Duró el
alisio un suspiro, porque el siroco está de vuelta. Aunque dicen los entendidos
que este fin de semana, noviembre empezará a parecerse a lo que debe ser:
otoño.
Como los
miércoles hijos y nietos se dan cita en casa, ayer, una vez renacida la tranquilidad
en un hogar, bastante grande, y con solo dos personas para uso y disfrute de
sus instalaciones, es decir, cuando era de noche cerrada, me puse a mirar una
carpeta que se guarda en el ordenador bajo el nombre de Coplas. Dentro de ella,
otra titulada Décimas. Y más en el interior –ni pocas gavetas tiene el armario
informático–, una nueva que se denomina Pendientes de publicar. Ya pueden
imaginar por qué. En la que, aparte de las de 2015 (una diaria, según he dado a
conocer reiteradamente; puede que Facebook haya podido chivar alguna), se encuentran
más de un centenar, de las que me apetece rescatar estas:
Décimas periodísticas
Ya llamamos
periodista
a cualquier alegador,
que de ser provocador
sube puestos en la
lista.
Este es mi punto de
vista
de tan noble
profesión,
donde al trepar un
montón,
sin arte ni
beneficio,
causan muy fuerte
estropicio
por mendaz
intromisión.
Ya puede cualquier
tolete
agarrar una
alcachofa,
con la que el grado
de mofa
pone al gremio en
fuerte brete.
Mucha gente aquí se
mete
sin que nadie ponga
freno,
esto no ocurre en el
seno
de otros ilustres
quehaceres,
pues hacen bien sus
deberes
cerrando el paso al
ajeno.
Proliferan tantos
medios,
y el trabajo es tan
precario,
que ya cobrar un
salario:
difícil en estos
predios.
Si no se encuentran
remedios
seguirá el
entremetido
vociferando en
graznido,
como si el vituperar
fuera la meta a
alcanzar
a voz en grito, al
chillido.
Y observo con gran
sorpresa
que se calca el
proceder
en lo público al
meter
livianos con
ligereza.
Al político interesa
dejar pasar la
avalancha
y por ello les da
cancha;
como el dinero no es
mío
de los desmanes me
río,
mientras tanto: manga
ancha.
Décimas al fútbol actual
El fútbol ya no me
gusta
pues creo que no es
deporte,
hace tiempo perdió el
norte
y este negocio me
asusta.
Es tanto lo que se
incrusta
en medio de tal
tinglado,
que uno se queda
asustado
cuando escucha los
millones
que disuelve por
montones
como el que chupa un
helado.
Desorbitados fichajes
retratan el panorama,
pa´todos existe cama
en difíciles encajes.
Más que sopas son
potajes
estos oscuros apaños
que causan tremendos
daños
a unos muy nobles
valores,
que debieran ser
actores
como fueron hace
años.
Aunque de todos
sabido
que en torno a él hay
movida,
nadie juega la
partida
de acabar con este ‘ruido’.
Se debe pegar envido,
tras librarnos de las
vendas,
volver a tomar las
riendas
para que prime
hidalguía,
en vez de la felonía
y variadas
componendas.
Años ha cuando jugaba
en noble lid
competimos,
pero siempre
compartimos
la ilusión que nos
guiaba.
Si el árbitro te
expulsaba,
una ducha de agua
fría
te cortaba la manía
de que alguna
calentura,
por cualquier entrada
dura,
en el magín te
escocía.
Los jugadores de
antaño,
en precarias
condiciones,
le echaron siempre c…
ones
sin recurrir al
apaño.
Ahora te causa daño
un soplo del
contrincante
y en el césped das el
cante
fingiendo inmenso
dolor,
y es tan grave tu
sopor
que admiro tu gran
aguante.
Mas debo reconocer
que la ‘droga’ está
latente,
pues moviliza a la
gente,
y en la tele puedes
ver,
incluso reconocer,
a miles de
borreguitos
que vociferan a
gritos,
dando el cante sin
rubor,
queriendo expresar su
amor
haciendo sonar sus
pitos.
Visita tijarafera
Esperando no ser gafe
me atrevo con la
espinela:
Viento en popa a toda
vela
me vine hasta
Tijarafe,
y ojalá no se me
chafe
esta vena literaria,
que en nuestra tierra
canaria,
y más aún en La Palma,
el verso sale del
alma
en costumbre
centenaria.
Improvisa el
repentista
con su verbo
distendido,
pero tiene el
entendido
do recrearse la
vista.
Tiempo ha te di una
pista
que hallarás en las
paradas,
allí se encuentran
signadas
composiciones modelo,
las que cantaba el
abuelo
en noches de
serenadas.
Es Tijarafe la cuna
del encuentro
decimista,
donde se luce el
artista
con una rima
oportuna.
Goza el punto la fortuna
de tener buena salud,
pues es grande la
inquietud
de los que el verso
cultivan,
más ahora que se
archivan
con singular
prontitud.
Antes era diferente,
pues el leer y
escribir
lo podía conseguir
solo el llamado
pudiente;
la mayoría de gente,
desde niño a
trabajar,
y aunque no pudo
estudiar,
pegar palabras sí
supo
y en su memoria bien
cupo
lo que se quiso
guardar.
La marquesina palmera
rebosa de realismo
y adquiere
protagonismo
en tierra tijarafera.
Es esta buena manera
de practicar cortesía
y demostrar la valía
del respeto a nuestro
entorno,
pues es más que mero
adorno:
es orgullo e
hidalguía.
Paradigma, arquetipo,
da gusto esperar la
guagua:
protección de viento
y agua
y de cultura
anticipo.
En el blog te
participo
con varias
ilustraciones
que a modo de
borbotones
nos señalan oportunas
que las rimas son
fortunas
forjadas con
ilusiones.
Seguro que me
sabrás perdonar la extensión. La foto, que ya habrás identificado, de la bella
localidad palmera, cuna de espinelas y repentistas: Tijarafe.
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