viernes, 30 de octubre de 2009

Adalid de la agilidad

Sigo chungo. No salgo de una para meterme en otra. Me levanto temprano, me ‘conecto’ y comienzo la diaria ración de prensa digital. Lo de ‘diaria’ va sin segundas. O terceras. A los cinco o diez minutos (tengo algo de tiempo) ya me hallo saturado. Y no sé por qué página ‘pegar’ ante una nueva cabecera. Sorpresa, indignación, cabreo contenido, estupefacción, idiotez…
La clase política (se enfadarán por meterlos a todos en el mismo saco) ha conseguido que los payasos de los circos se mueran de hambre. Y que proliferen comentaristas de tres al cuarto (como yo mismo, sin ir más lejos) que, sin red ni protección alguna, los emulan en sus piruetas de triple mortal y medio. Qué bochornoso espectáculo.
En ello estaba cuando me entero de la campaña de protección del lagarto (gigante de La Gomera). Y me quedé atónito: ¡¡¡más lagartos todavía!!! Esto no puede ser posible, esto no puede estar pasando de verdad, esto es mentira cochina para rellenar huecos. Chiquitos lagartos hay regados por esa amplia geografía. Desde Valencia a Canarias, desde Cataluña a Galicia, bueno, desde donde tú quieras a donde tú también quieras, haga frío o haga calor (estos ejemplares no son de temperatura constante, se mimetizan con facilidad), allí están ellos. Parece que reptan, pero sólo observan por si el terreno se presta a tal o cual tipología edificatoria. Parece que toman el sol, pero sólo comprueban dónde conviene ubicar la piscina…
Algunos atisbarán movimientos sospechosos, pero es un adelantarse a las circunstancias. Los trámites burocráticos son tan engorrosos que es menester agilizarlos. Eso mismo, adalides de la agilidad. Que suelen, no te lo tomes a cachondeo, coincidir con perfiles más bien orondos, sustanciosos, prominentes. Por estos lares también hay movimientos sospechosos en la oscuridad. En estos dos meses que le restan a este 2009, las inauguraciones (y no del alumbrado navideño) serán el pan nuestro de cada día. Bueno, a decir verdad, alguno se mandará varios bocadillos en una jornada. Las tijeras echarán chispas.
En Puerto de la Cruz –insisto, un ejemplo como otro cualquiera– ya hemos comenzado. Te apuesto lo que sea a que el 31 de diciembre Marcos Brito pesa varios kilos menos. Ya se lo dijo al resto de administraciones en la inauguración del cambio de cara en la plaza Viera y Clavijo: espabílense (que me queda poco). Para acabar este mandato, se entiende, porque cobrando (¿pensionista o activo?) de otras arcas, si Linares cree que no lo va a intentar por quinta vez (¿o sexta?), está completamente equivocado. ¿Te apuestas algo, Paco? Jo, que ‘apostón’ estoy hoy.
Creo que entenderás perfectamente el porqué hoy no me preocupé demasiado en buscar una fotografía. No me cabrían los ejemplos. Y prefiero que nadie me eche en cara que a él no lo coloqué.
Los lagartos que me llamaron mucho la atención fueron los que vislumbré en los exteriores del Centro de Visitantes, en El Portillo, muy familiarizados con todos los que por allí deambulábamos. Qué políticos (léase, sociables) eran.
Cordiales saludos.

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