Jueves, 19-06-25
Dentro de poco cobramos / ─y doble será esta vez─
/ y cuando acabe este mes / medio año ya pasamos. / Pero tiesos aquí estamos /
escribiendo boberías, / porque pueden las manías / muy saludables, por cierto,
/ y aunque no es ningún experto, / lo intenta todos los días.
En la presente ocasión / Hacienda no me ha devuelto, / el
asunto se ha revuelto / por la modificación / de cierta legislación / sobre la
Mutualidad, / que tuvo fiscalidad, / por un fallo, superior / y se corrige el
error… / pues tenemos cierta edad.
Si lo ingresan todo junto, / millonario voy a ser; / lo
mismo me vas a ver / señalado por presunto. / Porque resuelto el asunto, / y
verme con tanta plata, / me daré una vida grata / con trafulleos constantes / y
no sufrir como antes / tener vacía la lata.
Como mucho tiempo tengo, / con dinero que me sobra, / pongo
manos a la obra / y resucito Realengo. / Hacia El Castillo me vengo / a enlatar
melocotones, / que venderé por montones / y mi negocio aumentar: / qué vida me
voy a dar / sin mayores restricciones.
¿Que te devuelven dinero? / ¡No me lo puedo creer!, / te
debieron retener / un año de sueldo entero. / Si te voy a ser sincero / –no
quiero la fiesta aguarte– / retienen la quinta parte / cada mes sin excepción,
/ de ahí viene la porción / con la que voy a brindarte.
Cuenta ya con un cortado / –yo me reservo el caviar– / y el
resto lo voy a dar / a más de un necesitado. / Lo tenía contemplado / cuando
presenté la renta, / de acuerdo con la parienta, / pues somos de gananciales, /
compartiendo los caudales / ingresados en la cuenta.
Viernes, 20-06-25
En la justicia española / hay tremendos coladeros, / filtran
sumarios enteros / ¿porque nadie los controla? / Los medios hacen la ola / al
que les abre la puerta / con acceso libre a cierta / información reservada, /
el secreto queda en nada: / ¿alguno que lo revierta?
Esta España truculenta / me tiene medio asustado, / puesto
que prima el enfado / sin duda más de la cuenta. / El futuro se presenta / con
nubarrones oscuros, / porque destacan conjuros / en multitud de facetas / con
malvadas jugarretas / que nos pondrán en apuros.
Hasta el Poder Judicial / se ha sumado a la locura, /
lanzándose a la aventura / del desastre nacional. / Los que deben ser aval / de
la debida prudencia / se lanzan con estridencia / al fango del y tú más, /
cargándose en un pispás / su comedida anuencia.
Me preocupa esta batalla, / dialéctica por ahora, / que
debe, sin más demora, / disminuir la metralla. / Pero impone la morralla / las más abyectas
maneras, / con tácticas guerrilleras / que grima me están causando, / porque
todo van mezclando / en diferentes esferas.
Dejando siempre constancia / del que la haga la pague, / que
se abandone el enjuague / y también la intolerancia. / Defiendan con elegancia
/ las desiguales posturas / sin caer en las locuras / que emponzoñan la
existencia: / obremos en consecuencia, / salgamos de las basuras.
A modo de conclusión:
¿Todos los jueces? No. Solo los que añoran tiempos
pretéritos. Aquellos en los que cuestionar un auto o una sentencia era motivo
para complicarte la vida para siempre jamás. Respeto, sí. Intocables, no. Y
cuando salgan a la palestra para poner en solfa a los que cuestionamos
decisiones raras, no invoquen la separación de poderes, porque ustedes son los
primeros que olvidan su cometido para inmiscuirse en los otros. ¿O no,
magistrados?