jueves, 29 de octubre de 2009

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Estoy anonadado. Y creo que la culpa de mis bajonas es de los partidos políticos. Qué espectáculo. Qué borregos (los partidos). Porque cuando un partido es borrego, cerrado de mollera, cegato perdido y más y más, la culpa no es de sus afiliados, militantes, dirigentes, secretarios generales, presidentes. No, qué va, es del partido. De manera colegiada. Pero el dinero, parece (supuestamente) que se lo mama –perdón, es guardado sigilosamente–, un par de golfos y desalmados. A los que nadie ve, a los que nadie conoce, de los que nada trasciende. Niveles de vida por arriba de todas las posibilidades, ritmos frenéticos y uso desmedido de propiedades y valores de difícil justificación. Pero los partidos siguen con una venda muy negra que los mantiene en la inopia. Coches, yates y viviendas. Trajes, corbatas y bolsos. Pagos en efectivo y talegas escondidas bajo el colchón.
Llevo unos días la mar de confusos. Con un montón de ideas, pero con los bolsillos rotos, vacíos. “Hileras”, por un lado, y “Por las tierras de Higa y alrededores”, por otro. La crisis, no hay dinero, deja ver si el próximo año. No tengo terrenos con los que llegar a algún acuerdo para su recalificación. No tengo la suerte de algunos que se sacan la lotería cada dos por tres. Juego una primitiva semanalmente, pero jamás pasé de un premio de cuarenta euros. Que sólo me dio para seguir jugando unas semanas más. ¿Qué hago?
Varios de mis adeptos –menos mal que alguno queda–, cuando conocieron este nuevo medio de comunicación y recordaron a Pepillo y Juanillo, me preguntaron que para cuándo otra edición. ¡Ay, señor, señor! ¿Recurro, me interpelé, a los mismos que colaboraron en la anterior? Puede. Pero, ¿por qué no intentar algo de más alcance? ¿Por qué no pretender la posibilidad de que una editorial se encargue más seriamente de su publicación y distribución? Y que pueda ser conocido en ámbitos docentes. Y leído por alumnos, padres y abuelos…
Bajé de la nube porque estaban dando el telediario. Y, en la autonómica, sucesos; en las otras, corrupción, cohecho, prevaricación, malversación de fondos, multimillonarias indemnizaciones, negocios inmobiliarios, viajes a Islandia, mociones de censura, deudas históricas… Apagué la tele y me fui a echar una siesta. Pero después de unas dieciocho mil vueltas…
Aquí estoy otra vez delante del ordenador, gastando luz, fósforo y unos restos de neuronas que tenía por ahí. Mira que soy bobo, en vez de ahorrar –como los políticos– para el día de mañana, me pongo a pensar boberías creyendo que se pueden dar a conocer. Así me va.
Bueno, como 2011 está a la vuelta de la esquina, propongo la creación de una agrupación electoral para desde Los Realejos cambiar el mundo. Admito sugerencias y se abre el plazo de presentación de posibles candidatos (abstenerse los que pretendan hacerse ricos en tres meses). Al tiempo, aquellos que estimen la necesidad de este proyecto, vayan pensando el cómo organizar la campaña de captación de fondos para gastos de funcionamiento. ¿Qué? Hombre, espera a que ruede un poco esta máquina para comenzar a repartir dividendos. Ves, ya empezamos. Chacho, no seas impaciente.
Saludos cordiales.

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