lunes, 18 de enero de 2010

Cosas de los chicos de antes (1)

El portuense Iriarte (19-junio-1898, número 97, página 3, y 7-agosto-1898, número 103, página 3) llama la atención del Sr. Alcalde en varias ocasiones, porque “ciertas palomitas”, acompañadas de una turba de muchachos, que impiden, con sus escándalos, que las personas decentes puedan pasear con tranquilidad por la zona de San Telmo.
Otros aconteceres degeneraban en tragedias (El Defensor, La Orotava, 27-diciembre-1905, año I, número 34, página 3). Como la riña habida entre dos muchachos, menores de 14 años, en la que uno de ellos infirió terrible puñalada al otro, que lo dejó moribundo. “Hoy se decía en esta Villa que el herido había fallecido. El hecho tuvo lugar en Las Cabezas. Ya ‘los niños’ al reñir no se dan mojicones sino puñaladas de hombres amaestrados. ¡Qué niñitos, qué educación y qué tiempos!”.
En Diario del Norte (21-enero-1908, año I, número 14, página 2), en su sección de ‘Sucesos’, esta información: “El domingo último fueron unas señoras á pasear por las inmediaciones del Lazareto y una cuadrilla de niños mal educados las apedrearon. Ayer, en evitación de que se repitiera la salvajada, dirigieron su paseo las mismas señoras á la hermosa playa de Martiánez y otra bandada de... no queremos calificarlos, se dieron buena pedrea hasta el punto de romperle á una la sombrilla que llevaba. Se dio conocimiento á la policía; el comisario fue solícito en persecución de ellos, pero que si quieres, ya habían desaparecido. ¿Y que remedio para meter en cintura á los pequeños cafres? Pues muy sensillo [sic], que la autoridad local disponga que á todo el que se encuentre en la calle sin oficio ni beneficio se le lleve á la prevención y se multe á su padre: y aquella postura y de esta manera, es fácil que desaparezca la carabana [sic] del Riff”.
Y concluye: “Anoche en la plaza de la Constitución era atronadora la chillería que tenían”.
Dos días después (Diario del Norte, Puerto de la Cruz, 23-enero-1908, año I, número 16, página 2), se hace un llamamiento a los guardias municipales por si no presenciaron ayer en el muelle cómo unos chicos maltrataban un pobre gato enfermo “desde el zaguán del Sr. D. Luis González de Chaves hasta la proa de las lanchas. Vamos, señores de orden, que no se diga que todos los días hemos de acoger en nuestras columnas quejas que no dejan en buen lugar al pueblo”.
La ‘hazaña’ de un ‘gallotito’, que le quitó el bastón a un anciano, “y lo embadurnó de materia mal oliente y se lo devolvió haciendo chacota de que el desgraciado vejo se ensuciara las manos”, es narrada en ‘Sucesos edificantes’ por Diario del Norte (30-enero-1908, año I, número 22, página 2). Sección en la que también se inserta la solicitud de ‘una perra’ por parte de dos chicos a una extranjera que se hospedaba en el Hotel Monopol y como ésta no se la diera, le arrebataron la sombrilla rompiéndosela.
Entre las ‘Denuncias á granel’ del diario portuense (Diario del Norte, Puerto de la Cruz, 1-febrero-1908, año I, número 24, página 1), destacamos:
“...que los extranjeros se ven á veces agoviados [sic] por las impertinentes peticiones de los muchachos, acompañadas de acciones repugnantes y palabras soeses [sic], y otras mil cosas que hoy nos callamos, pero que se deben corregir con toda urgencia”.
‘Otra también de hace pocos días’ manifestaba, asimismo, Diario del Norte (9-marzo-1908, año I, número 54, página 2), en ‘Información’, para indicar que desde lo alto de la calle Iriarte, unos chicos muy alegres soltaron un carro lleno de carbón que volcó al llegar a la parte más llana de la misma. “Si con la velocidad que bajó coje [sic] á algún niño, ó persona grande por delante, la tritura. Bravo”.
Más del mismo diario (Diario del Norte, Puerto de la Cruz, 27-junio-1908, año I, número 144, página 1): Denuncia al Sr. Juez municipal por parte de la policía local a varios jóvenes que “antes de anoche á eso de las nueve y media, se permitieron encender algunas velas en la plaza de la Iglesia, silbaron y gritaron ‘fuera fuera’ suponiendo fueran dirigidos los silbos al guardia Municipal que apagó las velas por dos ó tres veces. Así nos lo comunica el Comisario”.
O esta interrogación al Sr. Comisario de policía (Diario del Norte, Puerto de la Cruz, 20-julio-1908, año I, número 162, página 2): “¿Tendrá V. la bondad de decirnos quien es el durmiente celador del barrio de San Felipe, que no oye ni presencia el escándalo monumental que todas las noches le propinan á aquellos vecinos, unos cuantos niños faltos de escuela nocturna? En la calle del Lomo darán razón, de la manera de prodigar tan buenas costumbres”.
(continuará)

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