Ayer
domingo me ocurrió lo que nunca. A la cuarta o quinta cabecera ojeada, dejé de leer
prensa (digital). Todos vendían lo mismo. Y volví a sumirme en profunda
tristeza. Entonces recordé que el 5 de abril de 2013 se había descubierto una placa
en la calle El Medio de Arriba, número 5, para recordar a un socialista de pro:
José Joaquín Galán Hernández. Y maestro-poeta. De los de calado. Aunque una
entrada en aquel entonces de este mismo blog dedicó unas líneas a destacar la
importante figura, me entretuve en buscar (ya se sabe que el que guarda…) unos
apuntes a vuelapluma…
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Nació
en 1893 en Tacoronte. Se casó en la Parroquia de Santiago Apóstol, de Realejo
Alto, el 12 de julio de 1923, con Remedios Pérez Hernández, y fijaron su
residencia en el domicilio ya indicado. Tuvieron siete hijos y Galán ejerció como
maestro en Buen Paso, Las Manchas, Icod (casco), Realejo Alto (casco), Realejo
Bajo (casco), Duggi, Graduada y Bufadero.
Era
uno de los veinte maestros dirigentes de FETE-UGT que fue suspendido de empleo
y sueldo y detenido el 18 de julio de 1936 en su domicilio santacrucero. Fue
separado definitivamente de la enseñanza, causando baja en el escalafón y
declarándose nulo su título profesional, que había obtenido tras la realización
de brillantes oposiciones. Fue sacado, junto a otros compañeros maestros, entre
los que se encontraba Alfredo Mederos Galán (quien ejerciera en La Longuera),
de la cárcel de Fyffes en uno de los tantos viajes sin retorno de aquella
nefasta guerra civil. Se cercenaba así unos años intensos del republicanismo
español.
La
obra de José Galán[1]
se condensa en el libro “Troqueles”, editado por la revista “Hespérides” en
1929. Los versos de Galán muestran su amor por la cultura, la docencia, la
igualdad, el antimilitarismo, el internacionalismo, la fraternidad, la
solidaridad y la libertad, lo que los maestros de la II República
enseñaban a sus alumnos.
Soneto
publicado en La Comarca[2],
titulado “Aguas dormidas”, y fechado en febrero de 1921:
Sin duda has
de tener tu larga historia,
anciano
estanque de agrietados muros...
¡Cuántos
hombres habrá que ya maduros
te tendrán un
lugar en su memoria!
Recordando de
tiempos juveniles
aventuras de
amor... ¡Que ya pasaron!
Cuantas de
ellas... ¡Quién sabe! presenciaron
tus górgolas
de estúpidos perfiles...
¡Oh el
misterio sagrado de las fuentes
con sus aguas
verdosas y durmientes
¡Tal vez a su
frescor, nuestras abuelas
leyeron con
deleite sus novelas
añorando el
amor de sus poetas...!
Nuevo
soneto, también publicado en La Comarca[3], y titulado “El caminante exótico”:
Apoyado en su
báculo, la mirada en el suelo,
camina
indiferente, con paso torpe, incierto...
y al ver su
lividez, creemos que es un muerto
errante en
este mundo, por castigo del Cielo...
Otras veces,
cansado de su errar inhumano,
busca asiento
en los bancos de un parque solitario...
y clava su
mirada, cual la de un visionario,
en un “algo”
invisible, que debe estar lejano...
Y es probable
que entonces, acuda a su memoria
el recuerdo
sombrío de una terrible historia...
¡Tal vez de
unos amores, deshechos aún en flor...
¿O acaso su
exotismo lo motiva un dolor
tan grande,
que en su alma abrió profunda herida
por la que se
escapa gota a gota la Vida ?
Cuento-novela,
título “Rebeldías”, que se inicia en este mismo número del semanario icodense.
Fue
nombrado maestro interino de Realejo alto en junio de 1922. En abril de 1923
publica en Voz del Magisterio Canario[4]
un artículo, ya comentado, Clarinazos, en el que hace un canto de alabanza a la
figura del maestro y realiza un repaso a la problemática educativa de aquel
entonces.
Nuevo
poema, “Cuento romántico”, que, asimismo, se publicó en La Comarca[5].
Princesa...
¿Queréis que
os diga un cuento,
de esos
cuentos bonitos que yo invento?
¿Ah, sí?
¿Queréis Princesa?
Pues poned
atención; mi cuento empieza...
Érase una
doncella de esos cuentos de hadas
que describe
Goethe en sus tiernas baladas...
Era una
soñadora... Era una
chiquilla
enamorada del mar y de la
Luna.. .
Un día un
caballero
de espada en
el costado y airón en el sombrero
se encontró a
Blanca Pura,
que este
nombre tenía la bella criatura...
Y al verla
tan hermosa,
honesta y
ruborosa,
la dijo
entusiasmado:
Monina, de
tus ojos estoy enamorado...
¿Quieres
darme tu amor
o prefieres
que me muera de dolor?
Y después se
adoraron...
Y una tarde
de Mayo se casaron...
No me acuerdo
de más, que mi memoria
no se presta
a contar muy larga historia...
Por eso no me
causa maravilla
que os la
haya narrado tan sencilla...
¿Y no sabéis,
Princesa de mi cuento,
quiénes son
las personas que yo invento?
Perdonad que
me atreva... Pues... Los dos...
Yo soy el
caballero... Y ella... Vos.
Figuró
como orador en la fiesta artística celebrada en Realejo bajo, con motivo de la
festividad de la Virgen
del Rosario, junto a otros cultos maestros[6]
y redactores periodísticos[7],
según publicó La Comarca[8]
en “Una fiesta original”.
Mi canción marina
No ha tenido
mi barca, de calma ni un momento;
siempre,
siempre en constante, penoso batallar...
¡parece
condenada a bogar proa al viento,
capear la
tormenta y luchar con el mar!
Como un
viajero triste, sin rumbo, sin aliento,
que en pos de
un imposible se empeña en caminar,
recorre mi
navío el líquido elemento
sin
vislumbrar la costa a donde ha de arribar
Ovación
íntima
No espero que
mis versos
despierten
interés, causen sensación.
Para saber si
valen o no valen
le consulto a
un amigo: al corazón.
No mendigo un
aplauso,
el poeta ha
de ser como soy yo,
orgulloso y
amante de sus versos,
a los demás,
que gusten o no.
Dedicatoria
A todos los
poetas:
a todos los
hermanos
que sueñan
con un mundo
de Amor y
Belleza...
Y a los demás
que no siendo
poetas
saben que sin
Poesía
¡sería
horrible la Tierra !...
Galán
no fue solo un maestro, sin más, sino un ser comprometido con la mayoría de la
población y con sus alumnos en particular, por mejorar los altos índices de
analfabetismo existentes en Canarias, especialmente en Tenerife. Uno de los
principales abanderados de los cambios de la II República.
Provisto con el carnet número 15 de FETE, fue, junto a Antonio Robustiano
Toledo Torres y Francisco Delgado Herrera, fundador de “Obreros de la Cultura ”, periódico
quincenal, de existencia efímera[9].
En su declaración de principios se manifestaba: Fue norma inherente a
nuestra ideología sindical, como principio básico de ética profesional y decoro
colectivo, no contender con ningún periódico sino en el terreno puramente
pedagógico. No polemizaremos sobre futilezas que no encuadren en nuestros
postulados.
Galán
escribía en 1934:
Primero
de octubre. Fiesta del maestro; es hoy un día muy nuestro, al parecer. Digo
“muy nuestro” porque creo que en este sentido se le ha dado tal denominación, y
“al parecer” porque en realidad no se le ha concedido la importancia que su
significado encierra. ¡Día del Maestro! Frase sencilla que contiene un fondo
profundo, trascendental, pero que aún no se ha interpretado debidamente. Parece
como si se hubiese quedado en suspenso la buena intención del legislador, cuya
continuación esperamos que se manifieste para hacer de este otoñal día el uso
adecuado “a nuestros deseos”. Y por ello esperamos, esperamos...
Y
el 1º de mayo de 1936, en la revista “Trabajadores de la Enseñanza ”:
Camarada
Maestro, salud... En este día,
que une a
todos los hombres de origen proletario,
pongamos
nuestro anhelo, nuestra fe y energía
junto al
sentir del pueblo, que es revolucionario...
Mira que ya
se inician las gloriosas jornadas
que han de
cambiar la faz caduca de la
Tierra.. .
Que se acerca
la hora de romper las espadas,
de fundir los
cañones, de acabar con la guerra...
Coadyuva en
tu esfuerzo en hundir a los tiranos,
aconseja a
los hombres que deben ser hermanos
y expulsar en
tu enseñanza al odio, a la avaricia.
Y verás con
orgullo en no lejana fecha
que tú
siempre produces la más bella cosecha,
de amor entre
los hombres, de paz y de justicia.
Galán,
junto al resto de maestros republicanos, fue peligroso por su labor social,
porque contribuyó a que descendiera el índice de analfabetismo, porque se
triplicó el número de escuelas, porque, además de enseñantes, eran trabajadores
sociales, monitores culturales, difusores de valores de humanismo y
solidaridad. Este luchador por una sociedad más justa, para que tomara
conciencia de que la educación hace libres a los pueblos, fue culpado por
inocular el virus del marxismo en la mente de sus educandos. Pero ese es otro
capítulo, más negro si cabe, de nuestra historia.
[2]
La Comarca , Icod de los
Vinos, 20-marzo-1921, año II, número 102, página 1.
[3]
La Comarca , Icod de los
Vinos, 21-mayo-1922, año IV, número 163, página 1.
[4]
Voz del Magisterio Canario, La Orotava , 1-abril-1923, año
I, número 24, páginas 4 a
6.
[5]
La Comarca , Icod de los
Vinos, 17-junio-1923, año V, número 219, página 1.
[6] Pedro Albelo y José Delgado Marrero.
[7] Emeterio Gutiérrez Albelo (La
Comarca ) e Ildefonso Maffiotte (La
Prensa ).
[8]
La Comarca , Icod de los
Vinos, 14-octubre-1923, año V, número 235, página 2.
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