los más de 1500 artículos de este blog, mi ideario, y comprobarán que mi
progresismo los adelanta (por la izquierda, como dictan las normas) a una
velocidad de crucero. ¿No serían mucho más creíbles formulando una reducción de
al menos el 50%. Sí, con treinta va que chuta. Y lo mismo me excedí.
Debo aprovechar
la coyuntura favorable de que el PP se halla en periodo de reflexión y
autocrítica con su particular “a relaxing cup of café con leche” (Botella),
aderezado con unos chuches sin IVA (Rajoy), para dar mi parecer del sugerente
tema de las prospecciones. Asunto en el que la implicación del ministro Soria,
alegando interés nacional, es directamente proporcional al empecinamiento del
presidente Rivero. Los 140.000 barriles diarios durante 20 años se han quedado
en un frasco de cualquier bebida gaseosa. Por el camino, manifestaciones,
declaraciones, adhesiones, confusiones, confrontaciones y acciones a montones.
Años estuvimos entretenidos. Y nos convertimos –los políticos los más– en
acérrimos defensores del medio ambiente. Se buscaron alternativas al crudo y
potenciamos las energías alternativas. Fuimos la avanzadilla mundial en
respirar aire puro y modelo a imitar con nuestra campaña de contaminación cero.
Hicimos, carajo, el ridículo más espantoso.
¿Nos toman el
pelo? Sin duda. Los unos y los otros. À
gauche et à droite. Y para que veas que todo se queda en la pantomima de
turno, si CC logra que Clavijo sea su abanderado en el próximo mes de mayo, te
apuesto los 50 céntimos estipulados que puede ser el mismísimo Rivero el que se
encargue de firmar la paz con don José Manuel. Y se les importará tres
pimientos lo dicho, escrito o plasmado meses atrás, porque el interés general
estará por arriba del bien y del mal. Casi cuatro años de pacto con los
socialistas (largo periodo inédito por estos lares) ya pesan demasiado. Tanto
como el mamotreto de Las Teresitas. Al que ya Bermúdez le busca encaje legal
para no derribarlo. Sabe que Cristina, por aquello de la posible debacle
nacional, no las tiene todas consigo y a ver si entre los dos, pelillos a la
mar. Coalición siempre se ha acomodado a cualquier brazo. Y nada te cuento si
los consejeros palmeros son reintegrados al seno del Partido Socialista. Castro
y Antona no desentonan. Y la señora Taño ya le tiene prometidas unas flores a la Patrona.
Como el
panorama tras las inminentes elecciones será de un disperso elevado al cubo,
siempre, siempre y siempre en cualquier río revuelto ganarán los trafulleros
mayores. La única posibilidad de que así no suceda es que desde dentro de la
propia (des)organización, alguien (el de El Sauzal, verbigracia) dinamite
alguna de las columnas que sostienen el edificio. Pero ni siquiera así, porque
Román, el recogedor, se halla a la expectativa. La única diferencia es que se
turnaría la capitalidad de las influencias. ¿Tú has visto si cualquiera de
ellos ha sido capaz de pedir perdón por lo que declaró unos meses antes y ahora
las hemerotecas se lo restriegan por los bezos? Nada, ni se ponen colorados. Se
adaptan al entorno, como los camaleones.
Y termino con
este acróstico para hacer honor al titular:
Se acaban las prospecciones
En nuestras aguas cercanas,
Van a tierras más lejanas
A buscar nuevos galones.
Reiteran declaraciones
En medios audiovisuales:
Paulino le echa timbales,
Soria solloza la ausencia;
Odio tanta malquerencia,
Listado
de carcamales.
¿La foto?
Interprétala como quieras. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario