Días pasados
tuvo lugar en el Centro de Rehabilitación y Estimulación del Valle de La Orotava (Crevo), fundado
en 1990 con carácter comarcal para atender a niños con discapacidad múltiple y
gran dependencia, el acto de presentación de la nueva grúa de techo que se ha
instalado en la pequeña piscina terapéutica del centro, financiada íntegramente
por la Obra Social
La Caixa. El
nuevo equipamiento, que ha requerido una inversión de casi 9.000 euros, mejora
la comodidad y seguridad de los usuarios en las sesiones diarias de
hidroterapia, y facilita el trabajo del equipo de terapeutas que atiende a
estos niños dependientes para todas las actividades de la vida diaria.
El
representante de La Caixa,
Francisco Santana destacó la colaboración que la
Obra Social de la entidad viene prestando a
diferentes proyectos sociales en toda Canarias, haciendo hincapié en la
atención a personas en riesgo de exclusión y en la financiación de los
denominados desayunos escolares.
La directora
del centro, Asunción Atienza, y el presidente de Crevo, Felipe Guardia,
agradecieron el apoyo de La
Caixa y del ayuntamiento villero, el único consistorio que
colabora con la entidad, pese a que tienen usuarios de numerosos municipios de la Isla, desde Güímar hasta El
Tanque.
En su
alocución, el alcalde de La
Orotava, Francisco Linares, solicitó a los ayuntamientos de
Puerto de la Cruz y Los Realejos que volvieran a participar en el mantenimiento
del centro. Ello me hace pensar que en algún ejercicio económico del pasado
inmediato hubo entendimiento entre los tres consistorios para compartir los
gastos. Lo que me conduce, de manera inmediata, a retomar una vieja aspiración
que ya he dejado mencionada en este mismo blog en pretéritas ocasiones. Y si me
remonto a épocas más lejanas, también en la prensa tinerfeña en diferentes
artículos de opinión.
Soy de los
que no veo descabellada la idea de un solo municipio en esta depresión que
conforma una unidad geológica, paisajística y agrícola. Añade tú, si prefieres,
otros conceptos como turística, monumental, histórica… Y coincido con el amigo
Evaristo en la denominación: Valle de Taoro.
Pero los
avatares políticos, dentro de los que el ombliguismo (palabra que deberá
admitir la RAE
más pronto que tarde con definición: mirarse el ombligo) ocupa lugar
prominente, no solo no han hecho posible este sueño iluso de algunos sino que
ni siquiera ha posibilitado el que fructifique una Mancomunidad que aglutine lo
que la propia naturaleza ya deja bien definido. La que recibiera el nombre del
Valle dio tantos pasos adelante y atrás que más que un entente supuso un vía
crucis tan plagado de zarzas que acabaron, amén de rasguñados, como el rosario
de la aurora.
Cuando
vocablos como cesión, desprendimiento, generosidad no entran en el cálculo de
los cargos públicos, muy complicado se hace abaratar costes. Porque, en
resumen, de eso se trata. Mas todos se creen autosuficientes y cada cual arrima
el ascua a su sardina, o la brasa a los tollos. ¿Por qué es tan difícil que un
mismo camión recoja la basura en La
Perdoma y La
Cruz Santa? No, es mejor, y más productivo, el que cada
municipio realice su plan de emergencias (aunque acaben copiándose como
vulgares malos estudiantes; si sabrá Marrón de eso), como si la lava de una
posible erupción supiera de linderos y de colores políticos. O como si el mar
en los aledaños del Hotel Maritim conociera que El Burgado (zona alta) se mentó
años ha como La Frontera.
Los problemas
que parece tener el centro aludido ya los tuvo, y los tiene, el Hogar Santa
Rita. Y aunque son muchos ayuntamientos los que asignan partidas
presupuestarias para su actividad, no siempre se producen los cobros de manera
regular. Lo que provoca enormes quebraderos de cabeza a los que rigen sus
destinos. Acabará siendo asumido por alguna institución (pública) de carácter
insular, como mínimo. Porque las buenas voluntades no son suficientes. Y cuando
estas dependen de ayudas sujetas a los caprichos de equipos de gobierno que
deben renovarse cada cuatro años, los vaivenes son permanentes.
Puede que
hubiese sido más efectivo el que Linares se reuniera con Manolo y Lope, en
lugar de lanzar la perorata en el acto reseñado. Aunque con los precedentes
‘mancomunados’, me temo el resultado. Mucha mano tendida es menester. Y no
intuyo que estén por la labor. Es una pena, porque el campo abonado está ahí. Hace
falta cultivarlo con esmero y amplias dosis de largueza. Todo lo contrario de
las visiones estrechas actuales. Sin aspavientos ni pretensiones desorbitadas.
Como las habidas en aquella Mancomunidad del Norte que murió ahogada en sus
propias contradicciones y en un estado lamentable de penuria.
Como estamos
en pleno verano, vislumbro un oscuro porvenir. No tanto porque la idea sea
mala, sino que no me van a leer. Por mí que no quede por si debo retomar el
asunto en otro momento.
Hasta mañana.
¿Fueron al embarque? ¿Habrán visto la cueva de la Calle Tegueste?
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