Gran campaña de publicidad gratuita se está brindando en las
redes sociales a un cuarto de comunicación de este norte que no se destaca por
la defensa a ultranza de la gran riqueza léxica de nuestro idioma. Al reportaje
por el que la Sexta nos catapultó al estrado de los más recalcitrantes
insultadores, siguió una moción de Podemos en el Cabildo de Tenerife (aprobada,
creo, por unanimidad) por la que se condenaba de manera genérica a todo medio
que se prestara a componendas vejatorias y se particularizaba o concretaba el
repudio en cierto lugar infumable que apenas abarca unos pocos metros cuadrados
(de espacio), pero que propaga improperios cual metralleta al uso. Al más puro
género ramboniano. Vamos, que los
célebres tacos de Camilo José Cela son meras guindas de una tarta de ludibrios.
No sé si la avalancha feisbuciana
pretende despertar conciencias en quienes poseen poder decisorio –me quiero
imaginar que sí– o si estamos logrando el efecto contrario, es decir, conseguir
reforzar conductas delictivas. Yo apostaría por el vacío integral. Si la
propuesta aludida en el párrafo anterior da el resultado apetecido (cortar de
raíz la financiación institucional de todo tipo), no creo que cuatro empresas
constituyan suficiente aporte económico. Todo ello a expensas de que las
conclusiones de expedientes abiertos sean cumplidas a rajatabla. A la espera,
claro, de que caiga la venda de aquellos otros que disponen de elementos más
que suficientes para actuar pero que siguen jugando a la gallina ciega en
chiqueros y lodazales. ¿Shrek? Un alma en pena.
Alegar que el asunto no me preocupa porque mi vieja tele es
tanto o más inteligente que su propietario a la hora de sintonizar, no es
motivo de descargo. Pero lo que cada cual lleva a cabo en los ámbitos privados
estará sujeto a lo que las autoridades determinen. Sin embargo, no he
vislumbrado a nadie que se preocupe igualmente por la trastienda. Imaginemos
por un instante que el chiringuito se cierra. Queda la segunda opción. Y les
saldrá gratis. Emitiendo legalmente, con más cobertura y con los mismos
elementos (sujetos y sujetas) haciendo de las suyas. Dando y repartiendo. Con
la mano protectora de quien pudo haberse sentido ofendido, porque le cantaron
las cuarenta allende las fronteras municipales, mas hay pátina suficiente para
seguir en el fango. Muchísimas prácticas se han realizado ya con el método
alternativo sin que los que apoquinamos los euros, vía impuestos, exijamos
ecuanimidad (imparcialidad de juicio). Una extrapolación de manejos con
idénticos protagonistas.
Son actitudes que acaban en endiosamientos. Algunos en
Tenerife corren el peligro evidente de acabar como uno en La Gomera que nos
sorprende con un artículo semanal (en algo deberán entretenerse los amanuenses
en la soledad de La Villa mientras el jefe pasea por Santa Cruz). Y del último,
dos guindas: “Más allá de las discrepancias o las utilizaciones partidistas que
pretenden hacer algunos para asegurarse su cuota de poder” y “Dar nuevos pasos
hacia el progreso sostenible”. ¿Lloramos, reímos o reclamamos la presencia inmediata
de Hautacuperche? ¿Rompemos otro gánigo o lanzamos imprecaciones al viento desde
lo alto de Agando al ritmo del aserejé?
Pierden la noción del tiempo y el sentido de la orientación.
Se apropian de conciencias y venden la dignidad. Se posicionan en El Machal,
abren los brazos y ambicionan más dominios cada vez. Reparten libros a tabla
rasa y compran últimas voluntades en descarado ejercicio de autocomplacencia.
Son, en definitiva, los señores de siempre, de los que la isla no ha sabido zafarse,
por lo que persiste en seguir siendo silencio amordazado.
Y allá y aquí necesitan ondas afines, que doren píldoras y
que vendan pomadas (vaselinas). Donde son válidas las acciones que arremetan
contra díscolos o contra quienes no bailen al son de sus compases. Pero que
destaquen diariamente estribillos consabidos, consignas y eslóganes. Que
practiquen el victimismo como fórmula para ablandar espíritus rebeldes, que reproduzca
súbditos, pobladores dóciles. A los que pensar o levantar algo la voz les esté
vedado y cuyo voto es premio de tómbola, porque si no lo haces por mí, quién te
va a ayudar aquí y en el más allá. Hasta que la muerte nos separe.
Estos sí son telepredicadores. Los otros, los voceros y antenistas,
son comparsas y marionetas que se mueven al compás de los que con dinero ajeno “dan
pasos hacia el progreso sostenible”, bien sea en forma de agua embotellada
(estilo Taguluche o Fonteide) o “asegurar cuotas de poder” con fotos, metopas y
cuchipandas (niños y viejos son sectores de amplísimo calado), bien en Vueltas
bien en galas, inauguraciones y encendidos un poco más cerca. Mercados y
procederes que se calcan.
Mientras, aprovechemos el 38º aniversario de la Constitución,
festivos y demás, para felicitar a los negociadores del pacto, a los detractores
que debaten en las redes con luz y taquígrafos y a los que las encuestas
denominan ‘votantes socialistas’. Todos aciertan. Comeremos turrón también este
año y degustaremos ricos manjares. Por el interés general, faltaría más.
Y el próximo viernes, final de una etapa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario