En los años 1919-1920, los periódicos comenzaban a mostrar su
preocupación por la importancia de la lectura. Francisco González Díaz se
preguntaba en El Norte de Tenerife[1]
quién fue Cervantes. Y se quejaba de la ignorancia del obrero canario que,
sujeto a la dominación caciquil, hubiese votado por él si se lo pusieran de
candidato en un proceso electoral.
Iniciada la década de los veinte, mediante Real Decreto del
ministerio de Instrucción pública, se declara obligatoria la lectura en las
escuelas nacionales de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, método
adecuado para encauzar las inteligencias
infantiles hacia el conocimiento ameno y sencillo de lo que ha de constituir el
nervio de la educación[2].
El institucionalizado “Día del Libro” se celebraba el 7 de
octubre, fecha que coincidía con la del nacimiento de Miguel de Cervantes. La Voz del Valle[3]
nos trae el anuncio del acto a celebrar en las Casas Consistoriales de Realejo
Alto, con el concurso de todas las escuelas nacionales de la jurisdicción y de valiosos elementos locales, quienes han
prometido disertar acerca de la importancia del Libro español, de los grandes
literatos nacionales, así como de otros asuntos de índole análoga.
Señala también la distribución de algunos libros adquiridos por el
ayuntamiento entre los niños concurrentes.
En el mismo periódico orotavense[4],
una detallada exposición editorial[5]
acerca de “El día del Libro”. Era la fecha, 7 de octubre, como ya se dejó
indicado, del nacimiento de aquel genio
que asentó con su “Don Quijote de la Mancha” el sillar más fuerte y robusto del
idioma castellano.
Tras breve inciso biográfico, señala la contraposición
idealidad-materialidad: Al mismo tiempo
que se mira al cielo, es preciso que se tenga en cuenta la tierra que se pisa,
no sea que nos sorprenda algún guijarro o algún molino de viento que con sus
enormes aspas derrumbe catastróficamente la armazón de nuestras ilusiones.
Felicitaciones al actual Gobierno por la iniciativa e
interpretación del espíritu que vive y se manifiesta en la conjunción de Don
Quijote y Sancho Panza, en la fusión de esas dos naturalezas dispares que mueve
la humanidad.
Ha
abierto una brecha espléndida en el recinto que guarda tantos defectos y
resabios, descubriendo el nuevo y amplio horizonte de la verdadera actividad,
de la actividad eficaz hacedera, ejecutoria y expansiva, no de esa otra
actividad imperceptible que, como las células que se mueven en todo cuerpo, se
constriñen a un círculo limitado, de privilegio, donde las ideas rebotan entre
determinadas, especiales y escogidas inteligencias. ¡Gloria a Cervantes!
¡Gloria al libro!
Asimismo, en esta primera página[6],
un suelto que informa de la celebración de “La Fiesta del Libro” en el
ayuntamiento de Realejo Bajo, entre las
11 y las 12 del día de hoy, en la que se repartirán libros a los niños de
las escuelas públicas y se explicará por las autoridades y maestros el motivo
de la efeméride.
Al día siguiente, amparado en el titular “La Fiesta del Libro en
el Valle”, vuelve a exaltar los valores de fiesta tan entrañable, prodigándose
en parabienes a las autoridades por el celo demostrado. He aquí su contenido:
Nuestras escuelas, constantes en su labor civilizadora, han
contribuido a solemnizar con ayuda de las autoridades locales, esta nobilísima
fiesta, celebrando actos y festivales culturales e infundiendo y despertando
entre los niños el amor al libro. Las noticias que de los diferentes pueblos
del Valle hemos recibido, nos dan cuenta de los innumerables espectáculos
verificados para honrar el memorable cumpleaños del glorioso e insigne escritor
D. Miguel de Cervantes y Saavedra.
Las autoridades del Puerto de la Cruz, Realejo-bajo, Realejo-alto
y esta Villa, cumpliendo las acertadas disposiciones de nuestro Gobierno, han
repartido gran número de libros entre los alumnos matriculados en las escuelas
nacionales; los centros docentes particulares han celebrado veladas
enalteciendo nuestras glorias nacionales, todos en general han contribuido a
darle mayor realce y brillantez a este día tan señalado. Nos congratulamos de
la atención preferente y el apoyo prestado por las autoridades para la
celebración de estos cultos espectáculos que tanto dignifican a los pueblos[7].
(Continuará)
[1]
El Norte de Tenerife, La Orotava , 29-junio-1919,
año I, número 59, página 1.
[2]
El Norte de Tenerife, La Orotava , 24-marzo-1920,
época II, número 106, página 2.
[3]
La Voz del Valle, La Orotava , 2-octubre-1926,
año I, número 36, página 1.
[4]
La Voz del Valle, La Orotava , 7-octubre-1926,
año I, número 40, página 1.
[5] Se recoge por vez primera este término para
encabezar esta modalidad de opinión periodística.
[6]
La Voz del Valle, La Orotava , 7-octubre-1926,
año I, número 40, página 1.
[7]
La Voz del Valle, La Orotava , 8-octubre-1926,
año I, número 41, página 1.
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