
Evaristo pasó por casa y me regaló los libros cuyas portadas inserto en este comentario bloguero. El uno (Política educativa en el Valle de La Orotava , 1966-1996) nos relata la historia de tres décadas que supusieron el punto de inflexión en el terreno educativo y dieron lugar a un cambio sustancial en la sociedad. ¡Ah!, lo pagó de su bolsillo. Ya hablaremos otro día de los lloros ante los ayuntamientos. El otro (La prensa y la educación en el Valle de La Orotava , 1966-1996), que vio la luz a través de Ediciones Idea, es un amplio resumen de su tesis doctoral. Texto que él estructura en una triple dimensión: el análisis de la vertiente técnica (no en vano desempeñó su labor como aparejador en la Consejería de Educación durante muchos años), la escolarización y la repercusión que tuvo esta evolución educativa en los ámbitos rurales del Valle.
Y como n
o podía ser menos me redactó estas dedicatorias: “A Jesús Manuel, veterano compañero periodista, además de edil y alcalde que fue de Los Realejos”. Y “A Jesús Manuel, profesor, compañero de estudios (‘chicos mayores’) en la ULL , ex-alcalde y amigo”.

Ignora este eterno aprendiz dónde demonios investigó Evaristo para decirme que soy todas esas cosas. Peligro, peligro.
A seguir en la brecha, amigo.
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