sábado, 13 de marzo de 2010

Gerencia de urbanismo


María Concepción González, concejala socialista que durante el pacto habido entre CC y PSOE tuvo la responsabilidad urbanística de Los Realejos, ha hecho público un comunicado en el que alega que dicha área se halla actualmente a la deriva y sin capitán que enderece el rumbo. Como mis aproximaciones a las Casas Consistoriales se limitan a cuando paso con el coche a mediodía tras recoger a mi nieta en la guardería, ignoro el alcance de estas declaraciones. Pero intuyo que mucho de cierto tienen porque a CC le está quedando demasiado ancha la gestión municipal. Cada vez es más patente que las ausencias del alcalde y, por ende, las desapariciones del resto de concejales nacionalistas, están llevando al pueblo a una encantadora desorganización. Si tú no estás, a mí que no me busquen, parece decir la tropa cuando el comandante en jefe hace mutis por el foro.
Alude la edil a que obras del Plan E (Zapatero) del año 2009 están sin finalizar, con el temor de que puedan existir problemas pues el plazo máximo para justificarlas era marzo de 2010. El ejemplo de la rotonda de San Benito, en el enlace con La Trinidad, es más que significativo. Y al estarse ya en el inicio de las obras del Fondo Estatal II, si le unimos el desenvolvimiento normal del resto de la planificación en el pueblo, me temo que este nuevo añadido de responsabilidades a unos pocos concejales vaya a ser el detonante de un desbarajuste total. Que cada cual interprete estas líneas como mejor crea conveniente. Luego escuchas declaraciones semanales en la radio y parece que todo va sobre ruedas.
Las próximas elecciones municipales se presentan, como mínimo, entretenidas. Coalición Canaria va a tener que explicar muy mucho sobre su gestión en solitario en estos últimos meses. El PSOE también tendrá la parte alícuota de responsabilidad de sus meses pactistas. Y el PP, que olvida con demasiada frecuencia que fue socio en el mandato anterior, también deberá revelar ciertos fracasos habidos en proyectos que bien se publicitaron en La Voz de Los Realejos y de los que nunca más se supo. A no ser que queden ahora sepultados bajo el terreno del hipódromo. Eso, hemerotecas al canto.
Me sitúo, a continuación, en plan docente. Aconsejo a los políticos todos que acudan de vez en cuando a los diccionarios. Por ejemplo al Panhispánico de dudas. Para evitar, transcribo literalmente “engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos”. Concejales y concejalas. Vecinos y vecinas. Ciudadanos y ciudadanas. Niños y niñas. Cuando no lo arreglamos con la arroba, que “no es un signo lingüístico, por lo que se uso es completamente inadmisible”.
Estas ‘boberías’ se las escuché por vez primera a Delcy, cuando ocupó puesto en el ayuntamiento hace ya unos cuantos años. La siguió utilizando, y continúa, Vicente Quintero. Y los dos son maestros como yo. Mira si va a resultar que Jesús tiene más tiempo que nadie. No, el diccionario tiene que estar siempre al lado del que escribe.
Me dijeron que los carteles anunciadores de las obras –esos grandes, hermosos y que deben valer un pastón– se iban a reutilizar en este nuevo plan. Pues juraría este sempiterno observador que vio uno en la Calle del Medio (Realejo Alto), subido a una casa –novelero el susodicho–, al que unos operarios le estaban dando unos brochazos y dejándolo más blanco que las arcas públicas. ¿Se va a hacer allí uno de los 18 proyectos aprobados por el estado? Lo mismo sí.
Bueno, fisgoneadores, como no está declarada alerta para este fin de semana, disfruten de un bien merecido descanso. ¿Yo? No me quejo.

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