Ni por asomo. Puede que los tiempos estén cambiando. O
nosotros. Pero, como decimos los mayores, esto ya no es lo que era. El fin del
mundo está cerca. Las plagas bíblicas caerán sobre nuestras cabezas. Hincaremos
las rodillas ante el avance incontenible del despropósito. Hasta las leonas de
Botswana han cambiado sus comportamientos y actúan contra natura bajo la mirada
atónita de los machos que no dan crédito a cómo osan inmiscuirse en terrenos
resbaladizos: http://www.elmundo.es/ciencia/2016/09/26/57e8d379e5fdea60298b4653.html.
Habrase visto tamaña barbarie en el ámbito animal. Leonas ‘transexuales’ que
rugen, marcan territorio y hacen cosas feas. A dónde vamos a parar.
Fue ayer lunes día de resaca. Para Pedro Sánchez, sobre
todo. Y no tanto por el pobre –penita me da ya– cuanto por la manada de lobos
que aúlla en su derredor. “Qué más tiene que pasar para que el PSOE reflexione”,
lanzó en tuit desesperado el otrora segundo de a bordo, el gallego Pepe Blanco.
Que conste que no fue jamás santo de mi devoción, pero cuánta razón le asiste.
Lo malo es que lo mantiene desde su cómodo escaño europeo, mientras en los
pueblos la militancia está hasta los mismísimos.
Todos culpan al secretario general. Dardos desde los medios
de comunicación y flechas envenenadas de su entorno más inmediato. Ha alcanzado
más tortas que las prodigadas por Bud Spencer en cualquiera de los spaghetti western que rodó con Terence
Hill. Y pocos son los que apelan a barrer la casa. Porque en la situación que
se halla la formación política (y Canarias puede ser un perfecto ejemplo),
menudo calvario les espera. Si es que lo que les resta de electorado no acaba
por cansarse definitivamente y mandarse a mudar. ¿Cómo? ¿De la fiesta en
Granadilla? Chiquita Cruz de Tea. Y en
un ratito volverá Cospedal a Castilla-La Mancha. Ay, quijotes.
No, este partido socialista no es lo que era. Ni mucho
menos. Es el camarote de los hermanos Marx, de Una noche en la ópera. Yo admiro
profundamente la capacidad de aguante de Pedro. Aunque reconozco que en
cualquier otro país, y ante tanto revés electoral, cualquier líder ya hubiese
presentado su dimisión. Con lo que Rajoy se habría fumado un par de docenas de puros
a salud de los barones. Porque alguno piensa que aún estamos en el sistema de
turnos de la Restauración. Cuando Cánovas y Sagasta estiraron la pata hace unos
cuantos trienios.
Pero no quiero extenderme más. Porque como miembro activo de
esa formación que fui, siento lástima, cuando no dolor, al contemplar cómo se
fagocitan. Qué actitud más deleznable. Qué comportamientos más insolidarios.
Qué payasos más trágicos. Qué funámbulos sin cuerda (floja), que tensa, ya me
dirán. Qué retorno a los circos con fieras, cuando ya comenzaban a ser algo del
pasado.
Ayer estaba torcido y hoy ni siquiera estoy. Y mira que era
buena ocasión para meterme con Rato, Blesa y las tarjetas ‘black’. Porque ya
comenzó el juicio. Como si los millones despilfarrados fueran a compensar otras
tantas tropelías bancarias. ¿No viste a los pobres ahorradores por fuera de la
Audiencia lanzando al aire calificativos cariñosos? ¿Y a unos buitres,
disfrazados de abogados defensores, argumentando sandeces para que la causa se
declare nula? ¿A ti te extrañaría que se salieran con la suya? Al que suscribe,
no. Esto ya no es lo que era.
Como en este país interesa rescatar bancos antes que a
personas, aquellos (los bancos) fijarán el orden de preferencia y aunque sean
estas (las personas) quienes depositan sus escasos dineros (pero sabido es que
grano a grano se forma un montón), los directivos, consejos de administración y
resto de parafernalias varias dictarán las pertinentes instrucciones por las
que –se establece en sus primeros artículos– la cúpula quedará debidamente
remunerada con sueldos estratosféricos reconocidos, amén de otros emolumentos
de dudoso proceder (llámalo tarjeta o como te plazca) y (vaya párrafo más
largo) si sobra, como decía la conocida, ya se verá. Tanto que si no lo hubiese
leído en El Mundo Today, lo mismo me lo creo: Los bancos de semen piden un
rescate por falta de liquidez.
Esperé hasta última hora de la tarde para dar el carpetazo a
estas líneas por si me llegaba alguna información nueva desde Granadilla. Pero
como este PSOE ya no es el que era (dicen las malas lenguas que en Canarias
está sin cabeza y yo sostengo que no le queda sino un trocito de culo por donde
la sigue cagando) y está dispuesto por un plato de lentejas de seguir echando
al traste no ya la dignidad sino una historia plagada de etapas gloriosas, me
voy a ver un documental por si algún animal de los denominados salvajes me
instruye con sus normas de convivencia.
Mañana más. Y mil gracias, como siempre.
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