Antonio Cantó
García del Moral (Toni, para los amigos) es ante todo un actor. Y como tal
actúa en su vida política. A sus 50 años, y ya no es un crío, parece no haber
sentado las neuronas en los resquicios cerebrales y anda el hombre un tanto
disperso. Vamos, dando el cante a cada vuelta de la esquina.
Sus inicios
vinieron de la mano de Vecinos por Torrelodones. Luego estuvo próximo a los
postulados de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía. Más
tarde no tuvo recato en apoyar decididamente la unificación de los comunistas
españoles (ignoro buscando qué). Acaba por integrarse en la UPyD de la señora Díez, con
la que termina como todos ya conocemos: a la greña. Son apoteósicas sus
cantadas en Twitter, red social en la que ha volcado pareceres de los que dan
mucho que hablar.
En la pasada
‘refundación’ de Unión, Progreso y Democracia no quiso ser cabeza de nada (intuyo
que se temía lo peor) y apoyó a Irene Lozano (vamos, iba detrás empujando). Y
como fueron derrotados, Toni ha encontrado nuevo acomodo en un sillón que le
sobraba al catalán Albert (ahora mucho más castellanizado) Rivera y se
presentará como número 2 por Valencia en las primarias de Ciudadanos. En
principio, y a la espera de lo que decida Irene (también abandonará los restos
que dejó Rosa), como independiente. Pero todo se andará.
Podemos (plasmado
sin mala uva) resumir que en terrenos peninsulares ocurre lo que aquí con Nueva
Canarias. Y el diccionario, sabio como el que más, nos señala que acomodo
significa colocación, ocupación o conveniencia. Dicho y escrito queda.
Los equipos
de gobierno en los ayuntamientos de Madrid y Barcelona buscan, asimismo,
acomodo. Pusieron tan altos los listones durante la campaña electoral que ahora
se están encontrando demasiadas dificultades. Y en el de la capital son notorias
las discrepancias.
Doña Manuela
y su equipo han recurrido a la creación de una web (Versión Original) con la
que pretenden hacer frente, eso alegan, a las informaciones inexactas. Es el
sitio oficial de los desmentidos. Tachan a determinados medios de comunicación
de tergiversadores y, por ende, a muchos periodistas de sesgados. Nada nuevo en
un país en el que la información está sujeta a continuos vaivenes. Entre ellos,
los económicos, los de la subsistencia, los del agradecimiento, los del pesebre.
Sin olvidarnos de que en el campo de la opinión, cada cual hace de su capa un
sayo. No seré yo, ni debe serlo el ayuntamiento capitalino, el que ponga en
cuestión la libertad a la hora de emitir juicios de valor.
Lo que ya no
entiendo muy bien es la travesía en la que se ha embarcado Ahora Madrid. Porque
el consistorio tendrá, y bien surtido, un gabinete de prensa. Encargado de dar
a conocer los aspectos reseñables de la gestión municipal. Y ya se sabe que se
comunicará lo que interese. Aquí y en cualquier otro lugar. Para eso están los
que han sido elegidos a dedo y ubicados en la dependencia oportuna para tan
noble menester.
Para el
mantenimiento de esta nueva herramienta informática, sostenida con fondos
públicos, se requiere mucho personal nuevo. Porque echar una visual a todo lo
que se publica no es moco de pavo. Y discriminar lo que nos conviene de lo que
no, supone una ardua tarea. Y me temo que mucha paja deberán separar del grano.
Máxime si se pretende, como parece ser, que todo vaya sobre ruedas. Porque no
me gustaría pensar que se estuviera poniendo cortapisas a derechos
constitucionales. Ni coartando libertades. No lo concibo, pues a la regidora la
considero lo suficientemente bregada en impartir justicia.
Tengo la
impresión de que la teoría está muy bien, pero el llevarla a la práctica está
tropezando con excesivos inconvenientes. Tampoco se me pasa por la cabeza que
ya se estuvieran asimilando defectos de la casta. Con lo que ni tan buenos los
unos ni tan malos los otros.
Entiendo que
todo se reduce a problemas de acomodo. Y las formaciones que se han venido a
denominar emergentes nos pintaron una sociedad tan idílica y un servicio tan
cristalino que no hemos esperado los cien días de gracia. Sus miradas
escrupulosas y sus visiones catastrofistas de lo que había nos han dotado de
lupas que escrutan sus andares. Y practicamos sus propuestas a rajatabla.
Fomentaron nuestro activismo hasta el punto álgido de la crítica, del espejo,
del modelo. Ándense, pues, con ojo.
Medio mes de
julio ha quedado atrás. Se acaban las fiestas del Puerto y ya tropezamos con la
del Realejo. Qué rápido vamos. Ya se puede comprar lotería de Navidad. El
turrón se está envasando. No vislumbro grandes cambios.
Hasta la
próxima.
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