viernes, 24 de enero de 2025

Cuarenta años

Toca hoy recapitular. Porque las memorias actuales son flacas. Y piensan los dirigentes de ahora que solo existió el vacío antes de que ellos apareciesen. Y los invito a que compren una balanza. Eso sí, en cuentos y boberías nos ganan por goleada.

Miércoles, 22-01-25

Hoy, día de San Vicente, / en nuestro pueblo es festivo / y baja por tal motivo / el pendón con mucha gente. / Me viene ahora a la mente, / que hace ya cuarenta eneros, / sin tantos ruidos fiesteros, / lo hicieron unos ediles / casi, casi juveniles, / sin trajes y sin dineros.

Qué años de sacrificios, / guiados por la ilusión, / compaginando la acción / y sin buscar beneficios. / Alejados de bullicios, / primero nuestro trabajo / hoy serías un guanajo / que junto al ayuntamiento, / no dejaban un momento / para el rato de relajo.

Imposible hoy se antoja / explicar a un liberado / aquel quehacer esforzado / que no era una milhoja. / Resulta una paradoja / la odiosa comparación: / lo que antes era acción / se convirtió en echadero / y dicen que no hay dinero, / mentirosos del copón.

Como estamos jubilados / concejales, funcionarios, / no nos menten los horarios / que se ponen encarnados. / Y si siguen empeñados / en llamarnos obsoletos, / asuman aquellos retos; / pongan luego en la balanza, / por si existe semejanza, / los resultados concretos.

Jueves, 23-01-25

Corría mil novecientos, / con el año ochenta y cinco, / cuando en pleno y con ahínco / confirmamos fundamentos. / Se dijo a los cuatro vientos / que trabajo y más trabajo, / compromiso que contrajo / aquel grupo ilusionado, / por entero dedicado / a echar horas a destajo.

Si te digo que perdimos / dinero en el compromiso / permíteme este inciso / de que abocados nos vimos / y que Seguro tuvimos / pagándolo en Santa Cruz / lo mismo da repelús / aquellas dedicaciones, / con tantas atribuciones, / sin derecho a ningún plus.

Pero las bases sentamos / y los que vinieron luego / tuvieron surtido el riego: / cogieron lo que sembramos. / Sin embargo, comprobamos / que hasta el otro extremo fuimos / y aquello que nos perdimos, / ahora son las ganancias / de los que ocupan estancias / que entre todos les pagamos.

Por lo tanto no admitimos / lecciones de casi nada, / ni traten de denostada / la época que vivimos. / El vacío que cogimos / se llenó a pasito lento, / sin la foto y aspaviento / ni exceso de propaganda; / atendimos la comanda / de un pueblo que estaba hambriento.

Cuarenta años después / orgullosos nos sentimos, / pues los cimientos pusimos / a pesar de la escasez. / El tiempo, que hará de juez, / constancia dará a la historia / y dejará en la memoria / de cada cual el legado / erróneo o acertado─ / fijando la trayectoria.

A modo de conclusión:

Si hay que reivindicar el ingente trabajo de las primeras corporaciones democráticas en el ámbito local, rompo una lanza en favor de aquellos que no solo se limitaron a poner primeras piedras, sino que levantaron edificios. Y ahí están. Sirviendo. Y dentro de ellos, felizmente acomodados, otros sirviéndose. Y jactándose de que hacen mucho y curran más. Ignorantes.

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