Parece que van surgiendo explicaciones acerca de las
tardanzas en ciertas obras de mejora en las infraestructuras municipales
realejeras. Y no me refiero a los hundimientos en la Avenida de Canarias. Para
lo que ya el ayuntamiento se ha puesto en contacto con la empresa japonesa que
arregló tremendo socavón en Fukuoka (más de 800 metros cuadrados) en 48 horas. País
al que viajarán Manolo y Domingo, amén del gerente de las empresas públicas, este
próximo 28 de diciembre con el fin de que el Día de Reyes puedan ser abiertos al
tráfico los cinco carriles ascendentes, según el anteproyecto que los nipones
remitieron al consistorio hace apenas unos días.
Saben que nuestro alcalde es un experto en echar balones
fuera (algo le queda de cuando jugaba en la Cruz Santa), en fabricar y vender a
buen precio castillos en el aire y en culpar de todos los males a otros
organismos. Todo ello aderezado con las fotos de rigor. Con y sin castañas. Con
y sin concejales.
De lo que conocemos como la bajada de El Castillo, entrada y
salida al populoso barrio de Toscal-Longuera, se ha hinchado de dar tortas al
Cabildo, aunque últimamente ha suavizado la situación no sea que Carlos Alonso
esté pensando cambiar de novia. Y una vicepresidencia siempre es plato
apetecible. Para él y para Adolfo. A este último de rebote, pero a nadie amarga
un dulce. Hasta Noelia verá, por fin, cumplidos sus sueños.
Todos los que utilizamos ese tramo sabemos de los saltitos
que da el coche hasta que tropiezas con la calle El Monturrio. Que ya nadie se
acuerda, por cierto, del porqué de esa denominación. Que se lo pregunten a
Diego. Y somos conscientes de que Domínguez nos ha trasladado en sus
fotogénicas comparecencias que el malvado ‘ayuntamiento insular’ nos margina
hasta extremos insospechados. Vamos, que nos agarró el cogote y hasta que no
espiremos por asfixia no nos va a soltar.
En tal creencia estábamos cuando Aurelio Abreu, consejero de
Cooperación Municipal del Cabildo de Tenerife, no solo rechaza de plano las
declaraciones del grupo de gobierno en el ayuntamiento de la Villa de Viera,
sino que achaca los retrasos a los cambios de criterios en la selección de las
obras a incluir. Si ustedes pinchan en el siguiente enlace, que nos remite al
periódico El Día (http://eldia.es/norte/2016-11-17/2-Aurelio-Abreu-vuelve-culpar-retraso-obras-Realejos.htm),
tendrán debida información de las declaraciones del actual vicepresidente. Y no
he atisbado en medio alguno que el denunciante (Manuel Domínguez) haya
desmentido tales afirmaciones. Es verdad que han podido coincidir con alguna de
las tantas ausencias del edil popular y, como los demás no se enteran y puede
que ni lean la prensa, no haya tenido tiempo material de dictar las órdenes oportunas
al gabinete de prensa.
Repavimentación y remodelación de la calle El Castillo
(568.684 euros), implantación de redes de saneamiento y pluviales en diversas
vías (847.131 euros) y repavimentación de varias vías municipales (208.997
euros). Me llama la atención esta última, pues por estos lares sabemos, así nos
dictan las instrucciones de la superioridad, que estos ‘empichados’ se deben,
única y exclusivamente, al cochinito de oro. Por ello me sorprende que Yeyo
añada que con fecha 1 de diciembre de 2015, el consejo de gobierno insular
adjudicó la gestión de la obra y transfirió 167.198 a las arcas municipales.
A finales de julio de este año se propone una modificación para
incluir la mejora proyectada para la Plaza Viera y Clavijo, lo que conlleva,
inexorablemente, la minoración presupuestaria de las ya previstas. Aparte de
que el Cabildo (a las manifestaciones de Abreu, aún no desmentidas, me remito)
sigue esperando el estudio hidrológico que analice la evacuación de las aguas
pluviales de la vía de El Castillo y de todas aquellas otras que en ella
confluyan.
Mientras los procederes desde el ayuntamiento consisten en la
inmediata convocatoria de ruedas de prensa (un micro y una foto para mi alcalde
son golosinas difícilmente rechazables), me congratula que desde la institución
insular se haga un llamamiento a la cordura mediante una reunión de trabajo con
el fin de clarificar los ámbitos de responsabilidad respectivos.
Debo reconocer, para concluir, que cabe la posibilidad de
que hayan podido haber declaraciones en la emisora municipal, en los apartados
que corresponden a los grupos políticos y al propio alcalde. Pero bien saben
mis estimados lectores que por motivos de salud me han quedado prohibidas
tajantemente ciertas escuchas. Que se hacen extensibles hasta la desembocadura
del Barranco de San Felipe. Y no me manden más recados para que vea La Sexta,
porque cuando me pongo “morrúo” (que dice una amiga canariona)…
Mañana y pasado, ya saben: Turismo y Folclore. Ya quedan
menos. ¡Ah!, 1982. Y 18.
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